¿Se vienen nuevas protestas de color en Bolivia y Cuba?
Todo indica que actualmente se están gestando nuevos escenarios para impulsar revoluciones de color en Latinoamérica. En esta oportunidad Bolivia y Cuba vuelven a estar en la mira de los que buscan un cambio de régimen en esas naciones.
CAPAC- Tomado de Misión Verdad / Foto: AP.
Si bien las circunstancias políticas soy muy diferentes entre la isla y el país andino, en ambos se aplica el recetario para promover crisis internas cuyo fin es la implosión y desestabilización, otras formas de intervención que Estados Unidos usa para derrocar gobiernos, o al menos socavarlos, que son autónomos de los designios imperiales.
De acuerdo al catecismo de Gene Sharp, el experto en revoluciones no violentas más famoso del mundo, y que desarrolló 198 técnicas para aplicar la estrategia de cambio de régimen, uno de los métodos para impulsar revoluciones de color es la protesta que refleja el descontento social, la cual generalmente estalla luego de los procesos electorales.
¿Qué escenarios se avecinan para Bolivia?
Nuevos planes de desestabilización se preparan en el país sudamericano, esta vez contra el gobierno de Luis Arce. Recordemos que los que buscan promover nuevos escenarios de violencia ya participaron en el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019, que devino en un ciclo de crisis política que dejó decenas de muertos, persecuciones contra los dirigentes del MAS, corrupción y un gobierno de facto.
Desde que Arce asumió la presidencia se han ido revelando detalles del entramado detrás del golpe de 2019, conspiración en la que ha participado Estados Unidos indirectamente, pues se descubrió que planeaban el envío de mercenarios a Bolivia.
El medio The Intercept difundió unas grabaciones de llamadas entre Luis Fernando López, quien fue nombrado como ministro de Defensa durante el gobierno de facto de Jeanine Áñez, y Joe Pereira, un antiguo administrador civil del ejército estadounidense enviado a Bolivia y señalado como organizador de una misión con mercenarios en el país suramericano.
El golpe se realizaría en la víspera de la toma de posesión del actual presidente, ya que se corría el rumor de que, al asumir el poder, supuestamente reemplazaría a las fuerzas armadas y la policía boliviana por milicias cubanas y venezolanas. Que a casi dos años del golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales se sumen otros elementos de desestabilización demuestra la continuidad de un plan cuyo objetivo es lograr derrocar a cualquier gobierno autónomo de los designios imperiales.
Recientemente, fue revelado un video en el que el gobernador del departamento de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, afirma haber tenido 6 mil mineros armados con dinamita a su disposición para derrocar al presidente Evo Morales. El video es de diciembre de 2019, uno de los periodos de mayor conflictividad en Bolivia luego del golpe.
«La charla fue larga y me dice: ‘Yo te voy a tumbar a Evo Morales, pero prométeme ser presidente’. Yo le dije: ‘Ahorita primero recuperemos la democracia. No, yo te garantizo que lo vamos a tumbar. Pero… Ya, ok, te prometo’. Nos fuimos y dice: ‘Va a haber quilombo en el aeropuerto, pero vas a poder entrar’. Dicho y hecho», dijo Camacho durante la inauguración de un mural en su honor.
Recordemos que Camacho fue una de las caras más visibles del golpe contra Evo Morales. Como presidente del Comité Pro Santa Cruz emprendió una suerte de cruzada desde la zona más rica del país hasta la sede del Gobierno, en La Paz, bajo la consigna «Dios volverá al palacio». Previo a esto, impulsó una ola de racismo que se cristalizó con la persecución de indígenas, líderes sindicales y militantes del partido de Morales, que incluyó la quema de casas y linchamientos.
Volviendo a los posibles escenarios por venir en Bolivia, y sobre todo entendiendo la continuidad del plan para sacar al MAS del Gobierno, es plausible suponer que las recientes protestas de mineros en el país andino no son del todo espontáneas y corresponden a una operación de intento de cambio de régimen a través de una revolución de color.
