Anticuerpo monoclonal de Cuba logra notorios resultados en disminución de mortalidad de la COVID-19

El anticuerpo monoclonal Itolizumab, creado por el Centro de Inmunología Molecular, del grupo empresarial BioCubaFarma, recibió la aprobación del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, autoridad reguladora en la Isla, para su uso de emergencia ante la COVID-19.

CAPAC- Tomado de Resumen Latinoamericano Cuba/ Foto: Prensa Latina.

La aprobación obedece a los buenos resultados obtenidos en el tratamiento a los pacientes críticos y graves de la enfermedad del nuevo coronavirus, con una disminución significativa de la mortalidad. El registro del medicamento permite ahora su empleo dentro del protocolo médico cubano de tratamiento a la COVID-19 y abre la puerta para que este producto se pueda usar en otros países.

Desde abril el Itolizumab se comenzó a probar de forma experimental en 10 instituciones hospitalarias, donde se demostró su impacto significativo en el decrecimiento de la mortalidad en los pacientes con manifestaciones graves de la enfermedad provocada por el SARS CoV-2.

Alrededor del 80 por ciento de las personas reportadas en estado crítico a las que se les suministró el anticuerpo se recuperaron, y en el caso de los graves o con propensión al agravamiento se recuperó el 95 por ciento, señalaron a la televisión local investigadores.

Según los especialistas, la sobrevivencia es grande debido a que las citoquinas disminuyen y los pacientes mejoran su capacidad ventilatoria, por lo que se evita la muerte en muchísimos casos. Estos resultados de Cuba se ratificaron en un ensayo controlado en la India, promovido por la empresa Biocon, y al igual que la nación caribeña reportó una baja de la mortalidad por COVID-19.

El Itolizumab es el primer anticuerpo monoclonal creado por el Centro de Inmunología Molecular (1995) y originalmente era para tratar ciertos tipos de cáncer.

El medicamento venció la etapa preclínica de su investigación y demostró ser seguro para el uso en humanos en enfermedades como la psoriasis, la esclerosis múltiple y la artritis reumatoidea, con un mecanismo similar a la COVID-19, por lo que a raíz de la pandemia se iniciaron nuevas investigaciones sobre su posible efecto contra esa enfermedad.

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