Proyecto Génesis: La Guerra de la CIA contra la juventud cubana
Por Raúl Capote Fernández / Tomado de Resumen Latinoamericano Cuba.
La guerra contra la dirección histórica de la Revolución la hemos perdido, pero no debemos esperar a que la naturaleza haga lo suyo; nuestras acciones deben dirigirse contra los nietos de la Revolución ( Un oficial de la CIA).
La Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos dedica sus mejores recursos humanos a las operaciones contra Cuba y Venezuela Sus especialistas, altamente calificados, provienen de las mejores universidades del país y son cuidadosamente seleccionados. El equipo que trabaja contra nuestros países cuenta además con una vasta experiencia; muchos de ellos son veteranos de la Guerra Fría, la mayoría participaron en operaciones contra los países ex socialistas de Europa del Este.
Enfrentamos hoy ese arsenal de recursos humanos y materiales, Cuba inmersa en una difícil lucha por actualizar el modelo económico, Venezuela en medio una guerra sin cuartel por parte del imperio y sus aliados
Esa guerra sin cuartel contra la economía causa escasez y penurias, que no son mayores gracias a la voluntad política de los gobiernos revolucionarios, en el caso cubano, la efectividad de un modelo económico social basado en la planificación y no en las leyes ciegas e injustas del mercado; en la distribución justa de las riquezas y en la igualdad, permite defender con éxito las conquistas de la Revolución. Ese modelo no deja desamparado a nadie y garantiza niveles de atención de salud y educación comparables con los de los países más desarrollados del mundo.
Los efectos de la agresión económica sobre el pueblo cubano son presentados sin recato de ninguna clase, como errores del socialismo, como prueba del fracaso de la Revolución. Nuestros enemigos no tienen escrúpulos de ninguna clase cuando mienten y manipulan la información.
La gran campaña mediática contra Venezuela busca presentar al gobierno bolivariano como responsable de los problemas económicos del país, la guerra económica, similar a la enfrentada durante años por Cuba, pretende que el pueblo, convencido de la inefectividad de modelo revolucionario, se subleve contra la revolución.
Restar partidarios, llevar la desesperanza, la falta de fe en el futuro, presentar al capitalismo como única solución a los problemas nacionales.
La formidable maquinaria de propaganda de la CIA, que cuenta con centenares de revistas, periódicos, canales de televisión, que se presentan como completamente privados y libres, más el dominio del ciberespacio controlado por las compañías a su servicio, y la acción de mercenarios de la información y sus lacayos, es utilizada en la contienda, en especial con el uso de mensajes manipulados y con la tergiversación de la información, que es después debidamente presentada a partir de un cuidadoso estudio de marketing, construida de modo que resulte atractiva y fácilmente asimilable.
La CIA trabaja fundamentalmente hacia los jóvenes, intentando penetrar los centros culturales, religiosos, estudiantiles o sociales y los grupos informales. Amparados sus proyectos por una imagen progresista, rebelde, glamurosa y externamente atractiva, dirigen su propaganda al sobredimensionamiento de los “fracasos” económicos del socialismo, a divulgar la “poca actualidad” del pensamiento marxista, a desinformar, a denigrar las ideas revolucionarias, a mentir, a popularizar las “ventajas” de las sociedades de consumo. Así, organizan conferencias internacionales, brindan becas, premios y proyectan su influencia a través del cine, la televisión, la prensa y la literatura. En películas, series televisivas, magazines, libros, donde se idealizan los mercenarios, se llama terroristas a los revolucionarios, se propagan criterios “novedosos” sobre la libertad sexual, los derechos humanos, el conflicto existencial, mientras se distorsionan los conceptos de patria y nacionalidad. A lo interior intentan crear proyectos supuestamente alternativos, que son financiados y monitoreados a través de la Sección de Intereses de los Estados Unidos, de la Embajada yanqui o directamente desde organizaciones que sirven de fachada a la CIA, como la USAID, el Instituto Republicano Internacional, la Fundación Panamericana para el Desarrollo y otras.
Proyecto Génesis
Entre los años 2005 y 2006 la estrategia en Cuba estaba dirigida fundamentalmente a crear, mejorar e incrementar el trabajo de redes de pensamiento entre los estudiantes universitarios. Era un trabajo secreto de bajo perfil, que permitiría crear las condiciones para acciones de mayor envergadura en un futuro mediato. Esas indicaciones formaban parte de una de los planes esenciales de la CIA: utilizar a los jóvenes para provocar un caos social y político, generar bajo las banderas de la no violencia disturbios de calle, atraer a la prensa internacional, provocar, mediante la realización de actos violentos e ilegales, una represión que luego sería ampliamente divulgada por los medios internacionales, para justificar cualquier acción contra la Revolución, presentándola como un acto de justicia.
