Cuba celebra Día del Campesino y primera Ley de Reforma Agraria

Cuba celebra hoy el Día del Campesino y el aniversario de la firma de la primera Ley de Reforma Agraria, una de las medidas más trascendentales adoptadas por la Revolución Cubana en su primera etapa.

CAPAC – Fuente: Resumen Latinoamericano Cuba – Foto: Vía Campesina.

Esta norma permitió a los cubanos ser dueños de extensiones de tierra, que en su 80% estaban en manos de compañías extranjeras, principalmente estadounidenses.

La firma del documento en 1959 por Fidel Castro, en la que fuera la Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata en la Sierra Maestra, encerró un especial simbolismo por realizarse en la fecha en la que, 13 años antes, cayera asesinado a manos de latifundistas el líder campesino Niceto Pérez.

Esta primera ley fijó en 30 caballerías (402 hectáreas) el máximo de tierra que podía poseer una persona, y dispuso la creación del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) para aplicar las medidas adoptadas, el cual sería presidido por el entonces Primer Ministro Fidel Castro Ruz. La Ley constó de 67 artículos, 7 disposiciones transitorias y una disposición final, que le confería rango constitucional al declararla parte de la Ley Fundamental de la República.

A los efectos de la norma no se consideraron nacionalizables las tierras concedidas para la explotación a cooperativas agrícolas de producción organizadas por el Instituto Nacional de Reforma Agraria, las del Estado, provincias y municipios que estuvieren dedicadas o se dedicasen a establecimientos públicos o de servicio general a la comunidad; los montes cuando se declarasen incluidos en las reservas forestales de la Nación, sujetos para aprovechamiento, utilidad pública o explotación y las de comunidades rurales destinadas a satisfacer fines de asistencia social, educación y salud. Tampoco los límites máximos de tierra se aplicaron aquellas áreas necesarias para establecimientos industriales que se encontraban enclavadas en las fincas rústicas, o las zonas urbanizadas en el interior de las fincas rústicas (las que por acuerdo del Instituto Nacional de Reforma Agraria se destinaron a crear núcleos de población rural en las Zonas de Desarrollo Agrario); o donde existían otros recursos naturales susceptibles de ser explotados en previsión del desarrollo futuro del país.

En paralelo a la nacionalización, se entregaron tierras a los campesinos (algunas incluso pertenecientes al Estado y a los municipios), atendiendo al objetivo redistributivo de la riqueza que diera lugar a la Reforma y beneficiando a más de 100 mil familias.

La Reforma Agraria era, además, una necesidad elemental para el despegue económico del país, en el cual que subsistían formas productivas semifeudales que lastraban su desarrollo. Es así que a partir de la promulgación de la Ley quedó prohibido establecer contratos de aparcería u otros en los que se estipulase el pago de la renta de las fincas rústicas en forma de participación proporcional en sus productos. 

Esos hechos motivaron, además, la creación el 17 de mayo de 1961 de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la cual tiene como reto actual elevar la producción de alimentos para reducir los efectos de la crisis alimentaria mundial y el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos al país hace 62 años.

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