Covid-19: Cuba rompe el dominio de un sector monopolizado
Entrevista a Leyde Ernesto Rodríguez Hernández, Vicerrector del Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García de La Habana.
CAPAC– Tomado de Visiones políticas/ Publicado originalmente en Humanite/ Foto: Yamil Lage /AFP.
– La vacuna Soberana 02 está en la fase final de evaluación, con pruebas en 150.000 personas. Mientras las grandes farmacéuticas dicten sus reglas y los países capitalistas desarrollados se apoderen de las dosis de vacuna ya disponibles, ¿qué cambiaría con la llegada de esta vacuna para los países del Sur?
Leyde Ernesto Rodríguez: Quiero precisar que los cuatro candidatos vacunales cubanos avanzan en sus distintas fases de evaluación en las diferentes provincias de Cuba. Me refiero a Soberana 01, 02, Abdala y Mambisa. Tendremos cuatro vacunas para la vacunación masiva y voluntaria de los 11 millones de cubanos. El candidato vacunal Soberana 02 debe iniciar su fase III de ensayos clínicos el próximo 1 de marzo, según informaron autoridades del Instituto Finlay de Cuba. Esta vacuna demostró en sus etapas de estudio II A y II B gran seguridad, así como una respuesta inmune potente. La estrategia de comercialización de las vacunas cubanas tiene una combinación de humanidad y de impacto en la salud mundial.
En ese sentido, podrían observarse en el plano de las percepciones y de la opinion pública importantes cambios. Lo primero es que los países del Sur podrán constatar que Cuba ha logrado romper la dominación de un sector monopolizado y controlado por transnacionales capitalistas que tienen en los medicamentos y en la salud un negocio lucrativo, pues el capitalismo lo convierte todo en mercancía y competencia.
Se abre una posibilidad para que los países del Sur, en especial en América Latina, se interesen en relanzar la cooperación para salvar vidas. Cuba siempre ha estado abierta a la cooperación y la solidaridad internacional en el campo cientifico, médico y farmacéutico. Lo ha demostrado con hechos y no con bellas palabras. Es permanente la disposición de Cuba a transmitir sus experiencias y conocimientos sobre los nuevos desarrollos en este campo, para beneficio de su pueblo y de la humanidad. Es por eso que muy destacados politicos, parlamentarios, científicos y académicos de todo el mundo están postulando a las Brigadas Médicas de Cuba «Henrry Reeve» al Premio Nobel de la Paz, porque ellas han dado una gran contribución a los países del Sur, y también en Europa durante la pandemia de Covid-19. Algo similar podría pasar con las vacunas cubanas porque todo parece indicar que la Covid-19 seguirá afectando a la humanidad en los próximos años y la población de los países del Sur será la más perjudicada. Los cambios también dependerán de la voluntad política de los gobiernos de los países del Sur en la coordinacion de acciones de solidaridad y cooperación en beneficio de sus pueblos. Para la Revolución Cubana “Salvar Vidas» ha sido siempre su objetivo principal y se evidencia nuevamente en estos trascendentales resultados vacunales, los cuáles ponen bien en alto el estado de la ciencia cubana, a pesar del bloqueo imperialista.
– Todo en la situación actual exige hacer de las vacunas un bien común de la humanidad, y no una mercancía, objeto de especulación. ¿Cuál es la posición de La Habana sobre el tema de las patentes?
