Crear una crisis sanitaria en Cuba: Objetivo de la guerra contra su cooperación médica

Cuba ha enviado, en seis décadas, más de 400 mil cooperantes de la salud a 164 países. Durante esta pandemia, 3.800 han ayudado en 39 naciones, salvando más de 12 mil vidas. No existe, en la historia, otro ejemplo similar de cooperación médica internacional masiva.

CAPAC- Tomado de Cubainformación/ Foto de portada: MINREX.

Pero ¿qué leemos sobre ello en la prensa? ¿Las historias de vida de estas decenas de miles de personas, sus experiencias de dedicación y altruismo en selvas o favelas, sus reflexiones sobre la solidaridad, la pobreza o la injusticia? Ni una.

Lo que agencias y medios convierten en noticia es el “informe” de una ONG de extrema derecha (llamada Prisoners Defenders) que sostiene que todo es un “negocio millonario del régimen cubano” con un patrón de “esclavitud masiva”.

El gobierno de EEUU aporta al supuesto “informe” los objetivos, los fondos, los datos y los testimonios. Los de 600 excooperantes -400 en total anonimato, sin nombre-, a quienes, en su mayoría, concedió asilo político. El premio: visas, dinero y ofertas de empleo en EEUU. ¿El botín de Prisoners Defenders? Una parte de los tres millones de dólares de un programa de la USAID, la Agencia para el Desarrollo de EEUU, dirigido a quienes –palabras textuales- «investiguen, recopilen y analicen» información contra las misiones médicas cubanas.

En todo caso, 200 o 600 testimonios obtenidos con premios y dinero, son una muy pobre cosecha frente a las decenas de miles de profesionales de la salud cubana que jamás abandonarían por dinero a las comunidades vulnerables que atienden.

Washington está en plena ofensiva para destruir la cooperación médica cubana. Con cuatro objetivos. Uno, el electoral: fidelizar a los donantes y al voto duro de la ultraderecha cubanoamericana en el estado de Florida. Dos, el diplomático: enrarecer las relaciones de Cuba con los países receptores de cooperación. Tres, el ideológico: manchar la imagen solidaria de Cuba en el mundo, fortalecida tras el reciente envío de ayuda médica a Italia.

Y cuatro, el objetivo de guerra económica. El Departamento de Estado trabaja sin descanso para cerrar todas y cada una de las fuentes de ingresos o suministros de la Isla: el turismo, las remesas, el combustible, la inversión extranjera… La destrucción de los acuerdos médicos internacionales busca cortar la vía de ingresos con la que Cuba ha conseguido sostener su sistema público de salud.

Recordemos que una parte de la cooperación médica cubana, la desarrollada en naciones muy pobres, es sufragada por La Habana. En otros países, los gastos son compartidos. Y en otros con rentas más altas, Cuba recibe un pago por los servicios. El citado “informe” extrapola este último caso al conjunto de la cooperación cubana, obviando los dos primeros.

«El régimen cubano –nos dicen- explota a sus profesionales (…), usándolos para comprar apoyo financiero y político (…) y mantener a flote su ajustada economía” . Pero ¿a qué personas del “régimen”, a qué bolsillos, a qué cuentas irían a parar los beneficios de este supuesto gran “negocio”?

El citado “informe” no recoge la más mínima prueba de un solo dirigente, funcionario o intermediario de Cuba que haya recibido dichos “beneficios”. Porque de existir, ya se las habrían facilitado las agencias de inteligencia de EEUU. Que saben que los fondos recibidos por cooperación, además de mejorar las condiciones económicas del personal cooperante y sus familias, garantizan el presupuesto de Salud Pública de Cuba.

Es decir, con una parte de su cooperación médica, Cuba no solo atiende a poblaciones vulnerables en países del Sur Global. Además, garantiza en la Isla los servicios médicos de más de once millones de personas y el empleo de 479 mil del sector salud. Sostiene su cooperación en los países más pobres y, también, las becas de la Escuela Latinoamericana de Medicina, que ha formado ya a 30 mil profesionales de 115 países.

Es la fórmula más honesta que ha encontrado Cuba para sostener su sistema gratuito de salud, frente al bloqueo brutal de EEUU, que cercena sus exportaciones, impide su comercio, le veta todo crédito al desarrollo y ahuyenta la inversión.

El presidente de Prisoners Defenders, el empresario Javier Larrondo, declaraba exultante que “el régimen (cubano) se encuentra en quiebra técnica y sin tesorería. Es el principio del fin” . Destapaba así el objetivo de esta supuesta “ONG española de derechos humanos” –como la presenta la prensa – y verdadero gabinete encubierto del Departamento de Estado: dinamitar los ingresos del sistema de salud de Cuba, hasta provocar su colapso y generar una crisis sanitaria en la Isla.

 

https://youtu.be/zZMss3EbmEA

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