Nueva operación subversiva contra Cuba
Desde hace varias semanas se observa el desarrollo de una operación subversiva, diseñada para sembrar una matriz de opinión de que en Cuba “no se respeta la libertad religiosa”, algo que el secretario de Estado, Mike Pompeo, expuso en una de sus declaraciones.
CAPAC- Por Arthur González/ Tomado de El Heraldo Cubano.
El proceso electoral de Estados Unidos no debe hacernos abandonar otros temas que afectan a Cuba, como son las campañas falsas para acusarla de violar los Derechos Humanos.
Desde hace varias semanas se observa el desarrollo de una operación subversiva, diseñada para sembrar una matriz de opinión de que en Cuba “no se respeta la libertad religiosa”, algo que el secretario de Estado, Mike Pompeo, expuso en una de sus declaraciones.
Nada es casual en Estados Unidos para acusar a Cuba, todo tiene un motivo y el de esta operación mediática indica que, pretenden obligar a los obispos católicos cubanos para que se pronuncien contra el gobierno revolucionario, ante la próxima celebración, en La Habana, de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, que se efectúa cada dos años.
Por ese motivo la prensa de Miami y algunas voces en las redes sociales, emiten criterios y respaldan los pronunciamientos provocativos del sacerdote católico Jorge Luis Pérez Soto, párroco de la iglesia San Francisco de Paula, del municipio de Diez de Octubre, en La Habana, quien a finales del pasado mes de octubre, en una de sus homilías expresó: “El católico no puede ser apolítico, esa es una palabra mentirosa que lo único que expresa es cobardía”.
En franca posición instigadora añadió: “Cuando un gobernante no está dispuesto a dimitir, no está dispuesto a quitarse del medio por el bien común, por el bien de su pueblo, por el bien de su sociedad, ese César es un tirano”.
¿Por qué esa agresividad en estos momentos, cuando las relaciones Iglesia-Estado marchan por buen camino?
Todo hace pensar que Estados Unidos, en sus tantas medidas para hostigar a la Revolución, pretende presionar a la curia cubana para que retome la posición asumida cuando el socialismo era derrumbado en Europa, con aquella pastoral redactada por la Conferencia de Obispos Católicos en septiembre 1993, titulada: “El amor todo lo espera”.
En 2013 ante presiones externas, los obispos cubanos publicaron otra pastoral: “La esperanza no defrauda”, y aunque menos confrontacional, contenía un crítico análisis de la vida nacional, repetitivo de las detracciones expuestas veinte años antes, pero sin condenar enérgicamente la criminal política de Estados Unidos y su guerra económica, comercial y financiera, genocidio que busca matar por hambre y enfermedades a los cubanos.
A la provocación de Pérez Soto, le siguió la asumida por el sacerdote Laureano Hernández Sasso, quien, en su cuenta de Facebook, escribió: “¿Por qué tenemos que mendigar? ¿Por qué el presidente Miguel Díaz-Canel habla y habla y nunca dice nada? ¿O es que tenemos que decirle a nuestro presidente que no podemos seguir así?”
Para quienes han estudiado las campañas contra la Revolución cubana y las presiones de la CIA sobre la Iglesia Católica Cubana, estas proyecciones son conocidas, pues en febrero de1962 documentos oficiales de Estados Unidos planteaban:
“Tanto el Departamento de Estado como la CIA, continúan explorando sus capacidades (con resultados muy desfavorables hasta el momento) para montar operaciones especiales dentro de Cuba centradas sobre elementos activos de la población, específicamente operaciones a través de la Iglesia para llegar a las mujeres y sus familiares, así como mediante los contactos laborales para alcanzar a los trabajadores”.
El hecho actual, ante las puertas de la próxima Conferencia de Obispos, las posiciones de estos sacerdotes y el respaldo que le han prestado en Miami, emiten un olor muy similar a sus arcaicas pretensiones subversivas.
En Estados Unidos criticaron al Cardenal Jaime Ortega Alamino, por no asumir una confrontación con el gobierno cubano, y trabajar por un mejoramiento del ambiente entre el Estado y las instituciones religiosas, demostrado en las visitas a la Isla de los tres últimos Papas, algo que confirma la libertad religiosa que se respira en Cuba.
Alberto Reyes Pías, es otro sacerdote católico que al mismo tiempo ha adoptado una posición similar. Párroco en el municipio de Esmeralda, en Camagüey, en una actitud no vista en los últimos 58 años, publicó en su portal de Facebook:
“Cuba es una cárcel grande donde, si te portas mal, te meten en otra más pequeña. Y como cárcel al fin, nos sentimos controlados. Tenemos miedo a decir lo que pensamos, a decir lo que queremos. Tenemos miedo a que de un modo u otro nos bloqueen el estudio o el trabajo, que nos hagan la vida más difícil de lo que ya es. Tenemos miedo a que nos citen y nos regañen, advirtiéndonos de nuestra mala conducta”.
