Historia de los golpes de estado en Bolivia – parte 18
El 25 de noviembre de 1995 el ex candidato a la presidencia de Bolivia Max Fernández Rojas, murió junto a sus 7 acompañantes en un accidente de aviación. El joven empresario nació en la ciudad de Quillacollo en Cochabamba en 1942, en su juventud se inició trabajando como conductor de camiones de la empresa petrolera «Gulf Oil Company».
CAPAC – Por Froilán González y Adys Cupull
XVIII.- ESTADOS UNIDOS DUEÑO DE BOLIVIA.
El mismo guion para todos los tiempos.
Desde 1984 hasta 1987 dirigió el «Banco Popular del Perú» y en 1986 logró convertirse en el accionista mayoritario de la principal fábrica de cervezas de Bolivia. En agosto de 1988 fundó el partido político Unidad Cívica Solidaridad (UCS), y al año siguiente se presentó como candidato a Presidente en las elecciones generales de 1989 y en las de 1993, formó parte del gabinete ministerial del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Varios comentaristas consideraron el accidente como sospechoso. Max Fernández estaba considerado como un joven inteligente, carismático, criticaba la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Bolivia y la subordinación a ese país, defendía la industria nacional, se oponía a la venta de empresas del estado a las transnacionales, condenaba el hecho de tener que presentar su plan de gobierno como exigía esa representación diplomática, por considerarlo humillante y discriminatorio, se negó a un encuentro con el jefe de la CIA en La Paz y muchos lo consideraban un político nacionalista con grandes perspectivas.
En 1995 una coalición internacional de políticos y académicos nominaron a Evo Morales candidato al Premio Nobel de la Paz y viajó a Europa junto a delegaciones de cocaleros de Bolivia y Perú para hablar del cultivo de la coca y como las políticas antidrogas no distinguían entre la hoja de coca y la cocaína. Esa propuesta generó una ola de críticas, calumnias y difamaciones de la derecha racista y la embajada de Estados Unidos. Al regresar Evo Morales, desde un helicóptero de la DEA ametrallaron el lugar donde se encontraban, causando cinco muertos.
El 24 de mayo de 1996 Gonzalo Sánchez de Lozada declaró que Bolivia era un país menos libre e independiente. Afirmó como antes no necesitaba ayuda externa, tenía mejor educación y economía. Pidió confiar en las reformas de privatizaciones impulsada por su gobierno para sacar a Bolivia del atraso histórico y para ello promovía un amplio programa en ese sentido y la privatización se aplicaría a empresas públicas.
Ricardo Aneyba expresó: “Las marchas por la Vida, la Coca y la Dignidad, dirigida por Evo Morales, fueron atacadas por los racistas, ellos culpan a los indios del atraso, miseria, subdesarrollo y pobreza de Bolivia, sin darse cuenta son la mayoría de los habitantes.
“El problema de Bolivia no son los indios, son los blancos, desde siglos pretenden gobernarlos, dirigirlos, someterlos, explotarlos y discriminarlos, cuando protestan los reprimen, masacran, asesinan y luego los acusan y responsabilizan de ser los culpables de la represión. ¿Cómo puede una minoría racista gobernar a la mayoría para servir a poderes extranjeros?”
“En Bolivia cuando muere un hacendado, primero se dividen las tierras entre los herederos, después los camiones, tractores y maquinarias, siguen los aperos de labranza, animales y por último las familias campesinas y los indios.
“La mayoría de los presidentes bolivianos piensan en inglés y lo hablan mejor que el castellano, casi ninguno puede comunicarse con los indios en quechua, aimara o guaraní, o en uno de los más de 40 idiomas de las diferentes culturas. Sin embargo, los indios son bilingües o trilingües, además de sus lenguas maternas, hablan quechua, aimara o guaraní y se comunican en castellano. Yo mismo aprendí quechua con mi abuela.
“Yo he nacido en Cochabamba, a cinco cuadras de la Plaza; mi abuelo era armero, mi abuelita hablaba quechua; nunca quiso hablar en castellano; decía: “Tenemos que mantener nuestra esencia, nuestro origen”. Mi mamá era costurera y cantaba en quechua, mi padre estudió ingeniería y participó en la Guerra del Chaco donde perdió un brazo, y hablaba aimara.
