Covid-19: ¿Conoces los protocolos sanitarios establecidos por Cuba para los viajeros internacionales?
Rigurosos. Es la palabra que define con mayor exactitud el conjunto de medidas que conforman los protocolos de control sanitario establecidos en los diferentes puntos de frontera del país; ahora reforzados en medio del contexto que impone la pandemia de la COVID-19.
CAPAC- Por Lisandra Fariñas Acosta/ Tomado de Cubadebate/ Fotos: Irene Pérez.
Luego de varios meses cerrados, los diferentes aeropuertos internacionales en el territorio nacional comenzaron a retomar sus operaciones, hasta incorporarse la semana pasada el José Martí, de La Habana.
Ante esta apertura, Cubadebate conversó con el doctor Carmelo Trujillo Machado, jefe del Departamento de Control Sanitario Internacional del Ministerio de Salud Pública, sobre cómo se organizaron las diferentes acciones sanitarias en frontera para minimizar el riesgo de entrada de personas enfermas al país, que puedan complejizar la situación epidemiológica.
Tres líneas de vigilancia, reforzadas ante la pandemia
Desde el año 2009 se implementaron en todos los aeropuertos internacionales del país, con motivo de la de la pandemia ocasionada por el virus de influenza A H1N1, tres líneas de vigilancia epidemiológica, sostuvo el entrevistado.
“Estas parten de la propia estructura con la cual están diseñado nuestros aeropuertos internacionales y que elevan el nivel de control sanitario sobre los viajeros internacionales que arriban al país por este tipo de punto de entrada”, dijo.
De acuerdo con Trujillo Machado, la primera línea de vigilancia está diseñada para realizar el despacho de entrada de las aeronaves. Un médico o un especialista en higiene y epidemiología realiza el despacho de la aeronave una vez que arriba a la rampa o puente móvil. Este es el primer contacto con la tripulación que viene en el avión, precisamente para el análisis de documentos y la conformación de la declaración general de la aeronave, dijo.
Dicha declaración es obligatoria para todas las aerolíneas del mundo, una vez que entren al territorio nacional, apuntó el especialista. En la misma se reflejan todos los datos generales de la aeronave: modelo, cantidad de pasajeros a bordo, número de tripulantes, estado de salud de los pasajeros, si ocurrió algún incidente durante la travesía… También se reflejan elementos y datos relacionados con el actuar del resto de las autoridades de fronteras, entre ellos los fitosanitarios y los veterinarios, ejemplificó.
En el caso de Cuba se le da suma importancia al estado de salud de los tripulantes y pasajeros durante la travesía, subrayó Trujillo Machado.
Una vez que se realiza el despacho de la aeronave y se analizan los documentos, se interroga a la tripulación para saber si ocurrió alguna incidencia durante el viaje. “Ahora, en la nueva normalidad, se integran algunos elementos importantes que es necesario conocer con antelación, como si viene alguien a bordo de la aeronave con enfermedad respiratoria aguda, o algún síntoma respiratorio, si hay algún reporte de alguien que haya presentado fiebre, entre otros”.
Posterior a ello, refirió el entrevistado, el inspector sanitario o el médico de frontera le comunica a la tripulación —para que a su vez por audio le expliquen a los pasajeros que vienen a bordo—la implementación de las nuevas medidas contenidas en los protocolos de actuación de las autoridades sanitarias a nivel de frontera, relacionadas con la pandemia de la COVID-19 y la situación actual que esta enfermedad ha provocado.
Si no se reporta ninguna incidencia, se autoriza al desembarque de los pasajeros y la tripulación y posteriormente del equipaje o carga que traiga la aeronave.
Según el especialista, una vez que los pasajeros ingresan en la terminal aérea y llegan al salón de inmigración estarán entrando a la segunda línea de vigilancia. ¿Qué se ha implementado de nuevo en este paso del control sanitario?
Al respecto, Trujillo Machado precisó que se ha reforzado con personal de salud las acciones de vigilancia epidemiológica a través del método de observación, buscando signos y síntomas de todos los pasajeros que puedan ser sugestivos de tener COVID-19; y cualquier otra enfermedad transmisible.