Recientemente, Clemente Ramos, el jefe de bancada del MAS en la Asamblea Legislativa Departamental de Santa Cruz, dijo que se está gestando nuevamente un golpe de Estado. «Hago un llamado a todas las organizaciones sociales del Departamento de Santa Cruz a declarar estado de emergencia y movilización para no permitir otro nuevo golpe de Estado (…) Luis Fernando Camacho solo ha creado odio y fascismo», dijo el dirigente.
Una prueba de que no hay una una razón aparente para protestar son las declaraciones del seguidor de Camacho que presentamos a continuación, cuyo discurso absurdo muestra que ni siguiera sabe por qué está trancando las calles. «Porque Camacho quiere que sigamos adelante, porque Camacho nunca se rinde», dice. «Porque Camacho está pidiendo no sé qué, pero estamos aquí bloqueando», refiere cuando una periodista le pregunta cómo piensan lograr los objetivos y la razón de su protesta.
Escenarios parecidos se pueden encontrar en la receta de revolución de color que se ha intentado aplicar en Venezuela, Cuba y Nicaragua, países que, además de Bolivia, están en la mira de Estados Unidos y sus intereses imperiales.
Por otra parte, en Cochabamba también se han llevado a cabo manifestaciones para defender al alcalde de derecha Manfred Reyes Villa del gobierno central. El argumento es que quieren convertir a ese país en Cuba o Venezuela.
Asimismo, alertan que los movimientos pregolpistas que se realizan en distintas latitudes de Bolivia son muy parecidos a los de 2019, previo al golpe de Estado contra Evo Morales, donde los escenarios son La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, epicentros en los que se realizan marchas indígenas financiadas por la extrema derecha.
Que grupos armados hayan tomado violentamente un mercado de coca de La Paz y quemaran la bandera Wiphala es un indicio de ello.
De acuerdo a un reporte de KawsachunNews, un grupo minoritario de derechas de la asociación de cocaleros de la región de los Yungas de La Paz tomó hace pocos días por la fuerza el control del mercado oficial de coca de La Paz, conocido como ADEPCOCA, y su primera medida fue retirar la bandera que representa la diversidad de las culturas originarias.
«La mayoría pro-MAS ha sido desplazada de su sede tras semanas de protestas armadas por parte de la minoría derechista. Hablamos con la expresidenta de ADEPCOCA, Elena Flores. Flores es una dirigente afroboliviana que fue encarcelada por la dictadura de Añez», refieren.
Señalan que están utilizando a pequeños grupos indígenas para argumentar que el gobierno de Arce está saqueando la naturaleza al nacionalizar los recursos. Con ello buscan proyectar un clima de caos entre los sectores que históricamente han apoyado al MAS, mientras la derecha histórica instrumentaliza los símbolos indígenas a favor de la agenda destituyente.
Otro sector que este año ha sido aupado para protestar contra el actual gobierno es el minero, determinante debido a la importancia que tiene su existencia en la sociedad y la economía bolivianas. A finales de agosto, la Federación de Cooperativas Mineras Auríferas (FECOMAN), conformada por la Federación Regional de Cooperativas Mineras Auríferas (Ferreco) y la Federación Regional de Cooperativas Mineras Auríferas del Norte de La Paz, radicalizó sus protestas contra el gobierno para exigir una serie de demandas.
En esa oportunidad, bloquearon algunas vías y se dirigieron a la sede de gobierno, aun teniendo interlocutores políticos y sindicales de primera mano en el MAS y otros funcionarios del gobierno.
Al cierre de esta nota continúa el proceso de conspiración golpista. La oposición boliviana este lunes 11 de octubre trancó calles y avenidas en tres de las principales ciudades del país (Santa Cruz, Cochabamba y La Paz) en contra del gobierno del presidente Luis Arce, a quien acusan de impulsar juicios políticos contra opositores y de buscar aprobar una draconiana ley para investigar fortunas. La convocatoria fue un fracaso porque no cumplió las expectativas. El resto del país sigue en calma. Por otra parte, también vale decir que sectores sociales han convocado concentraciones para defender la Wiphala y contra el plan que está en marcha.
