Mercenarios cubanos en la isla y Argentina
La humanidad toda lleva más de un año viviendo una «nueva» realidad producto de la pandemia del coronavirus, pero hay un lugar en el mundo donde el virus del capitalismo golpea hace más de 60 años. El pueblo cubano sufre el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto unilateralmente por los Estados Unidos con la intención de destruir al único país de América que decidió ser libre. Un bloqueo genocida.
CAPAC – por Ismael Petrosian, residente cubano en Argentina.
En las últimas semanas, recrudecieron los ataques de Washington contra Cuba y la Revolución. Como advertía el comandante Fidel Castro Ruz: “La estrategia imperialista es crear una situación, crear el máximo descontento dentro de nuestro país, dividir a la población, crear las condiciones más difíciles posibles y conducir a nuestro país a un conflicto, a un baño de sangre”. No escondieron nada, usaron este modus operandi.
También, las agresiones aumentaron en los diferentes países de la región. En Argentina, los agentes del caos y la subversión operan contra el gobierno cubano. Quieren hacer parecer que Cuba está sola y con sus mentiras provocar el odio de esa clase media cargada de un anticomunismo salvaje. Y estos agentes tienen nombre y apellido.
Los medios hegemónicos de comunicación nacionales, o como ellos prefieren llamarse “prensa independiente”, dio voz, cámara y papel a esos mercenarios que organizaron a la gusanera golpista en los últimos días. Primero, apareció Luis Alberto Mariño quien se presentó como un noble paladín de la democracia con su violín (aprendió a tocar gracias a la calidad de la educación cubana) y que tiene casi asistencia perfecta a todo lo que se trate de Cuba. En sus redes sociales, dice ser parte de una ONG llamada Cultura Democrática, pero no cuenta que pertenece al Movimiento San Isidro, organización terrorista que alcanzó cierta popularidad gracias a Denis Solís Gonzales -quien luego de ser vinculada con la mafia de Miami, admitió que recibía 200 dólares por poner bombas-. Sin dudas, un patriota.
El tango de las ONG no termina acá. Estrechamente vinculada a Mariño, se encuentra Micaela Hierro Dori. Con orgullo asegura haber presidido el Centro de Investigación y Capacitación de Emprendedores Sociales (CICES), también Cultura Democrática y la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia. Todas estas organizaciones responden a la Fundación Nacional para la Democracia. ¿Qué es esta fundación? Simple y llanamente, una tapadera de la CIA, que hasta lo señala la Wikipedia. Esta organización tiene un solo objetivo: promover la lucha anti comunista en el continente americano y el mundo. Por su ineptitud, fue removida de sus tareas y fue reemplazada por otra gusana, Rosa María Payá.
Parece una ficción de Netflix, pero por suerte hay pruebas. Hace poco, se filtró un audio de Hierro Dori donde dice: “Voy a hablar mañana con Carla de Freedom House y estoy viendo con el donante a ver si nos dan dinero extra del Departamento de Estado”. Esta agente al servicio del imperialismo intentaba boicotear la Cumbre de las Américas en Panamá.
Un lobby que condene a la isla revolucionaria
Este viaje se dio gracias al dinero sucio de la Fundación Nacional para la Democracia porque esta agente de la subversión esta encargada de la logística y el movimiento de los agitadores fascistas y derechistas. Su objetivo es el de encontrarse con estos militantes del imperialismo, asesorarlos y luego recolocarlos en distintos paises de America Latina para formar un lobby que condene a la isla revolucionaria. Dori ha viajado repetidas veces a Cuba específicamente para encontrarse con estas personas: Yoani Sánchez, Guillermo Fariñas, Rosa María Payá, Eliécer Ávila, César Mendoza, Rolando Cáceres, entre otros.
Hierro Dori ya había participado en el foro “La Juventud y el Fortalecimiento de la Democracia”, que auspició la diputada nacional del PRO Cornelia Schmidt Liermann. No es de extrañar que, en las últimas escaramuzas gusanas frente a la Embajada de Cuba en Buenos Aires hayan contado con militantes liberales, fascistas y macristas. La relación entre ellos está a la vista.
En definitiva, no es casual que estos espectros aparezcan con fuerza en las redes, en los medios y en las calles. Su trabajo es golpear lo más fuerte que puedan a la Revolución Cubana y a sus defensores desde donde sea. Su financiación, tanto la del Movimiento San Isidro como la de los agentes agitadores que operan en Argentina, viene directamente de las arcas de los Estados Unidos y de la mafia de Miami.
Como anticipó Fidel, líder histórico de la Revolución, en su discurso ante la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba el 4 de abril de 1997: “Por eso no creo que el enemigo esté pensando hoy en invasiones, el enemigo está pensando en leyes […] para agravar las dificultades del país, para promover el descontento, para promover el desorden en el país. Sobre todas estas cosas tenemos que estar muy conscientes”.