Cuba, un ejemplo de dignidad y resistencia
A pesar de las agresiones de los Estados Unidos, Cuba mostró al mundo su solidaridad y capacidad de responder a las adversidades y a los ataques. Un breve balance del año.
CAPAC – fuente Revista H – Acercándonos Cultura
El año 2020 se iniciaba en la Isla con buenas predicciones económicas, planteadas principalmente por las estimaciones que hacía el Ministerio de Turismo respecto a los visitantes esperados para el año en 4.500.000 turistas. Fuente principal de ingresos de la economía cubana.
La proyección se realizaba en febrero, en una reunión donde participaban Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República de Cuba, Manuel Marrero, Primer Ministro; Mercedes López Acea, miembro del Buró Político y del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y Juan Carlos García Granda, titular del Mintur, entre otros.
Allí Diaz-Canel afirmaba que si bien el año sería igualmente complejo, difícil y retador, «no nos podemos detener ni doblegar, tenemos que seguir avanzando con la convicción de que nadie, y mucho menos la prepotencia yanqui, nos va a detener».
El 12 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró Pandemia al Covid-19, todo cambió en el mundo y para Cuba también.
El histórico y genocida bloqueo que los Estados Unidos le vienen imponiendo a la mayor de las Antillas desde hace 60 años, que durante el gobierno de Barack Obama había entrado en una fase de distención, se volvió más agresivo y violento con la llegada de Trump a la Casa Blanca.
En el informe presentado en julio 2020 en virtud de la resolución 74/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, cuyo tratamiento fue postergado para mayo 2021 por efectos de la pandemia, se detallan que entre abril 2019 y marzo 2020 el bloqueo causó pérdidas a la Isla del orden de los u$s 5.570.300.000, entorpeciendo el desarrollo económico cubano, no dejando sector de la economía sin afectar, incluso a los residentes cubanos en el exterior.
Más de 90 medidas sancionando 27 empresas y a 54 embarcaciones relacionadas al sector comercial, aplicación de multas a entidades norteamericanas y de terceros países que sobrepasan los dos mil cuatrocientos millones de dólares, efecto de la utilización de la ley Helms Burton utilizada extraterritorialmente para presionar a terceros países y empresas.
Con la pandemia desatada, Estados Unidos aumentó la virulencia de sus ataques contra Cuba, tratando de asfixiarla económicamente, buscando desprestigiar a sus médicos en el exterior, o presionando a los gobiernos para que no los contraten, y así quitar recursos financieros provenientes de estos contratos a la Revolución.
Los agoreros del imperio se preparaban para generar y presenciar otro “período especial” en Cuba, que limara la credibilidad de la Revolución y les permitiera ingresar triunfales a la Isla.
La administración de Trump aumentó las restricciones a las importaciones, incrementó la lista negra de instituciones sancionadas para impedir que llegaran remesas familiares de dinero desde el exterior, incluyendo el Havana International Bank con sede en Londres, la financiera Fincimex, y a la compañía American International Services (AIS), al mismo tiempo impidió la entrega de respiradores de dos empresas suizas, IMT Medical AG y Acutronic Medical Systems AG, habituales proveedores pero que fueran recientemente compradas por la estadounidense Vyaire Medical Inc que suspendieron inmediatamente las relaciones comerciales con Cuba.
También, bancos como UBS, Credit Suisse, ZKB, ABS y Migros Bank han bloqueado la transferencia de donaciones destinadas al envío de insumos médicos y equipos, bloquearon también un envío de materiales destinados a combatir el Covid-19 de la fundación del dueño del gigante electrónico chino Alibaba, como también la descarga de aprovisionamientos de barcos en puertos cubanos, bajo la presión de sancionar a las aseguradoras de los mismos, también ha prohibido vuelos comerciales, el alojamiento a ciudadanos estadounidenses en hoteles de propiedad estatal cubana, ha prohibido la participación en conferencias científicas, seminarios y actividades culturales y deportivas también.
A estas agresiones económicas se le suman las acciones desestabilizadoras que impulsan hacia el interior de Cuba, el Gobierno de Estados Unidos informó recientemente que efectuó gastos por más de 261 millones de dólares en proyectos de subversión contra Cuba desde 1990 hasta este año, donde aumentaron las presiones con la idea de instalar un golpe blando, con protestas y movilizaciones opositoras a la revolución, que no lograron concretar. A los intentos del denominado Grupo San Isidro y su fraudulenta huelga de hambre, o con los ataques a algunas tiendas, solo han logrado fortaleces los principios revolucionarios de la mayorías populares que impulsan la revolución y la mantienen, aún con las dificultades externas y las que provoca la pandemia.
A pesar de estas agresiones, Cuba mostró al mundo su solidaridad y capacidad de responder a las adversidades y a los ataques.
La Brigada Médica Henry Reeve, creada por Fidel Castro en el año 2005 para atender situaciones de desastre y graves epidemias, ha prestado este año su colaboración en más de cuarenta países, incluso del primer mundo, para controlar el coronavirus, lo que ha motivado un verdadero clamor mundial reclamando para ellas el Premio Nobel de La Paz.
Pero hacia el interior de Cuba, los hechos demostraron con creces, que el “capitalismo mata y Cuba salva vidas”, podemos ver que el sistema de salud cubano, que es universal, gratuito, inclusivo y estatal, con un índice de nueve médicos por cada mil habitantes, uno de los más altos del mundo, (EE.UU 2.6 y Argentina 3.8), que tiene su principal premisa en la prevención, con una independencia tecnológica en la investigación y producción de medicamentos.
Dese un primer momento las estrategias y protocolos de actuación utilizadas fueron: “evitar que las personas enfermaran, pero si lo hacían, que no se complicaran y que, si se complicaban, no murieran”, han logrado mantener controlada la pandemia con una baja tasa de enfermos y fallecidos, si los comparamos con el resto del mundo.
Cuba ha sufrido 12 fallecidos por millón de habitantes desde el inicio de la pandemia, mientras que Estados Unidos tiene 934 muertos por millón y Argentina 919, (la Ciudad Autónoma de Buenos Aires conducida por un neoliberal pro-yanqui cuenta con 2.584 fallecidos por millón de habitantes), mientras que las tasas de contagio en Cuba ascendió a 821, en Estados Unidos 50.694 y en Argentina 33.762 por millón de habitantes. ¿Se notan las diferencias?
Esto es producto de las políticas aplicadas rápidamente, debieron cerrar la isla, afectando la llegada de turistas, lo que hizo temblar la economía, recién éste mes, se está reabriendo el turismo en los cayos y con protocolos de seguridad estrictos.
Desde un principio se implementó el aislamiento de la población, y un seguimiento efectivo de todos los casos, el control de los grupos de riesgo, suspensión de clases y actividades presenciales, pesquisa, autoipesquisa y la aplicación de medicamentos preventivos a toda la población de un producto homeopático que refuerza el sistema inmunológico, además de desarrollar distintos fármacos que se aplican de acuerdo a las distintas etapas de desarrollo de la enfermedad.