Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos solicita retirada de Cuba de Lista Especial de Vigilancia sobre Libertad Religiosa
El Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos solicitó a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y al secretario de Estado, Mike Pompeo, que Cuba sea eliminada de la Lista Especial de Vigilancia sobre Libertad Religiosa.
CAPAC- Tomado de Resumen Latinoamericano Cuba/ Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
La inclusión de la Isla en ese documento es un “lapso atroz de juicio por parte del Gobierno de Estados Unidos”, significaron en una misiva firmada por Jim Winkler, presidente y secretario general de la organización.
“En Cuba existe la libertad religiosa, y esta acción de nuestro gobierno niega esa realidad y empeora las ya deterioradas relaciones entre ambas naciones”, precisa la carta.
Winkler, quien se presenta como “un colega ecuménico y amigo del Consejo de Iglesias de Cuba, que a su vez cuenta con la amistad del Consejo Mundial de Iglesias”, recuerda que la relación entre los cristianos a ambos lados del estrecho de la Florida tiene décadas de historia, durante las cuales se han efectuado intercambios al más alto nivel.
Señaló que personalmente él, y al menos dos de sus antecesores, han sido “testigos de primera mano de la libertad de que gozan los cubanos para expresar su fe”.
Explicó que el Consejo de Iglesias de Cuba está compuesto por 50 iglesias miembros, y que sus programas y servicios benefician a cerca de un millón de cristianos en la nación caribeña.
“Sin libertad religiosa tal organización y la labor social, humanitaria y pastoral que realizan las iglesias integrantes no serían posibles”, enfatizó.
El pasado mes de junio el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, presentó el Informe sobre Libertad Religiosa Internacional de 2019, donde se incluye a Cuba en la Lista Especial de Vigilancia sobre este tema.
Al igual que el Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos, organización que reúne a 38 iglesias y más de 40 millones de cristianos de más de 100 mil congregaciones locales, otras personalidades e instituciones de la comunidad religiosa internacional han condenado tal decisión.