Noviembre de 1975: Operación Carlota, una epopeya militar cubana
A petición del MPLA miles de internacionalistas cubanos fueron a combatir contra el imperialismo a África, trayendo de vuelta la victoria: la independencia de Angola y Namibia y el fin del régimen del Apartheid en Sudáfrica.
por Guillermo Alvarado, Periodista de Radio Habana Cuba. Tomado de Cubadebate
El 25 de abril de 1974 tuvo lugar en Portugal la Revolución de los Claveles que puso fin a una de las dictaduras más añejas de Europa y trajo como consecuencia acelerar el proceso de independencia de varias de las colonias lusas en África, entre ellas la de Angola, donde se libraba una guerra de liberación desde 1961.
El parto de la libertad era complejo y fuerzas oscuras amenazaban con darle muerte a la nación antes de ver la luz. Tres agrupaciones se destacaban en esos momentos en ese territorio africano, el Movimiento Popular de Liberación de Angola, MPLA, dirigido por Agostinho Neto; el Frente Nacional para la Liberación de Angola, FNLA, de Holden Roberto; y la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola, UNITA, encabezada por Jonás Sabimbi.
De ellas, sólo el MPLA tenía un verdadero proyecto nacional y progresista y pronto las otras dos fueron captadas por otros intereses, entre ellos Estados Unidos, Sudáfrica y el gobierno de Mobutu en Zaire, que armaron y promovieron una invasión por diferentes puntos para evitar la consumación de la independencia.
Angola habría muerto antes de nacer, pero en esa delicada circunstancia Neto pidió ayuda a Cuba, país pequeño, bloqueado y ubicado a casi 10 mil kilómetros de distancia, y cuya respuesta, sin embargo, cambió el curso de la historia en toda la región del suroeste africano.
El 2 de noviembre de 1975 en la localidad de Caporolo un grupo de asesores cubanos enfrentó a fuerzas contrarias y por primera vez sangre cubana y angolana se derramó y se enraizó en tierras de África.
El 4 de noviembre, tras conocerse la noticia de ese enfrentamiento, el Comandante en Jefe y líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, ordenó el traslado de las primeras unidades de combate, por vía aérea y naval, dando comienzo a la Operación Carlota, una de las más singulares hazañas militares de la historia moderna.
El personal cubano y las tropas de las FPLA derrotaron a los agresores cerca de Luanda, la capital, así como en Cabinda, territorio enclavado en la República del Congo, y permitieron que el 11 de noviembre Agostinho Neto proclamase la independencia del país.
La historia no hacía sino comenzar. La reacción furibunda de Estados Unidos y la Sudáfrica del apartheid desencadenaron una guerra que se saldó con la victoria impresionante de las armas cubanas y angolanas, cuya máxima expresión ocurrió en la batalla de Cuito Canavale, entre diciembre de 1987 y marzo de 1988, cuando se le rompió la espina dorsal al régimen racista de Pretoria. La consolidación de la soberanía de Angola, la independencia de Namibia y la liberación de Sudáfrica del odioso régimen del apartheid fueron consecuencias directas de esta gesta.
Alrededor de 300 mil cubanos participaron en la epopeya y dos mil perdieron la vida en la contienda.
Cuando Cuba volvió de África tras cumplir esta misión internacionalista, sólo trajo consigo el honor de la victoria y los cuerpos de sus hijos caídos, pero la historia escrita en aquellas tierras perdurará, mientras haya un sólo hombre libre y digno que la recuerde.