“Yo integré el coro del conservatorio de música de Cochabamba, cantaba música sacra, villancicos y melodramas, tanto en castellano como en quechua o aimara y en la adolescencia para ayudar a mi mamá vendía en el mercado de la Cancha discos de música, libros, artículos de librería y de regalos y los ofrecía en quechua, porque en Cochabamba la mayoría del pueblo habla quechua.
“Los campesinos bolivianos tienen el 20% de la tierra y son los que alimentan a las ciudades. Los mineros, obreros, constructores, limpiadores de calles, sirvientes son quechuas, aimaras, guaraní, guarayos, moxos y los otros originarios constituyen el 90 por ciento de la población, como puede el 10 por ciento blanco y entre los blancos no todos son racistas y explotadores, seguir sometiendo a los indios y mantenerlos en pobreza extrema, situación mantenida hasta la llegada de Evo Morales…”
El 7 de septiembre de 1996 Jaime Paz Zamora denunció una conjura entre el gobierno de Estados Unidos y el de Bolivia contra el movimiento de Izquierda Revolucionaria para hacerlo desaparecer de la escena política.
Se denunció un acuerdo secreto con Estados Unidos del Ministro de Gobierno, Carlos Sánchez Berzaín. La información provocó severos cuestionamientos. El 27, el Ministro se vio obligado a aceptar la firma del acuerdo con el FBI. La Cámara de Diputado anunció que le solicitaría un informe pormenorizado del mismo, pero las fuerzas derechistas se opusieron.
También se denunció a la empresa norteamericana Airpot Group Internacional a quien le habían cedido la administración de los tres aeropuertos más importantes y de mayor tráfico del país, La Paz, Santa Cruz y Cochabamba.
Diferentes sectores denunciaron a funcionarios podridos por estar regalando las empresas estatales en pedazos o vendiendo a precios de gallinas muertas o flacas y la aspiración máxima de esos funcionarios era recibir cuantiosos pagos por sus servicios, sin importarles convertir a Bolivia en un estado más de Estados Unidos, pero con menos independencia y autodeterminación.
Se generaron constantemente conflictos laborales por los despidos masivos, detenciones ilegales, acusaciones a dirigentes, sin pruebas, calumnias y amenazas y el Gobierno estableció el estado de sitio.
Todas las minas se estaban privatizando aceleradamente. Se desató una ola de protestas y entre el 18 y 23 de diciembre de 1996 se produjo una masacre de mineros y campesinos que exigían el retiro de la empresa norteamericana Transnacional Vista Corp de las minas de oro que la explotaba. En defensa de la empresa el Gobierno utilizó la fuerza militar con el desenlace de 11 personas muertas, 40 heridos y más de 30 detenidos.
El 1 de febrero de 1997, Estados Unidos amenazó de aplicar sanciones económicas si el candidato Jaime Paz Zamora formaba parte de una nueva alianza de Gobierno. Varios políticos declararon no aceptar que Estados Unidos decidiera quién debía ser el futuro presidente del país por encima de la voluntad popular.
Mientras, Jorge Tuto Quiroga candidato a la vicepresidencia con el ex dictador Hugo Banzer y uno de los fundadores del Plan Cóndor se negó a hacer declaraciones y afirmó que el interés de su Partido era mantener buenas relaciones con Estados Unidos.
Jorge Tuto Quiroga Ramírez nació en 1960, estudió en Estados Unidos Ingeniería Industrial en el College Station de la Universidad A&M de Tejas, máster en Administración de Empresas en la Universidad St. Edward’s de Austin y fue empleado de la multinacional IBM. Se casó con una ciudadana norteamericana y estableció su residencia en ese país, donde nacieron sus hijos.
En 1988 regresó a Bolivia y se incorporó al sector privado en la compañía minera Mintec, empleado en el Banco Mercantil, Ministerio de Planificación, como subsecretario de Inversión Pública y Cooperación Internacional y en 1992 Ministro de Finanzas, desde donde impulsó las privatizaciones de las empresas estatales y se vinculó a un grupo de tecnócratas, la mayoría graduados en Estados Unidos.
Ese año se inscribió en el partido ultraderechista Acción Democrática Nacionalista (ADN) fundado por Banzer, poco después pasó a formar parte de su círculo de confianza y provocó una gran división entre los viejos y nuevos miembros de ese partido, en 1996 fue nombrado Secretario Ejecutivo de ADN y un año después, con el apoyo de Estados Unidos, presentó su candidatura a la vicepresidencia con Banzer como presidente.
