Tabaco: Un producto cubano que no cree en el bloqueo
En medio de la compleja situación originada por la COVID-19, la producción de tabacos exportables no se detiene.
CAPAC- Por Granma/ Foto:
/ Tomado deA la entrada de San Juan y Martínez, escrito con letras enormes sobre una de las típicas construcciones para secar la cosecha que pueblan las vegas pinareñas, un cartel le anuncia al visitante: «la meca del tabaco».
En el umbral de San Luis, en el techo de otra gigantesca casa de cura, un letrero igual de llamativo riposta: «la cuna del tabaco».
Desde hace siglos, ambos territorios se disputan la supremacía en una actividad que distingue a Vueltabajo, sin que jamás se haya llegado a un consenso.
Sin embargo, lo que nadie discute es que en esos dos municipios, junto a las vegas de Pinar del Río, Consolación del Sur y una pequeña porción de Minas de Matahambre, se obtiene el mejor tabaco del mundo.
Cuentan los especialistas que así ha sido siempre, desde que el gran almirante Cristóbal Colón llegó al «nuevo mundo», y que se trata de un don que la naturaleza le regaló a esta región del occidente cubano.
El doctor en Ciencias Nelson Rodríguez López, director de la Estación Experimental del Tabaco San Juan y Martínez, asegura que ello se debe a la combinación de cuatro factores fundamentales: el clima, el suelo, la experiencia de los campesinos y las variedades que se siembran.
Si alguien llevara nuestras semillas a cualquier otro sitio, no lograría el mismo resultado, advierte. «En condiciones normales, no hay tabaco que supere al de Cuba en ningún otro lugar».
Un renglón fundamental para el país
Bien lo sabía el presidente estadounidense John F. Kennedy, cuando en febrero de 1962, impuso el bloqueo económico, comercial y financiero a nuestro país.
Así lo prueba la famosa anécdota que contaría luego su secretario de prensa, de que justo el día antes de firmar el decreto que hacía ilegal la entrada de productos cubanos a aquella nación, el mandatario lo llamó a su oficina para encargarle la compra de mil puros de su marca favorita.
Los estragos a la economía de la Isla, serían cuantiosos desde aquel justo momento. Pero al tabaco cubano no habría ley alguna capaz de detenerlo.
No quiere decir que la guerra económica impulsada por Washington no lo afecte, o que el acceso al mercado de EE.UU. no sería muy provechoso; sino que a pesar del bloqueo, el tabaco cubano se comercializa actualmente en más de 150 países y la demanda no deja de crecer.
Por ello, en medio de la compleja situación originada por la COVID-19, la producción de tabacos exportables no se detiene.
El Segundo Secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, recientemente advertía que ante los efectos de la pandemia sobre la economía, es preciso seguir potenciando todo aquello que genere exportaciones, y añadía que «el tabaco es uno de los renglones fundamentales para el país».
En 2019, este importante sector generó cerca de 270 millones de dólares, una suma que representa alrededor del 70 % de las exportaciones de la agricultura cubana.
Vueltabajo decide
Detrás de esas cifras, las vegas pinareñas tienen un peso decisivo. De ellas, y más exactamente del macizo tabacalero de Vueltabajo (municipios de San Juan y Martínez, San Luis, Pinar del Río y Consolación del Sur), sale toda la materia prima con la que se conforman los Habanos, a excepción de la capa, que también se obtiene en otros territorios de la Isla.
Consciente de ello, hoy la provincia se dedica al mismo tiempo a la recolección de la cosecha 2019-2020, al beneficio de las primeras hojas acopiadas, y a los preparativos de la próxima campaña.
Virginio Morales Novo, especialista del Grupo Empresarial Tabacuba, señala que en el campo quedan aún unas 1 800 hectáreas repartidas en nueve de los 11 municipios, y que sin descuidar las medidas de protección establecidas, para evitar el contagio con el nuevo coronavirus, se mantienen abiertas 108 escogidas y 11 micro-escogidas.
Paralelamente, se lleva a cabo la roturación de las 1 190 hectáreas que se destinarán a semilleros en la venidera cosecha y el montaje de 40 nuevos túneles de posturas.
En total, para la próxima campaña, se pretende sembrar más de 19 700 hectáreas, un área muy similar a la prevista en la 2019-2020, con la cual se confirma que los ajustes al plan de la economía, motivados por la Covid-19, no incluyen la reducción de exportaciones en rubros como el tabaco, tal como afirmara el viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández hace algunos días.
Además, con el propósito de mejorar los suelos, se labora en la obtención de humus de lombriz y de materia orgánica, en la siembra de abonos verdes, y el tiro de miles de toneladas de cachaza y de carbonato de calcio.
«Aunque existen dificultades con algunos recursos, nuestra actividad se sigue respaldando en todo lo posible, porque es un renglón que no tiene limitaciones. Todo lo que se haga, se vende», afirma Virginio.
Reconocido con la condición de Hombre Habano en 2018, por su amplia experiencia de más de 40 años en el sector, el especialista asegura que «de la misma manera que otros países dicen tener la mejor cerveza o el mejor vino, Cuba posee el mejor tabaco del mundo, y por eso su producción no tiene fronteras.
«Se trata de un sello genuino de este territorio, algo con lo que la naturaleza nos agració», reconoció.