Que distintos sectores al unísono se activen contra el gobierno boliviano son indicios de una eventual escalada de violencia con aires destituyentes por venir, escenario propicio para una conmoción social que podría devenir en un nuevo intento de golpe de Estado.
Redes sociales vuelven a ser el canal para activar revolución de color en Cuba
Mientras tanto, en Cuba sigue la conspiración a través de las redes sociales para impulsar un cambio de régimen, proceso que inició hace un par de años con el surgimiento del Movimiento San Isidro (MSI), cuya protesta contra la aplicación de una ley fue usada para impulsar una revolución de color.
Como sabemos, desde que existe la Revolución Cubana la isla ha estado bajo asedio de Estados Unidos, quien desde entonces, sin éxito, por vías internas y externas, ha intentado socavar la base del proceso histórico iniciado hace más de 60 años.
Los hechos demuestran que las protestas del MSI iban más allá de un rechazo a un instrumento jurídico, el rechazo al decreto 349, que pretendía ordenar la actividad cultural privada naciente en Cuba, sigue constituyendo parte de una agenda golpista. La participación directa del gobierno estadounidense, así como ONG y la población cubana-mayamera así lo demuestra.
Un informe especial del Instituto Samuel Robinson para el Pensamiento Original señala que la actual coyuntura conjuga elementos de vieja data que pasaron a «la ofensiva dentro del marco de una operación de cambio de régimen», así como otros que apuntan a mellar psicológicamente a la población.
Las revueltas artísticas, que han sido un caldo de cultivo para captar el supuesto descontento social general, han perturbado la paz social en la isla, detonando un proceso que aún continúa y que es alimentado por los aparatos de propaganda imperial.
Recientemente, MintPress reveló que quienes planificaron las revueltas de julio en la isla contemplan nuevos escenarios de desestabilización para octubre y noviembre de este año.
Según el medio, al grupo La Villa del Humor se le atribuye la chispa inicial que encendió las protestas de julio a nivel nacional. Señalan que el 10 del referido mes, uno de los administradores del grupo publicó el siguiente mensaje:
«¿Cansado de no tener electricidad? ¿Cansado de que no te dejen dormir durante 3 días? ¿Cansado de aguantar la desfachatez de un gobierno al que no le importas? Es hora de salir a exigir. No critiquen desde casa, hagámonos escuchar. Si no lo vamos a hacer, mejor cerremos la boca y no digamos mierdas desde casa que no solucionan nada. ¿Tenemos más miedo a salir que a aguantar todo este descaro? ¿Cómo es posible? Exigimos que [los presidentes Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro] también tengan apagones. Exigimos que, ya que no tenemos comida, al menos nos dejen dormir. Salir a la calle. Abajo el gobierno comunista oportunista ya. Este domingo a las 11 de la mañana, Parque de la Iglesia. Nos vemos allí. Si no vas, deja de quejarte tanto».
En el mensaje estaba acompañado de un itinerario detallado de la marcha, incluyendo instrucciones sobre dónde marcharían y qué artículos llevar.
Lo que sucedió en la marcha fue replicado por los medios estadounidenses y por la gran comunidad cubana que vive en Florida. La participación del país norteamericano fue tan grande que incluso el presidente Joe Biden emitió una declaración oficial apoyando los eventos.
Las grandes corporaciones mediáticas convirtieron estas protestas en noticia mundial. «Sin embargo, el movimiento no logró penetrar en la corriente principal de la sociedad cubana y se desmoronó rápidamente después de que quedara claro que no contaba con las cifras necesarias para alcanzar una masa crítica», señala MintPress.
