Destacan ejercicio democrático sin precedentes en Cuba

Como un ejercicio democrático sin presidentes calificó hoy Homero Acosta, secretario de la Asamblea Nacional de Cuba (parlamento), el proceso legislativo previó a la construcción del nuevo Código de las Familias.

CAPAC – fuente Prensa Latina

Ese texto legal deberá ser refrendado por los votos válidos de la mayoría de los electores que acudan a las urnas en referendo previsto para el próximo 25 de septiembre.

El también secretario del Consejo de Estado de la República ofreció sus consideraciones sobre este proceso al dejar inaugurado el espacio de videoconferencias “Desde el Parlamento”, auspiciado por la Unión de Periodistas de Cuba.

Acosta calificó la consulta popular entre febrero y abril de este año y el referendo del día 25 como una práctica democrática que lo distingue por la amplia participación ciudadana.

Advirtió que esta no tiene antecedentes en el país, pues para el Código de Familia aprobado en 1975 se realizó una consulta popular pero no hubo referendo, que se hizo por primera vez para someter a aprobación la Constitución de 1976.

Acosta recordó que en la discusión popular del proyecto de la Constitución aprobada en 2019 uno de los temas más debatidos fue el concepto de matrimonio como la unión consensuada entre dos personas, que en la carta magna anterior planteaba la tradicional concepción de la unión entre un hombre y una mujer.

Aseguró que ello responde a las profundas transformaciones en el ordenamiento familiar ocurridos en Cuba y en el resto del mundo en las últimas décadas y consideró que desde hace mucho tiempo urgía un cambio al respecto.

Añadió que el código vigente en su momento fue uno de los más avanzados a nivel regional y mundial y supuso profundos cambios en el orden social, en el papel de la mujer, la igualdad, los roles de los géneros en el espacio familiar y otros aspectos, pero ya quedaron atrás esas normas.

Por ello, señaló, el nuevo código responde a la necesidad de construir un régimen jurídico familiar con el mayor consenso y legitimación y responde también a los instrumentos internacionales multilaterales que Cuba suscribió en los últimos años, como la Convención de los derechos del niño y la de las personas en situación de discapacidad.

El alto funcionario se refirió al largo proceso de redacción del documento con la participación de representantes de los más amplios sectores, el cual se desenvolvió -dijo-, en medio de serios debates y no con un apoyo unánime y acrítico como acostumbran a decir los detractores de la gestión del Gobierno cubano.

Abundó que a ello siguió la consulta popular a lo largo de tres meses, de la que surgieron miles de opiniones y propuestas que la comisión redactora recogió en una ardua labor y resultó en la modificación del casi el 48 por ciento de los artículos del texto debatido por la población.

Ese documento final fue aprobado por la Asamblea Nacional del Poder popular y es el que será sometido a referendo el 25 de septiembre para que los electores, definitivamente, lo aprueben o no, aseveró.

Acosta puntualizó que este Código se construyó desde la visión de las mayorías, y de ser aprobado, ese concepto debe primar: Se respeta la opinión de la minoría, pero esta debe respetar el criterio de la mayoría y ese es el sentido de la democracia.

Lo que se someterá a aprobación del 25 de septiembre no es la creación ni la imposición de un grupo, sino la construcción colectiva de los genuinos representantes del pueblo, que es el parlamento, y de la ciudadanía misma, que es quien al final decide sobre esa norma jurídica, subrayó el secretario de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

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