Historia de los golpes de estado en Bolivia – parte 3

Entre los que sufrieron la censura de prensa, estuvo el escritor y periodista Juan José Capriles Márquez, trabajó como redactor en los periódicos bolivianos Presencia, El Diario y La Nación y en Perú en las revistas Crónicas, Caretas y Cascabel hasta su regreso a Bolivia y en 1960 solicitó asilo en Brasil, donde trabajó en la sección internacional de O ESTADO DE SAO PABLO y en la Revista CRUZEIRO. En 1965 fundó en Bolivia el semanario Critica. Es autor de varios libros.

CAPAC – Por Froilán González y Adys Cupull

III.- Dominio de la cultura y la economía

“Soy hombre de Radio y Televisión desde hace más de 65 años. (Nació en 1936). Como director y dueño de la revista Critica, en ese entonces semanario, hemos reflejado algo que se convirtió en escándalo. Una persona, presuntamente sacerdote dominico norteamericano, nos visitó en la redacción y contó cómo había un edificio en la avenida Arce, presuntamente para curas dominicos, pero venía a denunciar, eran agentes de la CIA, y tenían una especie de Central de esa agencia de espionaje.

“Nosotros comenzamos a indagar y lanzamos en una de las ediciones, como la CIA estaba utilizando todos los instrumentos para hacer que los bolivianos tengan una especie de control político. Salió Barrientos y salió la CIA con toda furia, para acusarnos de mentirosos, de estar inventando… Se desencadenó un tremendo escándalo, dijeron eso no era posible y estábamos calumniando, inclusive, a la iglesia católica.

“Me llamó el Arzobispo, me preguntó si era verdad y le mostré toda la documentación entregada por el supuesto sacerdote. Se descubrió que era cierto; había una central telefónica desde donde se oían todas las comunicaciones de los políticos, sobre todo de oposición, y había inclusive carceleras.

“Benjamín Miguel, un famoso abogado católico, me dijo querían sustentar la denuncia, en una especie de juicio interno dentro de la iglesia católica. Yo le dije: “Me someto”. Y me sometí. Se descubrió a los supuestos sacerdotes. Al denunciante lo habían maltratado y como sabía del semanario Critica, donde se denunciaba todo, decidió visitarnos …Yo denuncié en un reportaje varios crímenes cometidos por las autoridades y el envío de personas a los campos de concentración y posteriormente publiqué que el Che Guevara se encontraba en Bolivia.

“Esas informaciones irritaron a Barrientos y manifestó a los periodistas que la revista era un libelo infamatorio, un pasquín sensacionalista e indecente, y yo un mentiroso, carente de moral y ética profesional que, para venderla, utilicé una falsa información al levantar un cadáver de su tumba, porque “el Che Guevara estaba muerto desde hacía mucho tiempo”.

“A partir de ese momento fui objeto de burlas y mofas de los enemigos, el local de la revista fue allanado en reiteradas ocasiones, recibí varias amenazas de muerte y destrucción de mis propiedades.

“Al conocer sobre los combates guerrilleros en Ñacahuasú, me dirigí a Camiri con el propósito de reportar los acontecimientos, describí las condiciones espantosas de los soldados bolivianos, con los pies llagados, cubiertos con trapos, sin alimentos ni recursos médicos y aseguré que el Che se encontraba en las guerrillas y publiqué un himno dedicado al Comandante Guevara.

“Barrientos, nuevamente se molestó, ordenó mi detención y la confiscación de la edición de la revista. La CIA indicaba que el Che había sido ejecutado en Cuba, en una de las purgas, yo quería demostrar la falsedad y su presencia en Bolivia.

“Me metieron preso, conducido a la ciudad de Santa Cruz, me llevaron a una oficina de la CIA, a cargo de dos cubanos gusanos, me sometieron a interrogatorios y torturas, dejándome en situación casi agónica. Barrientos se quiso entrevistar conmigo, me lavaron cómo pudieron y me llevaron. Cuando me vio se molestó, expresó cómo habían utilizado tanta violencia y me pidió revelar dónde estaba el Che Guevara.

“Esa era la pregunta que más me hacían, Barrientos dijo que los interrogadores no servían y él iba a resolver ese problema y me preguntó: ¿para qué estas arruinando tu vida? Le respondí, me han traído preso y comenzado a torturar, sin saber realmente el motivo. Me dijo: “Esta vez has dicho la verdad, ojalá fuera mentira, pero te va a costar más cara que las mentiras que has dicho”. Barrientos en términos generales estaba totalmente sometido a la CIA, no tenía ninguna otra capacidad para quedarse en el poder. Me extendió un cheque y me dijo: “Habla” y me dio la libertad. No quiero en este momento exteriorizar lo que sentí en ese momento. Yo pensé. Me quiere comprar.

