El Salvador: El halcón Rubio y los temores de EEUU sobre China

Estados Unidos mostró sus crecientes temores ante la presencia de la República Popular China en América Latina durante la reciente visita del flamante secretario de Estado Marco Rubio a países centroamericanos y del Caribe.

CAPAC.- Por Luis Beatón, corresponsal jefe en El Salvador, tomado de Prensa Latina

Aunque ante la opinión pública y su séquito de cerca de 27 periodistas acompañantes el tema migratorio y la expulsión de inmigrantes de Estados Unidos era esencial, en el lado “casi” oculto de la moneda estaba el plan de tratar de cortar las relaciones de los centroamericanos con el gigante asiático.

El asunto ocupó espacio en la reunión que tuvo con el presidente salvadoreño Nayib Bukele, donde el jefe de la diplomacia de la Casa Blanca “planteó estrategias para contrarrestar la influencia del Partido Comunista Chino” en la región, según la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce.

En la cita que tuvo con Bukele el 3 de febrero, el secretario estadounidense se pronunció por contrarrestar la influencia del Partido Comunista Chino en el hemisferio para salvaguardar la soberanía y los intereses de ambas naciones y la región.

Pese a que la embajadora salvadoreña en Washington, Milena Mayorga, dijo que no fue abordado el tema de las relaciones de El Salvador y China, diversos análisis indican el temor de Trump de que la influencia de Beijing desplace a su país en una región que aún considera su “patio trasero”.

El Salvador mantiene relaciones diplomáticas con Beijing desde 2018, establecidas por el gobierno del expresidente Salvador Sánchez Cerén (FMLN), antecesor del primer periodo de Bukele, quien viajó a China en diciembre de 2019 y acordó una cooperación que incluyó varias obras y donaciones.

El Estadio Nacional El Salvador, aún no construido; la Biblioteca Nacional en el Centro Histórico, ya edificada; una planta potabilizadora de agua en el lago de Ilopango, un sistema de saneamiento de aguas negras y muelle en el Puerto La Libertad, la restauración de Joya del Cerén y nueve convenios de cooperación fueron acordados.

En abril de 2024, el vicepresidente Félix Ulloa viajó a China y se reunió con su homólogo Han Zheng en Beijing, tal vez como un plan para diversificar el color de sus relaciones en el mundo, de la misma forma que acudió a Rusia durante ese año.

Estas acciones no fueron ajenas a los estadounidenses que bajo Trump empeñan esfuerzos en hacer retroceder esos avances, sin importar las herramientas que tengan que utilizar.

En teoría y de acuerdo con lo expresado por la propia Casa Blanca, el funcionario fue portador de un mensaje que refleja la política agresiva ya delineada por el presidente Donald Trump.

A diferencia de sus antecesores, que adoptaban un mensaje conciliador con sus aliados en los primeros viajes, el exsenador floridano llegó a imponer condiciones en una política que buscará “paz a través de la fuerza” y el chantaje.

SOBRE COMERCIO Y TECNOLOGÍA

Aparte del tema migratorio y lograr un acuerdo con San Salvador como país receptor de inmigrantes, el jefe de la diplomacia estadounidense oteó en las pretensiones salvadoreñas de convertirse en un centro regional de comercio y tecnología, en lo cual pudiera estar la presencia de China.

La visita no solo reforzó su buena relación con el presidente Bukele, sino que también reabrió el debate sobre migración, deportaciones y el regreso del acuerdo de “tercer país seguro”.

No se descarta que existieran presiones para ralentizar la negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) en gestión con China, que abrirá el mercado local a producciones del gigante asiático, más competitivas que las estadounidenses.

En este escenario, analistas consideran que Estados Unidos mantendrá la política de mano dura contra los inmigrantes, el garrote, pero no sería funcional si Washington no apoya y contribuye a iniciativas de desarrollo interno, para mejorar el empleo y las economías de la región.

DEPORTACIONES DE ESTADOS UNIDOS

El Salvador se abrió a recibir personas deportadas de Estados Unidos por ingresar ilegalmente al país y albergar a algunos de los criminales violentos de la nación, incluso si son ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, eso para concretarse debe enfrentar un proceso de aprobación.

Deportar a extranjeros a otros países que no sean la nación de origen es legal, pero casi seguro que deportar a ciudadanos estadounidenses es ilegal, según valoraciones.

Por las leyes federales de inmigración norteamericanas, un país como El Salvador puede recibir a una persona deportada desde Estados Unidos que no sea de nacionalidad salvadoreña si el país de origen de la persona se niega a aceptarlos, dice Theresa Cardinal Brown, exfuncionaria de Seguridad Nacional durante los gobiernos de George W. Bush (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017).

Rubio visitó Panamá, El Salvador, Costa Rica y Guatemala, para terminar la gira -del 1 al 6 de febrero- en República Dominicana, donde hizo las últimas menciones contra Venezuela, Nicaragua y Cuba. El halcón enseñó sus garras.

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