El Lenguaje del Odio del fascismo y el silencio criminal que nos imponen – parte 3 (por Stella Calloni)
No podemos olvidar que América Latina y el Caribe son los símbolos de una eterna resistencia. Debemos recuperar las palabras que nos han robado y el lenguaje del amor que es la mejor arma para la liberación.
CAPAC – por Stella Calloni
En estos últimos años las redes sociales cumplen un papel preponderante en la desconcientización de los pueblos, y son utilizadas para disminuir la calidad educativa, desaparecer las culturas y el avance para desaparecer nuestra identidad.
En el caso de Nuestra América, en el Caribe existe la mayor resistencia al lenguaje brutal, violento y soez, lo que tampoco ha podido penetrar en los pueblos originarios. Pero en las universidades la enseñanza académica tiene mayoritariamente un lenguaje colonial con su trasfondo fascista edulcorado, que una gran mayoría acepta en tiempos en que disminuye la conciencia y los valores necesarios para dejar de ser los “Condenados de la Tierra”.
Ni qué decir del lenguaje de extrema violencia racista, discriminador, grosero, cuando se usa la palabra para mentir, desacreditar, degradar, no sólo a líderes políticos importantes sino a toda la población.
Los informativos, los programas de debates políticos, los implantados por el poder hegemónico “programas de chismes” son el más acabado modelo de destrucción cultural y suman una cantidad de horas atrapando a extensos sectores de la población.
Se ha llegado hasta considerar que “humanismo y democratización”, sólo se pueden lograr por medios violentos, invasiones, ocupación de países por tropas extranjeras, el mundo de “los malos” se extiende como la llama de fuego. Hay que apagarlas y es posible hacerlo,
En estos tiempos que vivimos es necesario recordar que las fuerzas políticas del liberalismo y la extrema derecha, que no tienen diferencias económicas fundamentales con respecto a la clase se han unido abiertamente. Analistas de varios países coinciden en términos generales “que el mantenimiento de la hegemonía estadounidense existe en la hostilidad y el desprecio hacia el Sur Global, y un creciente nacionalismo exacerbado, como lo demuestra el apoyo militar a ultranza al genocidio que Israel está llevando a cabo contra el pueblo palestino”.
Pero, por otra parte, nunca se había logrado tanta solidaridad de los pueblos con Palestina lo que no ha podido ser silenciado. Incluso dentro de Israel, hay movimientos de rechazo a los sectores fundamentalistas que han llevado a la violación más brutal de los derechos humanos y cuyo lenguaje llega hasta límites de crueldad y odio, que nos atraviesan como una espada.
El genocidio, que varios analistas ya mencionan como un holocausto, por el exterminio a que está sometido el pueblo palestino desde hace 75 años, violentado los derechos humanos, con crímenes aberrantes que se han cometido día a día desde el pasado 7 de octubre, violentando también la legislación internacional, y a pesar de que el primer Ministro Benjamín Netanyahu ha sido condenado como “criminal de guerra” por la justicia penal internacional, junto a su equipo continúa matando, torturando, desapareciendo a miles y miles de palestinos. Lo más terrible es la matanza de niños y mujeres, que son el blanco más buscado.
El lenguaje del nazi fascismo sionista es de hecho el más acabado discurso del odio que circula por el mundo, repetido por los medios del poder hegemónico pero que ha desnudado, como pocas veces en la historia, el verdadero rostro, la identidad del terrorismo de Estado Mundial cuando se pretende escalar a una tercera guerra mundial, ante el declive imperial.
Sólo la toma de conciencia liberará la humanidad. La recuperación de nuestras culturas e identidades, la independencia y soberanía acabando con los viejos y nuevos enclaves coloniales, en la lucha por la igualdad, la justicia, la dignidad y la paz en el mundo, debe ser, entre otros temas, como la recuperación que el fascismo anula, y para lo que es tan útil el lenguaje del odio.
Está demostrado que OTRO MUNDO ES POSIBLE, que no estamos solos, porque un Nuevo Orden Mundial ha comenzado, acabando con la unipolaridad. China, la Federación Rusa y la unidad lograda con otros países son el cimiento de este cambio profundo. El socialismo vive una nueva etapa y lo ha hecho en función de la dialéctica es decir la nueva realidad, sin perder sus valores profundos. No podemos olvidar que América Latina y el Caribe son los símbolos de una eterna resistencia. Debemos recuperar las palabras que nos han robado y el lenguaje del amor que es la mejor arma para la liberación.