“Llegué a La Paz, me entrevisté con el abogado Manuel Morales Dávila, le entregué el cheque y le conté todo para denunciar a Barrientos. A los pocos días me detuvieron, acusado de vínculos con el Che y de enlace guerrillero. Un agente de la CIA de origen cubano me interrogó y la revista Crítica fue desmantelada y todas las propiedades robadas.

“El apelativo de “guerrillero” se aplicó a todos los de la oposición y aquellos a quienes querían arruinar o destruir, Por ejemplo, a un competidor en cualquier campo, sea comerciante o industrial, lo denunciaban como colaborador de la guerrilla y la represión caía sobre él, sin investigar ni aclarar la denuncia o cuando algún alto funcionario, político, militar o policía se interesaba por la esposa o novia de alguien, lo acusaban de guerrillero y lo aterrorizaban, al extremo de obligarlo a salir de la ciudad; si era influyente lo presionaban hasta obligarlo a tomar un avión rumbo al exilio. Las casas eran allanadas, generalmente saqueadas, y las pertenencias y objetos de valor, robados.

“El Ministro de Gobierno Antonio Arguedas vino a verme, yo he sido amigo suyo, desde antes de su nombramiento como Ministro, era tremendamente controversial. Por un lado, se decía comunista y por otro trataba de mostrarse como un fiel servidor de Barrientos.

“Arguedas me dijo: “Nosotros tenemos algún parentesco (alguno de sus hermanos se había casado con una señora Capriles) y me dijo: “Yo no quiero arruinarte, porque más o menos yo tengo las mismas ideas de izquierda, nacionalista, como las tienes tú. Pero cuéntanos –yo no voy a decir nada- ¿por qué tú estás en este trajín? Le contesté solo como periodista.

“Entonces me dijo: “Pero tú has estado en Ñacahuasú”. Respondí: “Sí, he estado para demostrar cómo el presidente me ha estado calumniando, porque dijo que el Che estaba muerto y la misma CIA ratificaba esa información y yo quería demostrar la verdad; por eso fui.”. “Me preguntó: “¿Tú estás dentro del grupo guerrillero?” Le dije ya me han atormentado con esa pregunta, pregúntale a los cubanos agentes de la CIA, ellos me han sometido a torturas, si han sacado algo de verdad…

“Se despidió amablemente y le expresé la preocupación por mis dos hijas, de cinco y siete años de edad, estaban solas con mi anciana madre, porque mi esposa estaba en Brasil. En la confusión de la despedida y en el momento que se marchaba, me fugué. Me metí en Radio Méndez, me persiguieron y rodearon la emisora, sus propietarios Alberto Méndez y Raúl Barragán, me protegieron, los del Ministerio de Gobierno cortaron la luz y el agua, pero ellos manifestaron, podían destruir la radio, pero no me entregara.

“Visitaron a mi madre, se aprovecharon de su edad y nobleza, la engañaron y le dijeron, yo quería ver a mis hijas. Mi mamá les creyó y las llevaron y me dijeron si no te entregas las violamos. Los de radio Méndez me pidieron no me entregara, me acuerdo de Johnny Villena y de Miky Jiménez, pero me entregué y me llevaron detenido a la DIC (Departamento de Investigación Criminal) y me metieron preso.

“Me visitó el coronel Hermógenes Ríos Ledezma, director de la DIC, nos conocíamos de cuando estuvo exiliado en Brasil y como yo estaba casado con Elena Quadros, sobrina del gobernador y candidato a la presidencia Janio Da Silva Quadros, le conseguí un cargo dentro de su seguridad.

“Ríos Ledezma me dijo que Barrientos le había ordenado matarme, aplicando la Ley de fuga y por la mañana iba a llegar con su chofer y estando cerca de la embajada de Uruguay, me fugara, iba a disparar e informar que trató de aplicar la Ley, pero me había fugado.

“Ríos Ledezma me recogió y llegamos muy cerca de la embajada, corrí y sentí los disparos. No sé cómo pude subir unas paredes muy altas y me sentí acogido por los uruguayos.

“Bolivia tiene que salir de este sometimiento a fuerzas ocultas, no son tan ocultas, tienen nombres: La CIA, pero el poderío de ellos es el económico y con ese poderío han comprado muchas conciencias, y lamentablemente, la miseria crea muchos miserables.”

El laureado cineasta Jorge Sanjinés Aramayo, estudió filosofía y cine, fundador de varias instituciones y del Consejo Nacional de Cultura para el Cine. En 1964 en Leipzig, Alemania, recibió el premio Joris Ivens, fundador del grupo cinematográfico Ukamau y dirigió el Instituto Cinematográfico Boliviano. En 1989 su largometraje “La nación clandestina”, recibió la Concha de Oro en el Festival de cine de San Sebastián. Ha participado en varios festivales de cine y en algunos de ellos como jurado.