Leyde Ernesto Rodríguez: Coincidimos con organizaciones internacionales en defensa de la sanidad pública, que las vacunas y medicamentos contra la Covid-19 no tengan patentes. Tengo que recordar que los actores internacionales que defienden a ultranza el sistema capitalista en crisis y decadencia: Estados Unidos, Unión Europea y Japón, entre otras, se han posicionado en contra de la exención de patentes, porque eso afecta la especulación financiera y la obtención de ganancias de las empresas transnacionales que comercian con esos productos destinados a la salud humana. Son enormes las ganancias que han obtenidos durante toda la pandemia y las que esperan seguir obteniendo. Los ricos son ahora más ricos y los pobres son hoy más pobres que en marzo de 2019, cuando comenzó la pandemia. El uso de patentes deja sin vacunas a una gran parte de la población de los países del Sur, que son los más pobres. Sin embargo, las empresas farmacéuticas capitalistas han obtenido esos resultados con un 50 % de dinero público, pero obtienen enormes ganancias con la venta de las vacunas. Es una cuestión de carácter ético que los capitalistas no respetan. Defender la existencia de patentes en este sector es totalmente insolidario, viola derechos humanos, porque las personas tienen necesidad de una cobertura universal de salud, quieren salvar sus vidas y la de sus familias mediante el acceso gratuito a las vacunas. En todo esto el sistema capitalista muestra una impotencia total, incapacidad y, por lo tanto, ha fracasado en frenar la enfermedad en más del 80 % de la población del planeta. Es una catástrofe magnificada por la guerra comercial que escenifican las transnacionales farmacéuticas.
– ¿Cómo pudo Cuba desarrollar una experiencia tan aguda en el campo de la biotecnología, a pesar del bloqueo de Estados Unidos?
Leyde Ernesto Rodríguez: No es un milagro. No existen los milagros. Cuba pudo lograr esta experiencia gracias a las ventajas que ofrece su sistema socialista que privilegia la salud como el principal derecho humano de su población. Un servicio gratuito de salud universal que se ve acompañado de un sistema planificado de su economía para un mejor uso de los recursos financieros, materiales y humanos, en condiciones de una guerra económica, comercial y financiera, un bloqueo de los Estados Unidos desde hace 62 años, el cual nos ha provocado muchos daños materiales y económicos. Es el bloqueo más largo que haya tenido que soportar un país del Sur, cuyo único objetivo es la destrucción de la Revolución Cubana y el socialismo en la isla. Hay que reconocer que ese resultado se debe a la estrategia y visión de Fidel Castro Ruz de “convertir a Cuba en un país de hombres de ciencias, en el que se han formado con una educación universal y gratuita cientos de miles de profesionales de la salud e investigadores salidos del pueblo que son hoy los reales protagonistas de esa proeza.
– Miles de médicos cubanos cada año enfrentan crisis de salud en ocasiones muy graves, como la epidemia de Ébola que azotó África Occidental en 2013. Estas brigadas también intervinieron en Europa durante la pandemia del Covid-19. ¿Es esta una forma de «diplomacia sanitaria»?
Leyde Ernesto Rodríguez: Desde el punto de vista académico, hoy se trata de acuñar el concepto de “diplomacia médica, sanitaria o de salud. Nosotros mismos en la Revista Política Internacional del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, donde trabajo, hemos publicado algunos artículos sobre el tema y la cooperación médica cubana internacional. Más allá del debate académico existente, lo cierto es que la humanidad, afectada por la pandemia de la Covid-19 y los graves problemas globales: la pobreza, el hambre y el cambio climático global, necesita de la acción combinada y coordinada de la ciencia, la salud y de la diplomacia. En ese sentido, la diplomacia y la ciencia, en el siglo XXI, deberían estar a favor de resolver esos problemas y de salvar vidas, no al servicio de los conflictos, la exportación de armas y de las guerras.
– ¿Hasta dónde se remonta y como se explica la tradición cubana de internacionalismo médico?
Leyde Ernesto Rodríguez: Se remonta al siglo XIX, lo encontramos en el pensamiento humanista, universalista e internacionacionalista de José Martí, nuestro Apostol y Héroe Nacional, en su concepción de “Patria es Humanidad”, desde el territorio donde se nace hasta cualquier parte del mundo, porque todos pertenecemos al mismo género humano, como también nos dijo Bolívar. La convicción profunda de Martí en la posibilidad de la independencia de Cuba, en su fe, sin límites, en el mejoramiento humano, en la capacidad que tienen las personas en hacer el bien y sacrificarse desinteresadamente por el bienestar de la humanidad. Si no se entiende ese ideario de Martí, desarrollado por Fidel Castro Ruz, con el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959, no se ha comprendido nada. Con ese nuevo internacionalismo, Fidel y el pueblo cubano, materializaron el sueño martiano de una República independiente y soberana, a favor de los humildes, solidaria y abierta al mundo.