Sector privado: La varita mágica para Cuba

Desabastecimiento y carestía de alimentos, falta de ciertos medicamentos y grandes colas: en tiempos de pandemia, Cuba vive, como otros países de su entorno, una dura situación económica.

CAPAC- Tomado de Cubainformación/ Foto: Granma.

El gobierno de EEUU, que ha aplicado, en dos años, más de 80 nuevas sanciones contra la Isla, intenta aprovechar el descontento y llevarlo hacia una explosión social.

Cada una de las carencias, el incidente en una cola , la polémica por las declaraciones de un ministro o un cantante… Lo que es anécdota de ocurrir en cualquier otro país, en Cuba pasa a ser noticia.

Primero, en la red de medios digitales de la Contrarrevolución cubana, subvencionados como nunca por las agencias de EEUU y priorizados por el sistema de búsquedas de Google. Supuestas “noticias” que, después, pasarán a la prensa de Miami y, finalmente, al sistema internacional de medios.

La pandemia agrava la situación económica en Cuba”, titulaba The New York Times, que reconocía que la Isla “fue capaz de controlar rápidamente el coronavirus” y que tiene “una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo” . Pero ¿saben por qué? Porque Cuba es –leemos- “un estado policial con un fuerte sistema de salud pública”. Y claro, ¡así cualquiera salva la vida a la gente!

El Times reconocía que la economía cubana ha sido “afectada por las sanciones de EEUU”. Pero, sobre todo, por “la mala gestión gubernamental”. Igual que la agencia EFE, que apuntaba, como causa de la crisis, “la tardanza en aplicar reformas que palien las ineficiencias de su sistema centralizado” .

La solución –leemos en su nota, reproducida en medios como Clarín o La Vanguardia- pasa por “las reformas económicas (que) estimulen al sector privado” para “poner en marcha la economía” y “que Cuba funcione”.

 

Ahora la gran pregunta: si el bloqueo de EEUU cercena los ingresos de Cuba por turismo, impide sus exportaciones, bloquea sus transferencias, tapona la entrada de combustible, prohíbe los créditos al desarrollo, destruye sus acuerdos médicos internacionales y persigue toda inversión extranjera, ¿habrá que creer que el “sector privado” sea la varita mágica que “ponga en marcha la economía” de este país?

Aunque estos medios no lo digan, el gobierno cubano está acelerando “reformas” que amplían el margen de actuación del sector privado. Pero ¿no será más bien que este “sector privado” cubano de particulares y cooperativas, ahora ampliado y estimulado, pero subordinado a la estrategia y dirección del Estado, no tiene nada que ver con el sector privado (capitalista y con poder político) por el que abogan los medios?

Análisis de muy diverso signo coinciden en que los problemas económicos de Cuba tienen cuatro causas: la pandemia, que ha dejado en cero la entrada de ingresos por turismo y menguadas las remesas; el bloqueo y las sanciones de EEUU; la situación de su principal socio estratégico, Venezuela; y también los propios errores del modelo económico, necesitado de cambios y modernización.

Sin embargo, la prensa corporativa, que reivindica la pluralidad de enfoques pero no se la aplica, se centra –como mensaje único- en la última: el “predominio de la planificación central (…) sobre el mercado” es “un modelo que ha fracasado en todo el mundo”, sentenciaba el analista oficial sobre economía cubana de la prensa corporativa, Carmelo Mesa-Lago.

El 23 de septiembre, Donald Trump anunciaba el enésimo paquete de sanciones: las contadas personas de EEUU que consiguen un viaje autorizado a Cuba, no podrán quedarse en hoteles ni comprar productos del Estado cubano.

Un ingreso menos para este Estado y, por lo tanto, para el presupuesto nacional que sostiene la salud y educación gratuitas, o la canasta básica y vivienda subvencionadas.

Pero nada, repitan conmigo: la culpa es de la “mala gestión” en un “modelo fracasado”.

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