China III: El origen de las reformas es el XIV Plan Quinquenal
China tiene 1.400 millones de habitantes, ¿por dónde van a ir ahora las cosas?: los bienes raíces (edificios, terrenos, o sea vivienda), disponibilidad y asequibilidad de la atención médica (la experiencia de la COVID-19 es determinante) y la jubilación (protegerla y asegurarla en condiciones).
CAPAC – por Alberto Cruz/Ceprid/La Haine en el Pajaro Rojo
A lo mejor se puede dar una pista de por dónde van a ir ahora las cosas: los bienes raíces (edificios, terrenos, o sea vivienda), disponibilidad y asequibilidad de la atención médica (la experiencia de la COVID-19 es determinante) y la jubilación (protegerla y asegurarla en condiciones). No hay que olvidar que China tiene 1.400 millones de habitantes. Habrá más sectores, sin duda –como la educación, aún en proceso de renovación pese a lo contado más arriba–, pero el camino está claro y marcado desde un poco antes de estos movimientos anticapitalistas o de freno al capitalismo. Es lo que en China se conoce como “abordar las tres grandes montañas”: sanidad, educación y vivienda.
El camino por el que ahora se está andando se trazó en el XIV Plan Quinquenal, aprobado en el XIX Pleno del Comité Central del PCCh (26-29 de octubre de 2020). En él hay una “combinación flexible” de capital público y privado, aunque destacando que “es el Estado el sujeto principal de la economía y quien establece las condiciones económicas”. O sea, el interés de las empresas privadas está subordinado al Estado, como ha quedado palmariamente comprobado con la pandemia y cómo la enfrentó China y está quedando muy en claro también ahora, o más, con las medidas aprobadas (y las que vendrán).
Estas medidas están causando sorpresa y alarma en el mundo capitalista occidental. La multinacional financiera estadounidense Morgan Stanley ha sido quien más claro lo ha dicho hasta ahora (8 de agosto de 2020): “Se está produciendo un profundo cambio de política en China. Para lograr los objetivos de garantizar la estabilidad social y hacer que el crecimiento económico sea más sostenible, los responsables de la formulación de políticas han iniciado un ciclo de endurecimiento regulatorio de gran y amplio alcance. Este nuevo curso dará forma a la evolución de la economía y los mercados de capitales de China en los próximos años” (…) “Si bien este cambio de política no debería sorprendernos, dado que la desigualdad de ingresos es un problema mundial, la velocidad, la escala y la intensidad de las medidas que estamos viendo en China hoy son inesperadas”.
Efectivamente, no se lo esperaban. Como tampoco han entendido, ni entienden, a China ni en el marco en el que todo esto se está haciendo: la conmemoración del centenario del Partido Comunista. Porque lo que dice el XIV Plan Quinquenal es que cuando China habla de “prosperidad común” y “país moderadamente próspero” es lo que está haciendo con la “circulación dual o doble circulación”: reequilibrar la economía de China hacia el consumo. Es decir, se acabó eso de ser la fábrica del mundo. En otras palabras: menos capitalismo.
Terminar con la pobreza, sin calificativos
Morgan Stanley dice que esto es “un paso atrás desde la perspectiva macroeconómica”. Pero esto esa algo previsible desde que se anunció que China ha logrado acabar con la pobreza absoluta. Se supuso que China, como Occidente, se iba a quedar ahí, manteniendo una bolsa “aceptable” de población en la pobreza. Pero no ha sido así. China ha terminado una etapa y ha abierto otra: terminar con la pobreza, sin calificativos. Por eso se habla de “país moderadamente próspero” y, para ello, y una vez lograda la primera meta, la abolición de la pobreza absoluta, abordar la desigualdad y terminar con ella.
De eso va el XIV Plan. Si se quiere reequilibrar la economía hacia el consumo, como se dice, se tiene que aumentar el nivel salarial. En eso se está. El año pasado, habiendo vencido al coronavirus, China incrementó el salario mínimo el 46,7%. Está claro que solo un aumento de salarios ayuda a los hogares, cierto, pero también afecta a los empresarios porque ganan menos. Es la eterna lucha entre capital y trabajo y, en China, ahora está ganando el trabajo. Por eso hay tanto nerviosismo, y malestar, en los grandes centros del capitalismo mundial que, quiérase o no, no están en China. Como dice de nuevo Morgan Stanley: “El resultado es que, a corto plazo, los efectos del ciclo de endurecimiento regulatorio deberían frenar el sentimiento empresarial general, reducir la inversión privada y afectar el crecimiento a futuro. También puede disuadir a los inversores globales de profundizar su participación en los mercados de capital de China”.
Hay que recordar que la famosa estrategia de “doble circulación” diseñada en este XIV Plan Quinquenal apuesta de forma clara por el consumo interno frente a las exportaciones. Es decir, se mira más hacia dentro que hacia fuera, en todos los parámetros. Esto va a permitir a China impulsar el desarrollo socioeconómico de su población tanto a corto como a medio plazo y –lo más importante– libre de presiones externas. Todos los movimientos relatados se enmarcan en esa dirección porque van dirigidos a sectores en los que hay, por una parte, interés de los inversores extranjeros, con lo que se limita un tanto dicho interés del capital foráneo, y, por otra, se los circunscribe a un ámbito mucho más nacional y dentro de los parámetros establecidos por el Partido Comunista.