Crisis en Perú, el partido oficialista no apoyaría al nuevo gabinete de Castillo en el Congreso

Perú Libre, partido que se define marxista leninista y que llevó a Castillo a la presidencia, anunció su postura mediante un comunicado que define al nuevo equipo ministerial, presidido por la abogada Mirtha Vásquez, como “un paso al centro derechismo”.

CAPAC – por Gonzalo Ruiz Tovar – Telam

El partido oficialista peruano Perú Libre (PL) anunció este jueves que no apoyará al nuevo gabinete ministerial cuando pida la confianza del Congreso, aunque su fundador y líder, Vladimir Cerrón, aseguró que eso no significa que pase a la oposición al Gobierno de Pedro Castillo.

PL, partido que se define marxista leninista y que llevó a Castillo a la presidencia, anunció su postura mediante un comunicado que define al nuevo equipo ministerial, presidido por la abogada Mirtha Vásquez, como “un paso al centro derechismo” impulsado por organizaciones no gubernamentales a las que no identifica.

El gabinete tendrá que pedir en no más de tres semanas el voto de confianza del Congreso. Si no lo obtiene, Castillo tendrá que disolverlo y conformar uno nuevo.

De momento no está claro cuántos de los 37 parlamentarios de PL obedecerán la disposición de votar en contra, pues varios han expresado individualmente apoyo al nuevo gabinete, en el que hay dos militantes de la organización: la ministra de Inclusión, Dina Boluarte -además vicepresidenta de la República-, y la de Trabajo, Betsy Chávez.

En el Congreso, además de los 37 parlamentarios de PL, hay 42 de partidos de derecha que mantienen una línea de oposición “dura” al Gobierno, 45 de partidos de centroderecha y centro que pueden concertar con el Ejecutivo y cinco de otro partido de izquierda, que apoya a Castillo.

El gabinete está compuesto por funcionarios de “partidos sin inscripción y ONGs norteamericanas

El comunicado de PL afirma que el gabinete está compuesto por funcionarios de “partidos sin inscripción y ONGs norteamericanas”, además de “caviares”, término despectivo que se usa en Perú para descalificar a políticos que tienen posiciones progresistas pero supuestamente desde una visión “aburguesada”.

Esos grupos “han cogobernado en los últimos cuatro gobiernos y ahora quieren hacerlo con el actual”, afirma el documento que sacudió hoy al ambiente político peruano.

PL apoyaba al anterior gabinete, presidido por uno de los principales mandos del partido, Guido Bellido, pero Castillo lo cambió la semana pasada para “recuperar la gobernabilidad” afectada por la polarización, y puso al frente a Vásquez, cercana a un partido de izquierda sin presencia en el Congreso, el Frente Amplio.

La mayoría de ministros no tienen militancia partidista, lo que es una constante en Perú, y los que sí la tienen, aparte de Boluarte y Chávez –opositoras internas a Cerrón en PL-, pertenecen a pequeños colectivos socialistas.

El nuevo panorama se presenta en momentos en que la insistencia de congresistas de oposición de derecha para que entre en vigencia un dictamen que limita al Gobierno en su facultad de plantear cuestiones de confianza tensionó de nuevo las relaciones entre ambos poderes.

El dictamen, objetado por el Gobierno, es rechazado además por prestigiosos juristas, que lo consideran inconstitucional y alertan sobre el desequilibrio de poderes que supuestamente genera.

“Limitar la cuestión de confianza es limpiar el camino para la vacancia (destitución) presidencial. Romper el equilibrio de poderes es acabar con la democracia”, escribió en Twitter el ministro de Justicia, Aníbal Torres.

El Congreso ya aprobó el dictamen, redactado por su Comisión de Constitución, pero no entró en vigencia porque el Gobierno se negó a refrendarlo y lo regresó con observaciones. Ante eso, la Comisión insiste en que el Legislativo la adopte “por insistencia”, un mecanismo previsto en la legislación.

El debate se ahondó después de que Bellido, entonces jefe del gabinete, amenazó con recurrir a la confianza si se censuraba al ministro de Trabajo, Íber Maraví, acusado de supuestos vínculos con grupos ilegales de extrema izquierda.

Si el Gobierno hacía de la continuidad de Maraví una cuestión de confianza, el Congreso habría quedado entres dos opciones: o desistía de la censura o la hacía pero quedando en capilla, porque la Constitución faculta al Ejecutivo a cerrar el Congreso en caso de que le niegue dos veces la confianza, como lo hizo en el pasado quinquenio el presidente interino Martín Vizcarra.

El mandatario le pidió la renuncia a Bellido y formó un nuevo gabinete

Eso no ocurrió porque Castillo advirtió que no usaría la figura y, sobre todo, porque antes de que se aprobara la moción de censura el mandatario le pidió la renuncia a Bellido y formó un nuevo gabinete, ya sin la presencia del titular de Trabajo cuestionado.

Las cuestiones de confianza planteadas por el Ejecutivo y las mociones de censura planteadas por el Congreso fueron introducidas para equilibrar los poderes y funcionaron sin problemas hasta que, entre 2016 y 2019, FP usó la mayoría absoluta que tenía en el Congreso para cercar al presidente liberal Pedro Pablo Kuczynski, al que finalmente logró destituir.

Esta vez, los recelos se incrementan porque PL y sus aliados han denunciado desde el principio que los tres partidos situados más a la derecha, Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País, quieren sacar a Castillo, los que es incluso reconocido abiertamente por miembros de esas bancadas.

“El dictamen crea una asimetría perjudicial entre los poderes. Se busca limitar al Ejecutivo y puede ser una maniobra política para socavar la gobernabilidad”, opinó en ese marco el politólogo Roger Santa Cruz en una entrevista con Télam.

Castillo, un profesor de escuela rural que alcanzó presencia nacional como líder sindical del magisterio, se inscribió el año pasado a última hora en PL para postularse por ese partido, pero no tiene mayor presencia orgánica dentro de la colectividad.

De hecho, el mandatario ha expresado públicamente su simpatía por una fuerza en formación, el Partido Magisterial y Social, algunos de cuyos miembros integran la bancada de PL en condición de “invitados”.

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