Varias protestas se realizaron en Bolivia a partir del 13 de abril de 1997 cuando se conoció que los norteamericanos habían patentizado la quinua desde 1994, otorgándole el control monopólico exclusivo. Uno de los productos orgullo de la nación boliviana quedaba en manos de los norteamericanos. La derecha racista hizo silencio.
En 1997, bajo las normas electorales, para poder presentar candidatos, se necesitaba de un partido registrado anteriormente y por ese motivo la Confederación de Trabajadores del Trópico de Cochabamba, liderada por Evo Morales y uno de los fundadores del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) se aliaron al Movimiento al Socialismo (MAS) para participar de las elecciones como candidato a diputado.
Se celebraron los comicios y el ultraderechista y ex dictador Hugo Banzer no alcanzó los votos requeridos y pactó con otros partidos y con ellos logró regresar a la presidencia por vía democrática. La campaña contó con el asesoramiento de especialistas norteamericanos, un descomunal apoyo mediático y financiero, así como un generoso presupuesto para propaganda, como cortina para la compra de votos.
Interrogada la embajadora de Estados Unidos en La Paz, por el apoyo público a Banzer cuando era dictador, respondió: “Entonces a Washington le interesaba más combatir el comunismo que defender la democracia y en muchos casos el deseo de combatir el comunismo era más fuerte al compromiso con la democracia.”
El ex dictador volvía vestido de demócrata, con el apoyo de Estados Unidos y la OEA y prometió seguir con las políticas neoliberales y confirmó públicamente, que consultaba con la embajada norteamericana para designar a sus ministros.
En esas elecciones Evo Morales llegaba al Parlamento como diputado por Cochabamba con el 70 % de los votos. Por primera vez en la historia de Bolivia, un indio con la dignidad de su identidad, cultura, origen, idioma, vestimenta y mastigador de coca, la hoja sagrada de sus antepasados, ingresaba al Parlamento Nacional.
Del libro “Mi vida de Orinaca al Palacio Quemado” del escritor y periodista Iván Canelas Alurralde, y conversaciones con Esther Morales Ayma, hermana mayor de Evo, hemos confeccionado un resumen biográfico de Evo Morales Ayma; nació en Orinaca, departamento de Oruro en octubre de 1959, descendiente de una familia aimara, de 7 hermanos, pero solo sobrevivieron 3. Su familia se dedicó a la agricultura, comercio, a criar y pastorear llamas y ovejas. Estaba organizada en ayllu, estructura andina desde antes de la colonización, donde las tierras son comunitarias. Su casa era de adobe, un solo cuarto y una cocina de piso de tierra. A veces comían en el cuarto o en el patio. Dormían en el suelo sobre cueros de llamas u ovejas y mantas confeccionadas por la madre. Los niños tenían que acarrear agua y leña. Se alumbraban con mechones.
Sus padres cada mañana a la Pacha Mama, le rendían ofrendas con alcohol y hojas de coca para que les fuera bien en cada jornada, le enseñaron a conversar con la tierra, cerros, piedras y la naturaleza. Los campesinos tienen la costumbre de venerar a los cerros como si se trataran de divinidades, los consideran personajes de la propia vida y enseñan a sus hijos en esas creencias y costumbres y el mandato de sus ancestros de no robar, no mentir y no ser flojo (vago) y trabajar.
Su padre aprendió a leer en una escuela clandestina de la comunidad, porque en 1955 estaba prohibido a los indios aprender a leer y escribir. Su mamá era analfabeta, en toda la comarca no existían médicos, enfermeros ni postas médicas, solo curanderos conocidos como callahuayas o yatiri. Leían en las hojas de coca el destino de cada persona. Su padre lo enseñó a tocar la trompeta y como no tenían reloj se guiaban por las sombras del sol. Conoció la historia de sus tíos paternos que lucharon en la Guerra del Chaco.
Desde los seis años de edad viajaba cada año con su padre al norte argentino para trabajar en la zafra azucarera, conoció comunidades de las provincias de Jujuy, Tucumán y Salta. En abril de 1966 asistió por primera vez a la escuela, cursando el primer grado en la Escuela primaria de la finca La Población de la localidad de Campo Santo, a unos 60 kilómetros de la ciudad de Salta, aún no hablaba español y descubrió la existencia de los lápices de colores.
