Itolizumab, uno de los anticuerpos monoclonales contra la COVID-19 en Cuba
El anticuerpo monoclonal humanizado Itolizumab es otro de los logros de la medicina cubana utilizados en el tratamiento de la Covid-19 en el país.
CAPAC- Tomado de Resumen Latinoamericano Cuba/ Foto: Pixabay.
Hasta el momento, más de 70 pacientes contagiados con la COVID-19 en Cuba han sido tratados con el anticuerpo monoclonal humanizado Itolizumab, merecedor en 2014 de uno de los premios nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba, e incluido en el protocolo médico de actuación nacional para enfrentar la pandemia por su evidente efecto antiinflamatorio e inmunoregulador.
De acuerdo con la Doctora en Ciencias Tania Crombet Ramos, directora de Investigaciones Clínicas del Centro de Inmunología Molecular (CIM), institución creadora del fármaco, el Itolizumab es una molécula desarrollada inicialmente para el tratamiento de linfomas y leucemias por su capacidad de bloquear la proliferación y activación de los linfocitos T.
En una entrevista con el diario Granma, la especialista aclaró que el medicamento ha sido utilizado con éxito en pacientes que padecen artritis reumatoide y soriasis, demostrando seguridad al no provocar eventos adversos severos durante su aplicación.
Con respecto a sus propiedades, la doctora precisó que el fármaco logra reducir la secreción de citocinas inflamatorias, causantes de la extravasación masiva de sustancias y líquido en los pulmones, como resultado de una reacción inmune hiperactiva desarrollada por el SARS-CoV-2 en el organismo humano.
“Tras la finalidad de frenar la salida masiva de sustancias, se activa la cascada de coagulación que representa la obstrucción de los vasos sanguíneos en los pulmones, provocando grandes dificultades respiratorias y la hipoxia. Al aumentar la presión dentro de los pulmones, también puede producirse un fallo en el corazón. Desafortunadamente, muchos pacientes fallecen por causa de complicaciones cardiorespiratorias”, enfatizó.
El anticuerpo se ha empleado en enfermos críticos, graves y de cuidado con alto riesgo de agravamiento a los cuales se aplica para evitar a tiempo las consecuencias de la llamada tormenta de citocinas.
El hospital Manuel Piti Fajardo, en Santa Clara, es el principal centro de investigación, en el cual los médicos hacen importantes aportes para mejorar el esquema de tratamiento a través del uso del monoclonal.
Actualmente -detalló Crombet- estamos enfrascados en la etapa de recolección e interpretación de los datos para extraer conclusiones definitivas junto con los especialistas de las terapias y de las salas de medicina interna.
Además del Itolizumab, de acuerdo con el director general del CIM, Eduardo Ojito Magaz, esa institución aportó otros dos fármacos para el tratamiento de la COVID-19 en la Isla.
Durante su comparecencia en el habitual espacio televisivo Mesa Redonda, el científico informó que se trata de la eritropoyetina humana recombinante, capaz de aumentar los niveles de hemoglobina, y el IOR LEUKOCIM, factor estimulante de los granulocitos (tipo de glóbulos blancos).