Cuba mantiene su compromiso de poner fin a la tuberculosis
La tuberculosis (TB) afecta a la humanidad hace varios milenios y estadísticas actuales reflejan que a diario cobra la vida de aproximadamente cuatro mil personas, no obstante, en Cuba existen condiciones para su erradicación.
CAPAC- Tomado de MINSAP/ Foto: Jorge Luis Baños/ Archivo IPS.
Esto se debe a que el país se encuentra entre los de menor incidencia en el mundo, con una tasa inferior a 10 infectados cada 100 mil habitantes, por lo cual se trabaja en el cumplimiento de los objetivos de la estrategia “Fin de la TB”, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La doctora Yamila Llerena Díaz atiende el programa contra ese padecimiento en la provincia de La Habana, desde el 2014, y asegura que para lograr su eliminación resultan fundamentales el diagnóstico oportuno, el tratamiento y cortar la cadena de transmisión.
En ese sentido, destacan las potencialidades del sistema de salud cubano, con un servicio gratuito para el ciento por ciento de la población, la eficacia de los fármacos empleados en el procedimiento, las garantías de seguridad alimentaria y laboral para los pacientes, y el monitoreo constante por el médico y la enfermera de la familia.
La Máster en Epidemiología explicó que el sistema de vigilancia sobre esta cuestión comienza con la Atención Primaria de la Salud, en los consultorios, donde los especialistas evalúan posibles contagios y monitorean sistemáticamente a los grupos de riesgo.
Pueden ser vulnerables los contactos de personas infectadas, quienes presentaron la TB anteriormente o viven en lugares de internamiento prolongado, aquellos en situaciones desfavorecidas como los deambulantes, o con enfermedades crónicas, ya sea asma bronquial, insuficiencia renal o diabetes mellitus.
También la afección representa un peligro superior para los menores de cinco años y adultos mayores de 65, los fumadores, extranjeros procedentes de regiones de alta carga de ese padecimiento, y el personal de salud cercano a esos enfermos.
En cuanto a síntomas suelen presentarse tos, sudoración nocturna, fiebre, pérdida de peso, decaimiento, expectoración con sangre, así como aumento de los ganglios linfáticos, pero la doctora advierte que la TB es una gran simuladora y puede aparecer de varias formas clínicas: como una neumonía, un catarro simple, o incluso una lesión.
A los sospechosos, comentó, se les realiza un cultivo de esputo para identificar si se trata de la TB, y existen otros métodos como el sistema GeneXpert, que posibilita detectar en menos de dos horas la presencia del bacilo tuberculoso y determinar su resistencia a la Rifampicina, uno de los medicamentos utilizados en el tratamiento.
En Cuba, ese último medio diagnóstico se efectúa en tres provincias, y en la capital se encuentra centralizado en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí.
A partir de la detección de la enfermedad, se despliegan acciones de control de foco para localizar a los contactos intra o extradomiciliarios y detener la propagación con las menores afectaciones posibles.
Se suministran cuatro drogas fundamentales en la primera fase y dos en la segunda, y se entregan directamente por el equipo básico de salud para asegurar que el paciente tome la dosis y observar cualquier reacción adversa.
Al igual, todos los contactos de casos positivos se someten a una quimioprofilaxis, es decir, la administración de sustancias químicas para protegerlos del padecimiento, y su vigilancia prosigue hasta dos años después, porque es el período en que puede desarrollarse la afección.
En la actualidad, según la experta, también atienden la infección tuberculosa latente, se trata del paciente infectado que no ha desarrollado la enfermedad, pero bajo determinadas condiciones puede activarse el foco y padecerla de manera endógena.
La TB constituye un padecimiento transmisible crónico, por tanto, su curación no es inmediata, sino que comienza al cabo de los seis meses de tratamiento efectivo y controlado; durante ese tiempo, el gobierno cubano apoya la alimentación del enfermo con una dieta y le garantiza la totalidad de su sueldo laboral.
Llerena Díaz considera que el uso del nasobuco y las medidas de aislamiento e higiene por la COVID-19 han contribuido en cierta medida a disminuir la propagación de la TB, pues en 2020 en el territorio habanero se presentaron menos casos en comparación a años anteriores.
Cada 24 de marzo se celebra el Día Mundial de la Tuberculosis, y este año la fecha apunta al acceso a los servicios esenciales de TB en el contexto de la pandemia, lo que no constituye una dificultad en esta nación.
A pesar del nuevo coronavirus la atención a la TB se mantiene en cada municipio y esas acciones se supervisan constantemente; asimismo, cada vez que se diagnostica un caso se llena una tarjeta de notificación obligatoria y se traslada hasta la provincia, donde se incorpora a una base de datos a partir de la cual se da seguimiento, detalló.
El Programa Nacional de Prevención y Control de la Tuberculosis (PNPC-TB), iniciado en 1962, transitó desde el tratamiento dispensarial mediante ingreso sanatorial, la implantación del tratamiento ambulatorio controlado, hasta la introducción de medidas específicas para reducir la fuente de infección en los contactos de casos de TB pulmonar.
Sin embargo, no bastan los esfuerzos del personal de la salud para frenar por completo este mal, se requiere de la colaboración de toda la población en aras de una mejor comprensión de la enfermedad para mayor rapidez en su detección y control.
El 24 de marzo de 1882 el doctor Robert Koch anunció al mundo el descubrimiento de la bacteria responsable de la TB, la Mycobacterium tuberculosis; en homenaje a ese suceso, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó esa fecha como Día Mundial de la Tuberculosis.
La campaña de 2021 tiene por lema El tiempo corre, y hace alusión a la proximidad de la fecha tope en que se propuso alcanzar el fin de esa infección: el 2030.
Voluntad política y rendición de cuentas, recursos financieros, participación de los diversos sectores, y apropiación del tema en las comunidades, resultan aspectos claves para cumplir este compromiso de salvar vidas y terminar con las muertes prevenibles.