Otan, EE.UU, UE y Ucrania: La gran mentira Universal

La periodista, intelectual y analista política Stella Calloni describe con total crudeza la mentira organizada por los medios informativos hegemónicos en la guerra provocada por la OTAN de Rusia con Ucrania y aporta claridad ante tanta oscuridad planificada.

CAPAC – por Stella Calloni

La suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas solicitada por Estados Unidos convirtió a ese organismo  en una institución ilegal y parcializada  en momentos en que ha asumido la presidencia Argentina, país que votó en favor de lo reclamado por Washington, sin  que hubiera  una investigación previa  sobre los sucesos de Bucha, Ucrania, donde se exhibieron cadáveres  con las manos atadas a la espalda y otros datos aberrantes que no correspondían a las víctimas de un bombardeo.

En un tema como los Derechos Humanos, que tanta exigencia de veracidad supone es ilegal tomar una resolución como la suspensión de Rusia, cuando aún no se habían investigado los hechos, atendiendo sólo a la demanda del gobierno ucraniano, cuando además las tropas rusas se habían retirado de esa zona  el 30 de marzo de este año, días antes de que se apareciera el video donde se ven  cadáveres, considerado falso por periodistas que cubrían esa zona.

La utilización de videos falsos es una táctica común en la guerra psicológica como propaganda difundida por los medios de incomunicación masiva controlados por el poder hegemónico, para horrorizar al mundo. 

En Patas Arriba: la Escuela del mundo al Revés, un libro imprescindible  del escritor uruguayo Eduardo Galeano, en un  recuadro en que se refiere a la “Era de la Información”  recuerda que en la navidad del 89, “pudimos todos contemplar el  más horrendo testimonio de las matanzas de Nicolae Ceasescu en Rumania(…)Vimos muchos de esos cadáveres  gracias a la difusión  mundial de la televisión y gracias al “buen trabajo” de las Agencias internacionales que nutren de imágenes a los diarios y las revistas. Las hileras de muertos, deformados por la tortura, estremecieron al mundo”.

Pero “después algunos diarios (los más serios) publicaron la rectificación que pocos leyeron (…) los cadáveres no tenían nada que ver con esa historia, y no habían sido deformados por las torturas sino por al paso del tiempo. Los fabricantes de noticias los habían desenterrado   de un cementerio y los habían puesto a posar ante las cámaras”.

En el caso de Ucrania, la mayoría de los videos que invadieron el mundo con imágenes, eran falsos, incluso tomados de las invasiones de Estados Unidos a Irak, Libia y otros. Los cadáveres de Bucha con las manos atadas con cintas blancas en los brazos, que usaban los pro rusos, no estaban en medio de charcos de sangre y todo indicaba que habían sido trasladados a ese lugar.¿Por qué los rusos iban a matar a sus propios seguidores?.

Rusia rechazó de inmediato su responsabilidad en estos hechos, las fechas no coincidían, pero el equipo de investigaciones Visuales del Times accionó para ayudar al gobierno ucraniano, cuando se difundió la noticia de que no eran claras las causas de las muertes.

Mostrando imágenes donde aparecían en una calle de Bucha “objetos oscuros similares al tamaño de un cuerpo humano “ que habrían” aparecido entre el 9 y el 11 de marzo” el equipo del Times intentaba dar un marco de certeza a los denunciantes ucranianos, a pesar de que   los pobladores del lugar negaron ante varios equipos de prensa que hubieran permanecido durante semanas  cuerpos en las calles.

Para corresponsales de guerra en esa región- algunos de los cuales fueron amenazados y perseguidos- que pudieron observar los cuerpos, estos aparecían como que hubieran sido trasladados desde algún lugar.

¿Y quienes tenían fama de llevar a prisioneros a sótanos donde eran torturados, interrogados y muchas veces desaparecidos o sus cuerpos arrojados en las calles? Eran los  agentes de seguridad y los batallones nazis de Ucrania, los mercenarios y paramilitares incorporados por el presidente Volodimir Zelensky al ejército ucraniano.  

La medida de suspender a Rusia, apoyada por sus socios y por algunos países sobre los que Estados Unidos ejerció una severa presión, que bien puede calificarse como “chantaje”, se tomó asumiendo como verdadera la versión ucraniana.