A pesar de la derrota, el equipo directivo de La Villa del Humor considera que la acción de julio fue un éxito rotundo y constituye «el primer paso hacia una revolución». Es por ellos que ha estado organizando nuevas acciones: «Una huelga general prevista para octubre y un conjunto más amplio de manifestaciones en todo el país para noviembre».
Para el pasado domingo 10 de octubre, día en que se celebró el Día de la Independencia de Cuba, los organizadores pidieron que la fecha marcara el inicio de una huelga general con el objetivo de paralizar o derrocar al gobierno.
Para llevar a cabo este plan las redes sociales fueron, de nuevo, un arma de desestabilización. Con las etiquetas #ParoNacionalCuba y #SOSCuba convocaron a «todos los cubanos dignos, amantes de la libertad, sus vecinos, sus amigos y sus familias, a un Paro Nacional el lunes 11 de octubre«, decía el comunicado.
Al parecer el mensaje no caló mucho porque era poco fiable, ya que la mayoría de las actividades antigubernamentales en Cuba hay muy poca transparencia y era confuso el mensaje.
«El 10 de octubre convocamos a toda Cuba, con motivo de un año más de independencia de los conquistadores españoles, a protestar de nuevo para exigir sus derechos, para expresar su anhelo de libertad y democracia. Si Dios quiere, todos los pueblos de Cuba estarán dispuestos y querrán protestar una vez más y tomar las calles», dijo el administrador principal del grupo, Alex Pérez Rodríguez, quien grabó un livestream para los miembros del grupo donde pide que actuaran «como uno solo».
Durante su mensaje, como es de esperarse en las revoluciones de color, buscó la manera de generar pánico al poner en duda el uso de la vacuna anticovid producida en la isla. Argumentó sin prueba alguna que las vacunas no hacen más que «enfermar aún más a la gente», cuando se ha demostrado gran eficacia de los productos antivirales hechos en la Mayor de las Antillas.
Para el 20 de noviembre están previstas marchas en toda la isla, incluyendo Guantánamo, Holguín, Camagüey y La Habana, donde los organizadores esperan comenzar en el icónico Malecón de La Habana Vieja y terminar frente al edificio del Capitolio Nacional, sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Si bien anuncian que las marchas son pacíficas, que en ellas participarán figuras respaldadas por Estados Unidos, como el grupo de rap Movimiento San Isidro y el político Manuel Cuesta Morúa, ya es de dudar. Si se habla del inicio de una revolución esto puede ser interpretado como el detonante de una escalada de violencia y el habitual aprovechamiento para tratar de lograr un cambio de régimen.
Transformación del grupo
El grupo La Villa del Humor, que inició como un tablero de mensajes en línea local y un mercado para la gente de San Antonio de los Baños, una ciudad de unos 50 mil habitantes situada en el oeste de Cuba, luego se transformó en un foco de organización antigubernamental, hasta el punto de que apenas hay publicaciones relevantes para la población local.
Lo curioso es que muchos de los participantes en el grupo ni siquiera son de Cuba, ya que sus perfiles revelan que viven en Florida. «Uno de los colaboradores más frecuentes incluso indica que su lugar de trabajo es el Miami Herald», detalla MintPress.
«Así, el grupo se ha convertido en una cámara de eco conservadora, con usuarios que publican principalmente memes o caricaturas anticomunistas o que promueven acciones contra el gobierno cubano. En esencia, pues, La Villa del Humor es un lugar donde los estadounidenses van a engatusar a los residentes de un pequeño pueblo cubano para que derroquen a su gobierno», señala el medio.
Cabe destacar que el gobierno estadounidense cada año gasta millones de dólares para financiar este tipo de iniciativas anticastristas. Financiamiento que incluye apoyo a artistas, intelectuales y músicos cubanos que promueven mensajes antigubernamentales. El Movimiento San Isidro, cuya canción «Patria y vida» se ha convertido en un himno para el cambio de régimen, es un ejemplo de ello.