Ello, complementa otro método de control existente desde el año 2009, dijo, pues todos los pasajeros pasan por delante del escáner de temperatura. Este equipo está instalado en la totalidad de los aeropuertos internacionales del país y permite sin tocar a los pasajeros determinar su temperatura corporal y activar una alarma ante cualquier caso que se detecte. Es capaz de tomar foto y video en tiempo real del pasajero en cuestión y permite identificar con prontitud a esa persona con la temperatura corporal elevada, sobre todo en la parte facial de la cara.
Si bien en la segunda línea, la vigilancia epidemiológica se dejaba anteriormente solo al escáner de temperatura; hoy en esta posición se ha ubicado a personal médico para hacer la vigilancia por el método de la observación. En este punto, explicó el jefe del Departamento de Control Sanitario Internacional del Minsap, se revisa y se recoge la declaración de sanidad del viajero: el modelo 8233-02 del Ministerio de Salud Pública.
Este modelo constituye un documento oficial del Minsap y una declaración jurada del estado de salud de cada pasajero y tripulante. La misma se debe entregar al pasajero durante la travesía, para que este complete los datos que en el se le solicitan.
“Es importante señalar la responsabilidad que tienen todos los viajeros internacionales de hacer un correcto llenado de todos los datos que en este modelo se le piden. Asimismo, se debe conocer que esta declaración de sanidad del viajero advierte al pasajero que cualquier dato tergiversado o que no corresponda con la realidad, puede ser objeto de la aplicación de una medida o requerimiento desde el punto de vista sanitario, los cuales están establecidos en la legislación sanitaria vigente en la República de Cuba”, insistió el entrevistado.
Agregó que en esta segunda línea de vigilancia, antes de pasar a la línea de inmigración, se recoge esta declaración, que es un complemento del registro del viajero para la toma de muestra de PCR.
Dicho modelo lo estamos usando como un instrumento también identificativo para el control sanitario internacional. En él se refleja en una de las esquinas, el número de muestra que el pasajero tendrá una vez que se le tome y que se envía al laboratorio, con el propósito de evitar confusión de la muestras, explicó.
A su vez, detalló, en esta misma línea de vigilancia se está entregando la tarjeta de advertencia, que hoy ya cuenta con un nuevo modelo, el cual se está implementando en los aeropuertos internacionales de todo el país. Esta tarjeta de advertencia informa al pasajero que se debe presentar antes de las 48 horas de arribo al país, ante su médico de familia o el área de salud donde reside y declarar su condición de viajero, para iniciar los controles sanitarios establecidos y el seguimiento en su área de salud.
El experto aclaró que en el caso de los viajeros extranjeros que residen en Cuba, también se les aplica el mismo protocolo que está establecido para los cubanos residentes en el país, o a los cubanos no residentes en el territorio nacional, pero que van para la casa de su familia, una casa de renta, o sea en la comunidad.
También deben presentarse ante una autoridad de salud o ante la autoridad de salud correspondiente en cada territorio del país, para declarar su condición de viajero e iniciar las acciones de control sanitario internacional, que van a estar en correspondencia siempre con el riesgo epidemiológico que se determine según el origen del pasajero.
La persona, dijo, puede venir de una región del mundo donde existen determinadas enfermedades, que en Cuba están sujetas a control internacional o son exóticas para el país. Las mismas, independientemente de la actual pandemia, el sistema de salud cubano las vigila atentamente, para que no se conviertan en un problema de salud en el territorio nacional.
Al referirse a los extranjeros que van hacia los hoteles, Trujillo Machado explicó que el sistema de salud y la dirección del país ha determinado reforzar la asistencia médica con equipos de salud en todos los hoteles y villas turísticas del país, encargados de brindar seguimiento a esta vigilancia epidemiológica en el actual contexto de la pandemia causada por el nuevo coronavirus.
Estos equipos de salud son responsables también de la vigilancia, del seguimiento y del control de todas las medidas que el ministerio de turismo ha implementado en las instalaciones de todos sus polos turísticos, relacionadas con: la higiene y la desinfección, el distanciamiento social, el uso de los medios de protección por parte de los trabajadores, la vigilancia epidemiológica sobre todos de los viajeros internacionales, la búsqueda de signos y síntomas de enfermedad respiratoria, la búsqueda de signos y síntomas de otras enfermedades transmisibles que puedan estar sujetas a control sanitario internacional y puedan afectar el cuadro de salud del país.