En 2008 la CIA plantea la idea de introducir celulares al país de forma masiva para lograr mediante su uso una eficaz movilización. Diferentes ONG y OSC servirían de tapadera a la Agencia para la distribución, bajo el pretexto de “ayudar a los cubanos a mejorar el acceso a la información y a las comunicaciones”, según plantea el programa del Instituto Republicano Internacional.
En 2010 esta idea se perfecciona con la creación de los primeros sitios para el envío de SMS y la recarga gratuita de celulares. Diferentes organizaciones durante los años 2008, 2009, 2010 y 2011 intentarían distribuir en las universidades cubanas miles de teléfonos móviles.
Se crean plataformas como Zunzuneo y Piramideo que no emitían mensajes negativos, sino avisos, noticias deportivas, culturales o artísticas, buscando habituar a los usuarios a la utilización del sitio, de modo que el día que necesitasen movilizar a grandes grupos de personas para determinada acción, miles de jóvenes tendrán acceso a la convocatoria.
Llegado el momento nacería la Fundación Génesis para la Libertad (FGL) Esta organización fue definida como un tanque de pensamiento que cumpliría un sinnúmero de misiones, antes y una vez derrotada la Revolución, para impedir su relevo generacional, su continuidad histórica e imposibilitar que en Cuba se pudiera repetir en el futuro un proceso revolucionario, socialista y antiimperialista. Génesis garantizaría la sujeción de Cuba a los mandatos del gobierno de los Estados Unidos, formaría cuadros, construiría líderes, fabricaría a los presidentes de la nueva república burguesa y dependiente.
La Fundación Génesis con la maquinaria bien engrasada, con dirigentes y activistas bien entrenados, con redes bien construidas, con una estructura sólida y vías de financiamiento bien establecidas, con un sólido soporte tecnológico, saldría a la luz pública como una ONG nacida del medio universitario cubano, integrada por jóvenes estudiantes y profesores, con un dominio pleno de las principales organizaciones juveniles de la universidad, con relaciones con la comunidad y de inmediato recibiría apoyo del gobierno de los Estados Unidos y de las fundaciones, organizaciones e instituciones a su servicio.
La hora cero estaba prevista para el momento en que el país estuviera inmerso en la etapa que la CIA calificaba de relevo generacional, el momento en que nuevos líderes asumirían la dirección del PCC y del Gobierno, cuando los líderes históricos de la Revolución por causas naturales, estuvieran en la necesidad de ceder su lugar a figuras más jóvenes. Ellos preveían ese momento como complejo y confuso para muchos cubanos. Ese sería el escenario en que saldría a la luz la Fundación Génesis.
Mientras, trabajaría en la clandestinidad, de ser posible imbricada en la estructura de alguna ONG que mantuviera buenas relaciones con el gobierno cubano. Sus representantes laborarían con una doble agenda, la de la ONG legal y la de Génesis.
La Fundación, trabajando con bajo perfil, se movería en espacios ya creados y permitidos: reuniones de jóvenes en las iglesias cristianas, círculos filatélicos, grupos religiosos, talleres literarios, asociaciones de artistas, artesanos, estudiantiles, deportivas; en espacios que no levantaran las sospechas de las autoridades. Génesis quedaría perfectamente imbricada en esos grupos donde se discutirían o tratarían los temas habituales e introduciría los de interés del enemigo.
Su trabajo principal estaría dirigido a las universidades. En ellas la fundación identificaría a futuros líderes entre los estudiantes y profesores, facilitaría becas posibilitaría la participación en eventos internacionales de académicos y otras personas
Las becas financiadas por el gobierno de los Estados Unidos lo incluían todo: estancia, estudios, vuelos y gastos consulares, con una sola condición: el estudiante tenía que regresar a Cuba una vez concluido el plan curricular.
Génesis actuando públicamente en un escenario complejo de relevo generacional, con un discurso aparentemente revolucionario que propondría cambios más radicales y profundos del modelo cubano , tendría como misión central, fragmentar, dividir a la sociedad cubana, romper la unidad, para el Gobierno de los EE.UU. y la CIA, estaba claro que Génesis no derribaría a la Revolución, pero su actuar en medio de este escenario y luego de una profunda guerra cultural, que según sus cálculos permitiría el surgimiento en Cuba de una masa crítica de personas a los que no les interese el socialismo, gente descomprometida con el futuro del país, establecería las condiciones para desarrollar con éxito en Cuba la estrategia del golpe suave y acabar con el proceso revolucionario cubano.