“Empezamos a hacer cine en el año 1962-63, en esa época era un instrumento de lucha para contribuir al proceso libertario que estaba protagonizando el pueblo de Bolivia. Dirigí el Instituto Cinematográfico Boliviano y junto a Oscar Soria sentamos las bases del grupo cinematográfico Ukamau, nombre que tomamos del primer largometraje del grupo realizado en 1966, que constituye la primera película hablada en aimara.

“El grupo fundó la primera Escuela Fílmica, de la cual fui sub director y organizamos el Cine Club, primera institución de Cine-Debate y el Primer Festival Fílmico Boliviano, donde se exhibieron realizaciones cinematográficas desde 1948.

“Los norteamericanos enviaron un equipo de expertos, dos antropólogos, a estudiar la región y descubrieron que había una rivalidad muy antigua entre los ayllus Laimes y Jucumani, cercana a los campamentos mineros, al norte de Potosí y esa rivalidad se resolvía generalmente por la ley de Talión.

“Es decir, si un Jucumani robaba una vaquilla de un campesino Laimes, éste hacia lo mismo, luego se ritualizaban las diferencias en la fiesta del Tinku de cada año. Una fiesta muy grande, interesante, con mucha música, mucha danza, en la que se enfrentan hombre a hombre en una especie de boxeo, pero muy duro. El resto del año lo pasaban tranquilamente.

“Esa rivalidad sirvió a los norteamericanos para inventar una guerra entre ellos. Vistieron con ropas Jucumani a los soldados y atacaron una población Laimes. Incendiaron, robaron ganado, abusaron, y se desató una guerra sangrienta con muchos muertos. Eso le dio pretexto al gobierno para intervenir la región, controlar la situación y acabar con la guerra y la etnia Jucumani.

“A las cuatro de la mañana, el campamento militar fue rodeado por los mineros; llegaron 80 camiones con armamentos, incluso con ametralladoras livianas, y sometieron y rindieron al Ejército. Apresaron a los dirigentes y los fusilaron y se acabó la guerra campesina. Nosotros hicimos una película sobre esa historia, se llamaba “Los Caminos de la Muerte”. Esa película fue destruida íntegramente. No teníamos laboratorios cinematográficos y tuvimos que llevar nuestro material a revelarse en un laboratorio de Alemania. Teníamos una coproducción con una empresa alemana, para producir la película y en el laboratorio de Berlín, le dieron 5, 6 o 7 minutos más al líquido revelador y se quemó todo el negativo, no se salvó un solo fotograma.

“¿Quién hizo eso? Seguramente los norteamericanos estaban siguiendo la pista. Después de la película Yawuar Mallku, (Sangre de Cóndor) se reconstruye la historia de los crímenes de lesa humanidad protagonizados por los Cuerpos de Paz, cuando estaban esterilizando a mujeres campesinas jóvenes de nuestro país, sin su consentimiento. La película reveló esto, nadie podía creer en la sociedad boliviana que ese crimen era posible.

“Nos tachaban de extremistas, terroristas, de querer desprestigiar a Estados Unidos. Formaron dos comisiones de investigación; una en la Universidad de San Andrés y la otra en el Congreso. Después de un cierto tiempo, ambas comisiones presentaron sus informes al gobierno, certificando era verdad la denuncia de la película.

“En la Cultura el Imperio se maneja a través de los medios. Ha desarrollado una tecnología muy avasallante, muy eficaz. Controla la distribución del Cine en todo el continente: antes podíamos ver el cine argentino, mexicano, pero después los norteamericanos tomaron el control y se acabó la distribución y la visión del cine latinoamericano, para ver películas latinoamericanas teníamos que ir a un festival.

“Hay un dominio cultural, una alienación organizada por el imperio para cambiarle la mente a la gente. Y lo han logrado en gran medida, hoy los jóvenes están sumamente alienados, adictos al celular, se rasgan las rodillas de los pantalones para estar como los gringos, se cortan el cabello como los americanos y ya no les interesa el cine nacional.

“Descubrimos la injerencia fatídica y fatal de la CIA en la realidad boliviana; de los servicios secretos y no secretos norteamericanos. No fue secreto el hecho como el embajador norteamericano fue a presionar al presidente Barrientos en el año 67, para interrumpir el ampliado de obreros, estudiantes, trabajadores de Bolivia, en Siglo XX, después de la noche de San Juan; para impedir que los trabajadores bolivianos le dieran el apoyo orgánico al Che Guevara, que estaba luchando en la selva de Ñacahuasú.

“Eso se supo; no era un secreto de la CIA: que el embajador norteamericano presionó a Barrientos metiendo al Ejército, matando gente con la intención de capturar dirigentes y aniquilarlos.”

Continuará.

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