Es un trabajo integral, de seguimiento, de control, que nos está permitiendo detectar oportunamente situaciones de salud que los viajeros internacionales puedan traer de los países de origen o de los países por donde transitaron antes de ingresar a Cuba, dijo.
Una vez que el pasajero pasa la segunda línea de vigilancia, se toma la muestra de PCR, se dirige hacia las cabinas de inmigración donde se realizan los chequeos correspondientes. Posterior a inmigración y a la primera línea de aduana, el pasajero va hacia la tercera línea de vigilancia donde se le vuelve a tomar con termómetro digital la temperatura, refirió el especialista.
En ese sentido, insistió que la vigilancia epidemiológica reforzada en segunda línea mediante observación, para detectar oportunamente signos y síntomas que puedan orientar a las autoridades de salud sobre que la persona observada presenta una enfermedad transmisible, vuelve a estar presente.
Posteriormente el pasajero pasa al área donde recoge su equipaje y realiza el resto de los procedimientos aduanales que corresponden según la legislación vigente en la República de Cuba, sostuvo el entrevistado.
No obstante, alerta el experto que el control sanitario no termina ahí. “Cuba dispone de un programa nacional de control sanitario internacional que se compone de varias aristas, según el origen del viajero, la condición migratoria del mismo, ya sea nacional o internacional, es decir, cubano o extranjero, y que particulariza el actuar según el riesgo epidemiológico que representa para el país”.
Los protocolos se han diseñado para actuar sobre el extranjero turista, sobre el cubano residente que va a la comunidad, sobre el cubano que nos visita que no es residente en el país pero que también va a la comunidad, o toda persona que arriba por un punto de entrada internacional y que va a interactuar con nuestra población, enfatizó Trujillo Machado.
Por ejemplo, dentro del programa nacional de control sanitario internacional, hay un protocolo diseñado para el actuar con los estudiantes extranjeros, ya sea en la modalidad de nuevo ingreso o en la modalidad de vacacionistas, es decir, un estudiante que ya estudiaba previamente en el país y que por su plan estuvo de vacaciones en su país natal o de origen, o en otro país cualquiera, pero que regresa a Cuba para incorporarse a sus estudios, comentó.
En el caso de este protocolo, todas las acciones de control sanitario internacional en la atención primaria de salud o en la institución donde se albergan, van a estar en correspondencia con su condición de estudiante y de viajero, y con el riesgo epidemiológico que representa para Cuba, dijo.
El especialista refirió que hay acciones diseñadas para realizar los análisis que está establecido en el control internacional, como la gota gruesa y otros complementarios, buscando enfermedades sujetas a control sanitario y que son de alta incidencia de los países de donde proceden. Entre estas mencionó el paludismo, el dengue, el zika, el chikungunya, u otras como la peste bubónica…
Machado trujillo señaló que existe además un protocolo para aplicar acciones de control sanitario internacional relacionadas con el turista internacional y que hoy se ha enriquecido en el nuevo contexto de la nueva normalidad con acciones para reforzar la vigilancia a nivel de los hoteles, casas de renta, villas turísticas y cualquier otro turismo que interactúe con la comunidad.
“Se trata de establecer mecanismos de comunicación que nos permitan detectar a tiempo cualquier persona enferma que pudiera portar una enfermedad transmisible y complejizar el cuadro actual de salud del país”, destacó.
Por otra parte, dijo, existen protocolos diseñados para actuar con los colaboradores cubanos en otras regiones del mundo. Cuba tiene colaboradores en más de 70 países y la cifra se ha ampliado en medio de la pandemia.
Estos colaboradores son objeto de un protocolo de actuación que garantiza minimizar el riesgo de introducción de enfermedades al territorio nacional. En el caso de los colaboradores de salud revisten una especial atención, puesto que la mayoría hoy están interactuando directamente con pacientes de COVID-19 a nivel internacional. Un ejemplo magnífico es el trabajo de las brigadas Henry Reeve en muchos países del mundo que han solicitado el apoyo para el enfrentamiento a la pandemia.