Al regreso de Argentina su padre compraba algunos objetos necesarios para el hogar o la familia, entre ellos un catre, un lujo para una familia campesina, pero él y sus hermanos siguieron durmiendo en el suelo, en otra ocasión compró un radio de pila, fue el asombro de la comunidad. Mientras pastoreaba los animales, practicaba deportes y jugaba con una pelota de trapo con su perro Trébol. Aprendió a trasquilar a ovejas y llamas y vender la lana en los mercados de la ciudad de Oruro. También tenían burros y gallinas.
A los 10 años aprendió a hablar español, en esa época a los niños solo le quitaban la ropa para arreglarla o matar los piojos. Recordó que en una ocasión le mató como cuarenta a su hermano menor. Acompañó a su padre en viaje de trabajo con las llamas a varios lugares. En uno de ellos el hermano pequeño de su padre, pastoreando llamas se cayó por un barranco. Después de buscarlo, lo dieron por desaparecido y muchos años después lo encontraron con mujer e hijos.
A los 13 o 14 años fundó un equipo de fútbol en su comunidad y participaba en los campeonatos locales, donde fue seleccionado capitán del equipo. A los 16 años, lo eligieron Director Técnico de la selección de aquella comarca.
Se estableció en la ciudad de Oruro, donde estudió hasta octavo grado y resultó el mejor alumno, catalogado de inteligencia privilegiada, superior y de memoria impresionante. Se convirtió en un excelente estudiante y abanderado de la escuela como el mejor alumno y actuó en una obra de teatro.
Junto a los estudios, trabajó de ladrillero, panadero, jugaba fútbol, fue seleccionado secretario de Deportes de su comunidad y se convirtió en gran jugador de ajedrez. Le confesó a su biógrafo que creía en los sueños, porque siempre revelaban cosas o decían algo y había que saber interpretarlos.
En esa etapa conoció la ducha, el cepillo de diente y la pasta dental. Narró que de niño nunca se bañó, solo se mojaba el pelo, lavaba las manos y la cara. Se hizo trompetista y llegó a tocar en la Banda Real Imperial. Visitó los centros mineros del sur de Potosí y otras localidades. Conoció diferentes realidades de su país, las galletas y el chocolate.
En 1978 fue llamado al servicio militar, tenía 19 años de edad, por su estatura y fortaleza física fue seleccionado para Tropas Especiales y destinado al Estado Mayor del Ejército en la ciudad de La Paz. Se sorprendió cuando junto al uniforme y las botas le dieron sábanas, cubrecamas y almohadas, primera vez que las veía. Después de sus obligaciones militares, donde se destacó por la disciplina, y condición de líder, integró el grupo de la banda musical. Fue testigo en el Palacio de Gobierno de los golpes de estado del general Juan Pereda Asbún y del general David Padilla Arancibia. Terminado el servicio militar el 9 de enero de 1979, antes de regresar a su comunidad, decidió participar en la fiesta del Carnaval de Oruro, donde lo contrataron como músico en la Banda Imperial. Por la aplaudida actuación los contrataron para otras fiestas carnavalescas en otras ciudades.
En 1980 comenzó a trabajar en el campo hasta que un día una helada acabó con más del 70 % de la producción agrícola y más del 50 % de los animales. El sembradío de papas, quedó completamente quemado. Su mamá lloraba y su padre con los tíos, decidieron emigrar. La familia emprendió viaje para Cochabamba y se establecieron en la región del Chapare.
Recién llegados la policía entró a la zona y delante de todos quemaron vivo a un campesino cocalero, llamado Guillermo Mamani, acusado falsamente de narcotraficante. Los policías le echaron gasolina y le prendieron fuego. Desde ese día con sus compañeros acordaron luchar por los derechos humanos y decidieron bloquear los caminos contra los policías.
La Conferencia Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, lo eligió para la dirección de la Federación Especial del Trópico, una de las seis de los productores de coca, y secretario de deportes de su sindicato. Como sindicalista representó al sector de los colonos inmigrantes aimara, quechua y campesinos cultivadores de coca.
En 1983 falleció su padre, dejó sus responsabilidades sindicales para dedicarse al trabajo familiar, pero los cocaleros y campesinos del Chapare lo eligieron en 1985 secretario general de su sindicato y en 1988 secretario ejecutivo de la Federación del Trópico. A partir de ahí su vida fue intensa y está reflejada en los hechos históricos de Bolivia y América Latina.
Continuará…