Esto no sorprende si se analizan las mentiras mediante las cuales fueron invadidos Afganistán, Irak, Libia, , Yemen y otros países  como Siria que  sigue resistiendo hasta ahora desde el 2011, repitiendo la OTAN  los mismo métodos salvajes que se utilizaron para invadir países en el siglo pasado a lo largo de toda la guerra fría.  

Lo más difundido en los últimos tiempos fue el tema de las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía Irak, a pesar de que los expertos internacionales aseguraron que esto no existía. 

Sólo cuando ya no quedaba nada en pie, en aquellos lugares que habían sido “la cuna de la Civilización” y se contaba casi un millón de muertos -una mayoría en las cárceles siniestras donde practicaron nuevas torturas- Washington reconoció que había cometido un “error”.

En Libia donde la invasión comenzó con el ingreso por Bengasi de mercenarios y tropas especiales de Estados Unidos y sus socios los que produjeron una masacre entre la población supuestamente rebelada en lo que llamaron “la primavera libia”. Tanto en Irak como en Libia y en otros países en este siglo XXI, las violaciones de los derechos humanos de los miles y miles de asesinados por los mercenarios de la OTAN, no hubo ninguna reacción, sólo denuncias de organismos de derechos humanos, que fueron ignorados por el silencio de la prensa del poder hegemónico.

Millones de refugiados huían descalzos, sin ropa, de todos los países invadidos y destruidos, la inmensa mayoría habían perdido sus casas, pero nadie en el mundo tomó medidas humanitarias, nadie envió ayuda humanitaria para estos verdaderos refugiados, que siguen muriendo hasta hoy en las aguas del Mediterráneo intentando llegar a Europa, cuyos ejércitos participaron en los bombardeos brutales, en los saqueos y en los crímenes de lesa humanidad cometidos.

Nadie suspendió a Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, España del Consejo de derechos humanos de la ONU ni a otros responsables de estas invasiones de una crueldad inusitada, para quedarse en esos territorios, y saquear sus recursos naturales como están haciendo.

 En estos momentos violando   las normas internacionales sólo se escucha el discurso único de Washington, debido a la censura global que se impuso al mundo como nunca antes había sucedido. La doble moral de los poderosos es un ataque a la humanidad en su conjunto. Es la gran mentira universal, la información utilizada como un arma de guerra.

Ni Estados Unidos, ni la colonizada Europa dudaron un segundo en decidir no sólo una guerra económica de un nivel desconocido, sino que en pocas horas acabaron con el derecho de los pueblos y los derechos humanos a recibir una información veraz, tal como figura en los organismos de la ONU.

La libertad de expresión, un término vaciado de contenido desde hace mucho tiempo fue anulada a nivel mundial lo que viola también todos los derechos de los países y pueblos del mundo.

No se pueden comparar estas invasiones con lo sucedido entre Rusia y Ucrania, que en este caso es Estados Unidos, la OTAN, Gran Bretaña e Israel. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, tomó una decisión estratégica, en defensa de su país, decidió dar un paso estratégico, cuando su país estaba rodeado por las ex repúblicas separadas de la pasada Unión Soviética, que fueron ocupadas por tropas extranjeras y atiborradas de armas distribuidas por la OTAN de la que forman parte, pero sin los beneficios que podrían tener y las obligaciones como estas de servir de trampolín para las “necesidades” imperiales.

Estados Unidos preparaba desde hace años invadir a la Federación Rusa, que Putin logró poner en pie hasta convertirse en una potencia mundial. Rusia fue una obsesión permanente, como lo es Cuba, o Palestina para los israelíes, y el plan trazado por el gobierno de la Federación rusa no tenía ninguna orden de apoderarse de Ucrania, sino que fueron parte de una operación para desmilitarizar la frontera común, y las posiciones militares ucranianas adonde estaban llegando las armas de la OTAN para instalar su base de operaciones con armamento nuclear como tienen en la mayoría de las ex repúblicas de la ex Unión Soviética.

Otro objetivo de la operación militar rusa estaba destinado a demostrar cómo Ucrania se fue convirtiendo en un territorio ocupado por grupos y organizaciones armadas nazis y neonazis lo que supone un peligro no sólo para las Federación Rusa, sino para Europa y el mundo.  