El protocolo de actuación con este grupo es diferente al resto de la población o de los viajeros internacionales que vienen por algún motivo personal, familiar, de trabajo. Teniendo en cuenta el riesgo que representa el que interactúen directamente con el virus, se les aísla, y ello puede aplicarse también a colaboradores de otros organismos de la administración central del estado.
¿Qué se ha introducido nuevo en todos nuestros protocolos?
Tanto en los puertos internacionales como en las marinas, se ha estructurado un protocolo de actuación de tres líneas de vigilancia similar al de los aeropuertos internacionales, explicó.
“En el caso de los puertos, una de las líneas de vigilancia está en el despacho de entrada de las embarcaciones en las que se hacen una serie de acciones relacionadas con la documentación que tiene que presentar la tripulación. El despacho de entrada, requiere una inspección del medio de transporte un poco más rigurosa y más extensa que un avión. En esta inspección se tienen en cuenta las condiciones higiénicas en las que se realizan los procesos de vida dentro de una embarcación A través de ella se garantiza que la tripulación y los pasajeros que vienen a bordo tienen un estado de salud óptimo”, señala el entrevistado.
La primera línea de vigilancia contempla también la revisión que se establece en el reglamento sanitario internacional para dar una garantía de salud de los tripulantes o pasajeros que pudieran venir en la embarcación, dijo.
La segunda línea de vigilancia, agregó Trujillo Machado, no es más que la vigilancia epidemiológica de la embarcación durante su estadía en el país. A diferencia de un avión, que llega, deja su carga y se va en pocas horas, un buque atraca, hace una vida, por así decirlo, en el punto de entrada. Por lo tanto, lleva un seguimiento.
El medio de transporte tiene que cumplir con determinadas condiciones sanitarias establecidas para evitar la introducción al país de personas enfermas, vectores u hospederos de enfermedades que hoy son exóticas para Cuba. Tienen además que cumplir con las medidas higiénicas preestablecidas a bordo que garanticen el buen estado de salud de la tripulación y los tripulantes.
Esta segunda línea de vigilancia se caracteriza por un seguimiento del medio de transporte mientras esté atracado en Cuba. Las acciones que se realicen estarán en dependencia de la estadía y serán dirigidas por un equipo de salud integrado por médicos enfermeros y técnicos/licenciados en higiene y epidemiología. Este personal, además de velar por la aplicación de todas las medidas diseñadas para mantener una buena higiene y vida a bordo, funcionará como punto focal para detectar a tiempo cualquier problema con la tripulación, dijo.
Por otra parte, explicó que la tercera línea de vigilancia se activa cuando los tripulantes o pasajeros van a descender de la embarcación. En ella se realiza un control de la temperatura, a través de escáner de temperatura o termómetro, en dependencia de las condiciones físicas y tecnológicas que presente cada uno de los puntos de entrada; una observación epidemiológica a los tripulantes que desciendan a tierra y se llena la declaración de sanidad del viajero donde la persona certifica su estado de salud. Cuenta con otra acción adicional: la toma temperatura al regreso a la embarcación.
El especialista refirió que otro punto de entrada son las terminales de cruceros, actividad para la cual está muy bien diseñado un protocolo específico, pero donde, en el caso de la COVID-19, no se pueden aplicar medidas que ya están diseñadas para los aeropuertos internacionales. Colocó de ejemplo la realización de pruebas PCR, pues la mayoría de los cruceros que arriban al país lo hacen solo por pocas horas.
Explicó que actualmente se trabaja con las líneas de cruceros para que ofrezcan una garantía documental de que todo tripulante y pasajero que venga a bordo de una de sus naves, se haya realizado una prueba PCR y tenga un buen estado de salud. A partir de esta información las autoridades sanitarias cubanas podrían hacer una evaluación del estado de salud de esa embarcación y de todo el que viene a bordo de la misma.
Una vez que los tripulantes o pasajeros desciendan a tierra deberán pasar la tercera línea de vigilancia, donde se les hacen controles y chequeos necesarios: la vigilancia epidemiológica por el método de la observación buscando síntomas en cada uno de los tripulantes o pasajeros y la toma de temperatura, refirió.
