Cuba ganó dos campeonatos el mismo día: en Girón y en la pelota

Justo el 19 de abril de 1961, cuando la Revolución de Fidel y de Raúl, entonces sí declarada socialista, derrotaba al imperialismo en Playa Girón; el equipo cubano de Béisbol aseguraba el también primer título mundial del deporte revolucionario, y ya socialista, de Cuba.

CAPAC – por Oscar Sánchez Serra / tomado de Granma

«Denle duro a esos comunistas», así les dijo a los peloteros de Guatemala el presidente de esa nación, el general Miguel Ydígoras Fuentes, antes de partir hacia Costa Rica, donde se jugaría el XV Campeonato Mundial de Béisbol, entre el 7 y el 21 de abril de 1961.

Claro que el militar se refería a Cuba, la conocía bien. Fue bajo su gobierno que Guatemala se convirtió en la trastienda de la Operación Pluto, desde marzo de 1960, que derivó en Trinidad y terminó en la agresión de la brigada 2506 por Playa Girón, formada por mercenarios, quienes se entrenaron en varias zonas guatemaltecas, fundamentalmente en la finca La Helvetia, en Quetzaltenango. De allí, y desde otros sitios en Nicaragua y Honduras, partió aquella fuerza invasora hacia la Ciénaga de Zapata.

Cuando los dos equipos salieron a medirse en el terreno, el 13 de abril, los cubanos ni conocían a Ydígoras, y ni siquiera ese día representaban a una Revolución socialista, pero llamarlos comunistas era una orden de asedio. Es muy probable que tampoco los beisbolistas chapines supieran que Pluto era el plan estadounidense, con asiento en su país, para derrocar a esa Revolución, a la que los peloteros sí sentían antimperialista.

De izquierda a derecha: Urbano González, Pedro Chávez, Jorge Trigoura y Tony González le dieron a Cuba el primer título mundial del deporte revolucionario . Foto: Archivo de Granma

Quien ordenó que les dieran duro fue responsable de la hostilidad que vivieron los cubanos en ese mundial. Sin embargo, ni en el deporte, y mucho menos ante la hidalguía de los jugadores, se salió con las suyas. Cuba arrasó a Guatemala por ¡25-0! Ese mismo día, los de la Mayor de las Antillas conocieron del incendio de la tienda El Encanto, en el centro de La Habana, en el cual murió Fe del Valle.

Dos días después, quedaron impactados por el ataque a los aeropuertos cubanos. «Lo primero que se me ocurrió fue venir para acá. Nos habíamos enterado de que habían bombardeado los aeropuertos. Yo enseguida pensé en el de Rancho Boyeros, vivo, y vivía entonces, pegadito a esa pista. ¿Qué habría sido de mi familia?, me preguntaba», recordó Pedro Chávez.

«Fue así, queríamos volver, a como diera lugar, a cambiar los bates por los fusiles», contó Jorge Trigoura. «Nos dijeron que la Revolución había sido derrotada, y le escuché decir a uno que Raúl se había vuelto loco o estaba preso, y que Fidel se había dado un tiro. Enseguida supe que todo eso era una ‘guayaba’. Como si nosotros no conociéramos al Comandante en Jefe y a su hermano», rememoró Tony González, quien afirmó entonces «que locos se iban a quedar quienes intentaran agredir a Cuba».

–Chávez, acuérdate de que, cuando pedimos regresar, se reunieron con nosotros, y Matías Flores, uno de los que estaba al frente de la delegación, nos leyó el mensaje de la dirección del país: «Milicianos al fusil, estudiantes al estudio, trabajadores al trabajo, peloteros a la pelota. Su misión allí es ganar», comentó González, quien, con su adrenalina en la epidermis, expresó allí, en San José: «Si en Cuba es a tiro limpio, aquí será a batazo limpio».

«“¿Tú eres el número 7? ¿Tú ves la palma a la derecha de la ventana de tu habitación? Desde ella te vamos a colgar como sigas jugando”. Así decía una nota que me dejaron en el hotel. Cuando se me acercaron mis compañeros, les dije: “No hay de qué preocuparnos, nosotros tenemos una sola misión, así que los de la palmita que se vayan al carajo”», contó Trigoura, casi muerto de la risa… «Pero sí, la cosa se puso fea».

No lo colgaron, pero lo sacaron del juego, pues recibió un bolazo en la cabeza, en el choque ante México, que lo privó de continuar. Pidió seguir, pero no podía mantenerse en pie. «Todo el mundo sabe que Chávez fue uno de los mejores bateadores de la pelota cubana, pero Gago –se refiere a su amigo–, si no me dan aquel pelotazo, te alcanzo en jonrones».

Rafael «Cachirulo» Díaz, a los 87 años, es el mismo hombre sencillo de siempre. Como a casi todos, lo quisieron comprar, con cerveza mediante, la cual aceptó, «porque gratis, en cualquier época es buena», pero dijo que no. Ya había vivido el racismo, cuando un director de equipo le dijo que se pintara la cara con polvo para que aparentara ser un hombre blanco si lo retrataban. Urbano González es el pelotero cubano que acumula más veces consecutivas al bate sin poncharse (190). También posee la mayor cantidad de comparecencias al cajón de bateo (217) sin abanicar, y jugó 50 partidos seguidos sin ese tercer strike. Él fue otro de los que, en Costa Rica, poncharon al imperialismo.

Justo el 19 de abril de ese mismo año, cuando la Revolución de Fidel y de Raúl, entonces sí declarada socialista, derrotaba al imperialismo por primera vez en América, en Playa Girón; el equipo cubano, al que Ydígoras pretendía darle duro, aseguraba el también primer título del deporte revolucionario, y ya socialista, de Cuba. Aquel grupo, dirigido por Clemente Sungo Carrera, ganó nueve y no perdió, bateó 355, lanzó para 1,11, y fildeó 974. Chávez fue líder en jits (17) e impulsadas (19); Mario González, campeón de bateo (500), y José Fernández, el que más anotó (20). Además de González, Chávez, Trigoura y «Cachirulo» batearon 400 o más. El equipo hizo 128 carreras y solo permitió 11. José Miguel Pineda fue líder de los lanzadores, con 0,50 y 27 ponches en 17 innings.

A 60 años, otro 19 de abril terminará, igual de victorioso, el 8vo. Congreso del PCC. En esta fecha, estará cumpliendo 85 años Jorge Trigoura: «A los enemigos, les digo lo mismo que les dije a los de la palmita de Costa Rica».

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