Especialistas cubanos en epidemiología, matemáticos y geógrafos, entre otros, quienes estudian el comportamiento de la COVID-19 en la Isla, afirman que el sistema de salud puede soportar lo que viene a futuro, que es la endemia de esta enfermedad.

CAPAC- Tomado de Resumen Latinoamericano Cuba/ Foto: Ricardo López Hevia.

En un intercambio con el sitio web Cubadebate, los científicos refirieron que por el comportamiento de la pandemia en los últimos días se puede hablar de una tendencia a su control, lo cual se refleja en la cantidad de casos activos; y ello es una señal de que el sistema sanitario puede manejar los futuros rebrotes de esta patología, teniendo en cuenta que permanecerá en la población en tanto no se inmunice su totalidad o se desarrolle una vacuna.

El doctor en Ciencias Matemáticas de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Armando H Seuc, explicó a la publicación digital que se debe aprender a convivir con el SARS CoV-2. La endemia es unaetapa casi imposible de evitar, apuntó, debido a que es muy alta la población susceptible.

Hasta la fecha la Mayor de las Antillas ha reportado 1 974 casos confirmados de COVID-19 y, si se tiene en cuenta el número de personas que no han contraído la enfermedad, se podrá comprender que mantener entre 10 y 20 casos diarios es un comportamiento que pudiera tornarse habitual.

Se impone entonces un mayor control, un seguimiento más preciso y un riguroso proceso de desescalamiento de las medidas de aislamiento, para lo cual deben tomarse en consideración las características de cada lugar, señalan los especialistas.

El doctor Pedro Más, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología,valora que las medidas de relajamiento deben ser bien pensadas y con indicadores que permitan evaluar lo que se hace por territorios, como el número reproductivo, que mide el nivel de contagio de la enfermedad, y la tasa de incidencia, ello permitirá adaptar cualquier decisión al escenario.

Levantar aceleradamente las medidas ha sido un error cometido en otros países, comentó Más, y agregó que donde esto se ha ejecutado mal han tenido que implementar controles incluso más rigurosos que antes.

De acuerdo con estudios realizados, en Cuba el primer rebrote de la COVID-19 debe ocurrir a mediados de noviembre, y aunque durante los rebrotes u oleadas las cifras son menores, no se debe subestimar este fenómeno.

Así lo precisa el vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, quien dijo que para entoncesse estima que habrá unos 285 casos activos y que, por tanto, habrá que tener listos un grupo de recursos.

“Se impone mucha más organización en el futuro, sobre todo porque estas actividades que realizamos a nivel central, en algún momento se tendrán que descentralizar y cada provincia deberá aprender los protocolos de tratamiento y aplicarlos de manera eficiente, aunque nunca haya atendido un caso”, declaró a Cubadebate.

El decano de la Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana, Raúl Guinovart, explicó el gráfico que muestra el posible comportamiento de ese rebrote.

Detalló que al inicio de la enfermedad, la curva crecía entre susceptibles y enfermos, luego disminuye hasta casi cero el número de contagiados, que es lo que la Isla vive actualmente, pero más adelante se aprecia un pico más discreto, lo cual es consecuencia de la población susceptible que queda, que es muy grande.

Esta simulación sigue hasta el infinito, a menos que cambien las condiciones; lo ideal, por tanto, es tener la menor cantidad de enfermos posibles, pues aun cuando los rebrotes inmunizan,siempre fallecen personas, alertó Guinovart.

Ello indica que en esta nueva etapa hay que utilizar todas las herramientas tecnológicas desarrolladas, para darle un seguimiento adecuado a los nuevos casos positivos y sus contactos, advierten los expertos. Una endemia como esta impone trabajarla de forma muy fina y precisa, dijeron, y sentir que cada nuevo caso es como si se tuvieran mil.