La “guerra Fría” nunca se terminó y en este caso nadie en el mundo de la política internacional pudo ignorar que Estados Unidos arrastró a sus socios obedientes de Europa   para ejecutar el golpe en 2014 y de la Plaza Maidán donde se desató una extrema violencia protagonizada por esos grupos nazis, mercenarios de la OTAN encargados del trabajo sucio, bajo el disfraz de una “primavera ucraniana”.

Los servicios de inteligencia del poder hegemónico encubrieron todos los crímenes cometidos a partir de 2014 contra la población y la persecución política contra rusos, gitanos, incluso judíos, comunistas y movimientos políticos   provocando masacres hasta hoy ignoradas, entre estos el incendio de una sede sindical regional en Odessa donde transcurría una reunión, quemando a 49 personas, entre ellos jóvenes estudiantes.

La pregunta es si la Comisión Internacional Independiente investigará lo que estaba sucediendo en Ucrania, en Kiev y otros lugares donde las hordas nazis impusieron el terror y si esa Investigación alcanzará al genocidio cometido hasta ahora contra la población de las Repúblicas Independientes de Donestz y Luganstz , sobre  lo que existen pruebas contundentes. Incluso periodistas europeos han ofrecido documentales sobre la crueldad de esta guerra silenciosa, denunciada una y otra vez por el gobierno ruso ante todas las organizaciones internacionales.

Para ser creíble, la comisión de expertos enviados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU debe investigar los crímenes cometidos durante y después del golpe de Estado de Febrero de 2014 en Ucrania mediante lo cual y luego de una profusa propaganda terminó llegando al gobierno al actor cómico, Volodimir Zelensky aliado con los neonazis.

Por otra parte, ningún gobierno europeo ignora la existencia de organizaciones civiles y militares como el Batallón Azov, y otros varios declaradamente nazis, que impunemente usan la svástica y veneran a Adolf Hitler y que se dedicaron a perseguir, asesinar y aterrorizar a los que consideran “sus enemigos”.

El imperio decadente y su gendarmería mundial, la OTAN, actúan ilegalmente en el mundo, cuando ni siquiera se puede controlar la grave situación interna en Estados Unidos.

Es muy grave atribuir a Rusia los bombardeos realizados por los ucranianos contra Donetsk, donde se produjeron decenas de muertos y heridos filmados por los camarógrafos de los nazis agrupados en los batallones como Azov y otros que ya forman parte del ejército de Ucrania por decisión de Zelensky, convertido por la propaganda de Estados Unidos y sus asociados en “un héroe de la democracia occidental”.

Hay que estudiar los discursos de Zelensky de antes y ahora lo que nos revela qué conveniente fue su trabajo como actor, repitiendo el libreto de colocarse como víctima y como un “héroe” aunque nadie ignora en qué oficinas del Pentágono y la OTAN se escribió ese guion.

Era fácil para Zelensky interpretar un papel con la típica gestualidad de un actor, con una magnífica puesta de escena, parlamentarios “occidentales” aplaudiendo y llamando a solidaridad con Ucrania, donde ni los derechos humanos ni los derechos de los pueblos se respetan.   

Esto ha resultado en utilizar a Ucrania, en uno de los focos más activos del nazismo, que comienza a emerger y avanza en Europa y en el mundo, lo cual no puede sorprender porque los planes de expansión imperial global, que reconocen los sectores fundamentalistas del imperialismo, son fascistas hasta la médula y actúan ante  el surgimiento de China, la Federación Rusa y otros países importantes en el tablero mundial, lo que ha desesperado a un imperio decadente, que ni siquiera puede controlar la grave situación interna en estos momentos.

Además, esa resolución de suspender a  Rusia del Consejo de Derechos Humanos se transforma en un antecedente que puede ser utilizado, y de hecho ya estaba siendo planificado para también suspender a Cuba, y a los países que defienden su derecho a la autodeterminación, a la soberanía y a la verdadera libertad, amenazada cada día por el salvajismo de un imperio en decadencia, que siembra al mundo de terror. El 60 por ciento de la población mundial vive en países que han elegido un camino de liberación, pero eso lo ocultan cuidadosamente los medios masivos de la desinformación.

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