¿Por qué Venezuela es blanco nuevamente de los dardos imperiales de Estados Unidos?
La República Bolivariana de Venezuela enfrenta una vez más la cruzada imperial de Washington, en medio de la pandemia de la COVID-19.
CAPAC – Tomado de Granma
La Casa Blanca ha acometido, recientemente, nuevas acciones, que obligan a nuestros pueblos a permanecer alertas para impedir cualquier agresión.
Las últimas jugadas imperiales incorporan cargos formales de narcoterrorismo, tráfico de armas y corrupción contra el presidente Nicolás Maduro y otros 13 altos funcionarios del país, con recompensas incluidas; un supuesto «Marco para la Transición Democrática» para Venezuela; además de que Estados Unidos y otros países lanzaron una operación de gran alcance «contra el narcotráfico», con despliegue de refuerzos militares de la armada y la fuerza aérea en el mar Caribe, frente a las costas de la nación sudamericana.
¿Qué motiva a EE.UU. a acometer esta escalada de acciones? ¿Por qué la administración de Donald Trump continúa obsesionada con Venezuela? Analicemos solo tres factores de especial relevancia para Washington.
1-Su poder geoestratégico
La nación sudamericana posee importantes recursos naturales que despiertan el apetito estadounidense, especialmente el petróleo. La República Bolivariana de Venezuela totaliza 299 953 millones de barriles (MMBLS), hecho que coloca al país con la mayor reserva de crudos en el planeta (el 20 % de las que corresponden a escala mundial), según datos de la corporación Petróleos de Venezuela s.a. (PDVSA).
Sus importantes reservas de bauxita, níquel, hierro, además de estar en la lista de las diez naciones con las mayores reservas de agua del mundo, y su posición privilegiada entre el mar Caribe, la cordillera de los Andes y la cuenca del Amazonas, confieren a Venezuela primerísimo orden en las ambiciones estadounidenses.
El proyecto político bolivariano en favor del pueblo, de independencia y soberanía, de integración con América Latina y el Caribe, y de acercamiento bilateral con Rusia y China, resulta a su vez un impedimento para los planes hegemónicos de Washington y su afán de revivir la Doctrina Monroe en la región, que despectivamente considera como «su patio trasero».
2-Una salida a la crisis estadounidense
Estados Unidos es el país con más casos confirmados del nuevo coronavirus a nivel mundial. La covid-19 ha develado el estrepitoso fracaso de su sistema de Salud y el manejo tardío, improvisado e inhumano de la pandemia por parte del Gobierno, que ha provocado que sus 50 estados se encuentren bajo declaración de desastre federal de manera simultánea, por primera vez en la historia de esa nación.
Ante una crisis, Estados Unidos recurre a la guerra –a la economía de guerra– para sacar ventajas financieras y geopolíticas. Así, aumenta la demanda del poderoso complejo militar-industrial como lucrativo negocio para disímiles intereses, con grandes gastos, contratos empresariales y empleos para todos los factores que intervienen en el engranaje militar. Otra vez, la nociva fórmula para el flujo de capitales directamente del bolsillo de los contribuyentes, como inyección económica ante la recesión mundial.
También, una eventual agresión contra Venezuela desviaría la atención de la opinión pública estadounidense de la grave situación ocasionada por la covid-19 en su país hacia el conflicto militar.
3-Una oportunidad electoral
Un Presidente estadounidense inmerso en un conflicto bélico, como Comandante en Jefe, tiene menores probabilidades de ser derrotado en un proceso electoral. La guerra le permite monopolizar en su favor las noticias de los medios de comunicación, alentando a ultranza el patriotismo y el nacionalismo, que se convierte en otra manera de hacer campaña.
Donald Trump sabe del mal manejo de la crisis sanitaria de la covid-19 en la Florida (un estado que aporta 29 votos electorales y es fundamental en su reelección). Por tanto, una invasión le permitiría obtener réditos electorales en ese estado, especialmente en los sectores más reaccionarios de origen latino.
Además, un conflicto incrementaría la demanda de crudo frente a la crisis del precio del petróleo, que afecta principalmente a la industria de los hidrocarburos de Texas (estado que aporta 38 votos electorales, el trofeo más valioso en cantidad de votos en EE.UU. después de California).
Solo tres aspectos que han sido minuciosamente calculados por la administración Trump, y que obligan a nuestros pueblos a estar alertas para impedir a tiempo una nefasta aventura militar de EE.UU. contra Venezuela.