Y añadió la dislocada sugerencia de que: “la Iglesia podría liderar una transición en Cuba”, algo que quizás haya copiado de Lech Walesa, contrarrevolucionario y agente CIA polaco, quien contó con el apoyo de la Iglesia Católica de Polonia e incluso del Vaticano, para llevar adelante su movimiento contra el socialismo.
Una señal de que el propósito de esta operación es presionar a los obispos cubanos, fueron sus acotaciones:
“Aquí no puedo menos que decir con dolor, que sufro el silencio de mis obispos”.
La estructuración de la operación subversiva se aprecia en la comunidad de esas acciones y el respaldo desde Miami a través del sacerdote de la ermita de la Caridad del Cobre, Fernando Heria, quien difundió en las redes sociales, un mensaje solidarizándose con las declaraciones del sacerdote Alberto Reyes, al agregar:
“Comparto los gritos de hambre y sed de justicia que un hermano sacerdote, el padre camagüeyano Alberto Reyes, que valientemente grita en nombre de todos los hijos de la patria, desde las gargantas de nuestros patriotas, un firme grito por la libertad y la dignidad de los hermanos…Los curas cubanos están cansados de dos tipos de dictaduras: la eclesiástica y la gubernamental”.
Es indudable el objetivo deseado con esta nueva operación, pero la Iglesia Católica cubana sabe lo alcanzado y no se dejará arrastrar por pasiones, donde la razón prevalecerá a pesar de las diferencias ideológicas.
La Revolución nunca cerró un templo ni una orden religiosa, tampoco se asesinaron sacerdotes ni monjas, como hicieron gobiernos de derecha en América Latina. La libertad de cultos siempre ha sido respetada, a pesar de las mentiras fabricadas por Estados Unidos, país que no condenó las dictaduras que mataron y apresaron sacerdotes, como sabe perfectamente el Papa Francisco, por haberlo sufrido durante la dictadura argentina, apoyada ampliamente por la Casa Blanca.
Como parte de esta operación, se detectan acusaciones de la Alianza por la Libertad Global, al reiterar recientemente su solicitud al gobierno de Estados Unidos, para que sancione a la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos, del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, “por su anuencia a la falsa persecución religiosa en la Isla”, según declaró a Radio Televisión Martí, Jason Poblete, presidente de la organización radicada en Washington, DC.
¿Casualidad?
Imposible, conociendo cómo actúan los yanquis con sus mentiras construidas contra la Revolución cubana, durante 60 años.
La tal Alianza, desde el año 2019 promueve sanciones a Cuba, bajo el gastado pretexto de que la Oficina de Asuntos Religiosos depende del partido comunista, ocultando que esa entidad trabaja directamente con todas las religiones presentes en el país: católicas, cristianas, ortodoxas de ritos ruso y griego, el judaísmo, islamismo, budismo, espiritismo y religiones cubanas de origen africano.
En Cuba existen casi 570 organizaciones religiosas, que poseen sus propios seminarios para la formación de sus sacerdotes y pastores, además de centros para la atención de ancianos, conventos para religiosas y casas sacerdotales que trabajan con total libertad, algo que los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, comprobaron en el terreno.
A la actual operación, sumaron a la Conferencia Cubana de Religiosos y Religiosas, que agrupa a monjas y sacerdotes de la Iglesia Católica, quienes hicieron igualmente declaraciones contrarias al gobierno, ante el inicio de ventas en dólares e interpelaron al estado por la falta de alimentos, y solicitaron “cambios que permitan la construcción de una nación que dé esperanza a los jóvenes para que no necesiten emigrar”; sin mencionar el injusto y cruel Bloqueo.
Los yanquis en su estrategia contra Cuba no cesan de equivocarse y ahora seleccionan a la desprestigiada Martha Beatriz Roque Cabello, otorgándole el Premio Patmos a la libertad religiosa en Cuba, pasando por alto su teatral y ridícula “Huelga del Aguacate”, donde engañó a todos, incluidos diplomáticos estadounidenses.
El argumento para este premio, es que “ella evoca visiones de esperanza para su pueblo y especialmente cuando de asuntos de fe e iglesias se trata”, como si en toda Cuba no se supieran sus engaños para vivir del cuento y embolsillarse el dinero que recibía de los yanquis, algo incompatible con los mandamientos católicos.
En su esfuerzo por destruir lo que 12 presidentes no han logrado, los yanquis diseñan esta operación que denota desespero e ignoran la obra de la Revolución.
Razón tiene José Martí al afirmar: “La ignorancia es la garantía de los extravíos políticos”