Ruta constitucional en Chile: ¿Qué sigue tras el plebiscito?
La elección del órgano constituyente, redacción del proyecto y su aprobación en nuevo plebiscito, son los pasos futuros.
CAPAC – fuente Telesur
El triunfo de la opción “Apruebo” en el plebiscito constitucional del pasado domingo en Chile fue el inicio del camino hasta la promulgación de una nueva Carta Magna; el cual, presumiblemente, no finalizará hasta 2022.
Según los términos del acuerdo adoptado entre las fuerzas políticas en noviembre de 2019, institucionalizado posteriormente mediante la Ley 21.200, dictada el 24 de diciembre de 2019, el próximo paso será la elección de los miembros de la Convención Constituyente, forma escogida por los electores.
Esta elección se llevará a cabo en abril de 2021. En el período que cursa hasta ese momento, los ciudadanos deberán conocer las propuestas de los candidatos y definir su apoyo.
Según la periodista y analista internacional, Florencia Lagos Neumann, aquí comienzan las dificultades de este nuevo período. Los candidatos deberán cumplir con la Ley de Partidos para sus campañas electorales y eso perjudica a los independientes.
Los candidatos afiliados a los principales partidos políticos tendrán más opciones de darse a conocer y de divulgar sus programas a través de los medios de comunicación. Sin embargo, al decir de Lagos Neumann, son esos candidatos precisamente en los que el pueblo ha perdido confianza.
Los independientes, continúa la analista, son de los que pudieran surgir propuestas verdaderamente populares, pero esos tendrán muchas dificultades para tener acceso a los medios de comunicación, por no contar con los recursos para ello.
Por tal motivo, se espera que el pueblo chileno, a pesar de haber triunfado en la decisión de redactar una nueva Constitución, se mantenga movilizado en las calles. El objetivo será lograr que, para abril, se escoja una Asamblea y no una Convención Constituyente.
La diferencia es que el procedimiento de elección de la Asamblea sería mucho más popular, más democrático, no sujeto a los políticos tradicionales, explica Lagos Neumann.
La prohibición de afectar los tratados internacionales
Otro tema que se espera que mantenga movilizados a los chilenos es la de la prohibición de afectar los tratados internacionales actualmente vigentes. Con ello, explica la analista, se evita que importantes demandas sociales puedan tener un respaldo constitucional.
Tal sería el caso de las Administraciones de Fondos de Pensiones (AFP), que no podrían cambiar su estatus de privado a público; o la nacionalización de industrias y recursos naturales vitales para el país, como el cobre, agregó la analista.
Elegido el órgano constitucional, este se instalaría 15 días después de su formalización por la autoridad electoral. Tendría un plazo máximo de un año para redactar el proyecto de constitución que se someterá a nuevo plebiscito.
Pero antes, dicho proyecto deberá ser aprobado por dos tercios del órgano constituyente. Ello ha sido presentado en Chile como un recurso para lograr “grandes acuerdos y consensos”, sin embargo, Lagos Neumann considera que es un recurso de la derecha para evitar todo lo posible cambios sustanciales en la nueva Carta Magna.
El tema de los dos tercios funciona como poder de veto de una minoría contra la amplia mayoría
En la práctica, dice la analista, el tema de los dos tercios funciona como poder de veto de una minoría contra la amplia mayoría. Los cambios realmente profundos necesitarían más del 66 por ciento de apoyo entre los constituyentes, de lo contrario no prosperarían.
Es la imposición de una mayoría cualificada que no tiene explicación desde la óptica de la democracia, por lo tanto, es un intento de amarre de la nueva constitución, razonó Lagos Neumann.
El nuevo plebiscito se producirá dentro de los 60 días siguientes a la presentación del proyecto de Constitución. El voto será obligatorio para todos los chilenos residentes en el país. La nueva Carta Magna se promulgará tres días después de la oficialización del escrutinio.