Cuba rechaza manipulación de EEUU sobre supuestos incidentes con sus diplomáticos
El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, rechazó hoy la manipulación por parte de Estados Unidos de los supuestos incidentes de salud con sus diplomáticos acreditados en La Habana.
CAPAC- Tomado de Resumen Latinoamericano Cuba/ Foto: Reuters.
En su cuenta de Twitter el canciller escribió que “quienes se oponen a una relación respetuosa entre Cuba y Estados Unidos manipularon de forma oportunista el hecho para atacar a Cuba y a las relaciones bilaterales”.
El jefe de la diplomacia cubana hizo alusión a un informe publicado sobre los supuestos ataques contra los funcionarios estadounidenses acreditados en la isla, el cual reivindica el reclamo de la nación caribeña sobre la necesidad de cooperar en el esclarecimiento de los hechos.
Además, afirma Rodríguez, confirma la ausencia de evidencia de que se haya producido un ataque.
Un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos dado a conocer en días pasados, sostiene que la causa probable del denominado incidente de salud de los diplomáticos norteamericanos pudiera ser la radiación de microondas dirigida.
La investigación, sin embargo, no atribuye responsabilidad de la emisión de las ondas de energía a nadie, aunque señala que la otrora Unión Soviética llevó a cabo investigaciones relacionadas, refiere BBC.
Cuba ha reiterado en varias ocasiones la voluntad de sostener una cooperación efectiva en la investigación de los alegados incidentes de salud, pero la nación norteña se rehúsa a compartir información, mientras continúan las especulaciones sin evidencia científica y políticamente motivadas.
El 17 de febrero de 2017, el Departamento de Estado y la Embajada de Estados Unidos en la isla informaron al Ministerio de Relaciones Exteriores y a la sede diplomática de Cuba en Washington sobre la ocurrencia de presuntos ataques acústicos entre noviembre de 2016 y febrero de 2017.
Desde entonces, y aunque ha cambiado el uso del término ataques por otros, la administración estadounidense persiste en que La Habana no es una plaza segura para su personal diplomático, pretexto empleado para deteriorar las relaciones entre ambos países.
Con esa justificación prácticamente cerraron los servicios en la sede diplomática estadounidense, obligando a los cubanos a recurrir a terceros Estados para sus trámites; en tanto expulsaron a funcionarios de la embajada de la nación caribeña en Washington debidamente acreditados.
El canciller ha ratificado en diversos escenarios que Cuba cumple escrupulosamente con la obligación de proteger la integridad, dignidad y normal funcionamiento de una misión diplomática, su personal y las familias.
Asimismo, afirma que desde la primera notificación las autoridades cubanas, al más alto nivel, se dirigieron al Gobierno de Estados Unidos para ofrecer completa y plena cooperación, información, disposición a recibir investigadores norteamericanos y a cubrir todas sus necesidades.
De forma paralela, investigadores de la isla iniciaron un exhaustivo estudio, indicado por la máxima dirección del Gobierno cubano, el cual demostró que no hubo ni ataque ni acto deliberado.
La indagación del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos coincidió con el resultado de la investigación cubana.
El jefe de la diplomacia cubana precisó además que el equipo de expertos de la isla propuso numerosas acciones de cooperación, incluso entre ambos grupos médicos, y Washington rechazó o impidió realizarlas.