Respecto a los puntos de entrada, el último serían las marinas internacionales, que tienen esquemas muy parecidos a los de los puertos internacionales. Aquí, aclaró el entrevistado, existe la particularidad de que la observación epidemiológica es diaria, lo cual significa que el protocolo correspondiente a la tercera línea de vigilancia se aplica cada vez que el tripulante o pasajero de la embarcación de recreo vaya a descender a tierra. Adicionalmente, se le hace un chequeo cada vez que se vaya a incorporar a la embarcación.
Es importante que se conozca que en nuestro protocolo está concebido que todos los tripulantes de embarcaciones mercantiles y de recreo que arriben al país y vayan a tener una estadía superior a las 24 horas, deberán hacerse una prueba PCR si están interesados en bajar a tierra, puntualizó.
También deben conocer que si van a estar más de 24 horas en el país, tendrán que estar sujetos a aislamiento hasta que llegue el resultado del primer PCR realizado en frontera. Posterior a esto podrán realizar todas las acciones que vinieron a hacer.
Control sanitario internacional en la atención primaria de salud
Todo viajero que arribe al país está en la obligación de presentarse ante el médico y enfermero de la familia o en el área de salud, dependiendo de las características de la región y localidad donde se hospede, antes de las 48 horas del arribo, y declarar su condición de viajero, para iniciar todas las acciones que están relacionadas con el control sanitario internacional y la vigilancia epidemiológica, reiteró el especialista
Recordó que cada persona que ingrese a la comunidad debe estar en aislamiento en su vivienda durante 10 días hasta que llegue el resultado del segundo PCR, que se realiza al quinto día en la comunidad, coordinado con el área de salud. Esta segunda prueba se realizará solamente a los cubanos residentes en el país.
Cuando llegue ese resultado, que debe demorar entre 24 – 48 horas, ya la persona debe llevar en el país entre 7 y 9 días. Por lo tanto, la vigilancia epidemiológica establecida en Cuba para la COVID-19 es de 10 días de duración, dijo.
Trujillo Machado subrayó la importancia de que la persona se mantenga en aislamiento y cumpliendo con todas las medidas adicionales que se han establecido en nuestros protocolos, como el uso de los medios de protección, el distanciamiento social y el mínimo contacto con sus familiares.
Ya con el resultado del segundo PCR negativo, se puede tener una movilidad normal dentro del territorio nacional, dijo.
También es importante enfatizar que todo viajero internacional está en la obligación de presentarse inmediatamente en cualquier institución de salud si presentara síntomas de alguna enfermedad transmisible.
La tasa sanitaria es una medida de protección
De acuerdo con el entrevistado, en los últimos días han surgido inquietudes respecto a la resolución 293 del 2020 publicada el pasado domingo en la Gaceta Oficial, que está relacionada con la implementación de la tasa sanitaria.
“Uno de los cuestionamientos que más se está repitiendo en las redes sociales por parte de la población cubana y de muchas personas que residen en el exterior es que, si Cuba en su Constitución da garantías de un sistema de salud universal y gratuito, por qué se van a cobrar los PCR. No se está cobrando el PCR, no es real», dijo.
Aclaró, además, que la implementación de una tasa sanitaria no está relacionada con la atención médica que pueda recibir un cubano. Las tasas sanitarias están diseñadas para regular los costos que implican para cualquier estado del mundo aplicar medidas de protección a su población y de control sanitario para sus puntos de entrada.
Esto ha sido muy bien analizado al detalle desde todos los puntos de vista, y no viola en nada lo que está establecido para los cubanos en la constitución, dijo.
Dicha tasa sanitaria, por un valor de 30 USD, para todos los viajeros internacionales que arriben a Cuba, se implementó para regular los costos de las medidas sanitarias que la pandemia nos ha obligado a imponer a nivel de frontera, y que desde el punto de vista económico tienen un valor, y representan una erogación por parte del estado cubano para poderlas implementar.
Una medida de este tipo, señaló, supone una protección para la población cubana, pero también para toda persona cubana o extranjera que arribe al país. Asimismo, evita a largo plazo una erogación de grandes cargas financieras para poder enfrentar un evento de salud pública que sería mucho más costoso.