LLega a Cuba Barco de la Ruta del ALBA

Venezuela y Cuba se abrazan en nombre de la paz, mientras barcos y submarinos estadounidenses apuntan sus cañones hacia Venezuela, el buque del alba materializa los anhelos de unidad compartidos entre Fidel y Chávez, Bolívar y Martí

CAPAC – fuente Granma

Desde 2014, América Latina y el Caribe fue declarada Zona de Paz. En este territorio, los países no se sancionan unos a los otros ni se amenazan con barcos de arsenal nuclear. No intentan deslegitimar los gobiernos legalmente establecidos, sino que los apoyan, porque ofrecer la mano a un Estado es también ayudar a sus pueblos.

Por estos días, cuando Venezuela es asediada militarmente por el imperio estadounidense, y Cuba se sabe continuamente hostigada por el mismo enemigo, sus pueblos olvidan la distancia y crean puentes para materializar los anhelos compartidos entre Fidel y Chávez, que fueron también las aspiraciones de Bolívar y Martí: la América unida, desde el río Bravo hasta la Patagonia.

UNA RUTA PARA LA SOLIDARIDAD

Como la paz que mueve por el Caribe, purísimamente blanco, aunque el salitre intente profanarlo… Y en la cabina, al centro, vigilando la carga, aquellos ojos –los de Chávez– lanzan, no misiles, sino mensajes, para que recuerde el mundo que Nuestra América no está sola.

Así, mientras barcos y submarinos de Estados Unidos apuntan sus cañones hacia Venezuela, desde el puerto de La Guaira partió el buque Manuel Gual, que recibió luego la Zona de Desarrollo Especial Mariel, con la presencia de los miembros del Buró Político del Comité Central del Partido, el primer ministro Manuel Marrero Cruz y la primera secretaria del Partido en Artemisa, Gladys Martínez Verdecia, así como Yudí Mercedes Rodríguez Hernández, miembro del Secretariado del Comité Central y jefa de su Departamento de Atención a los Servicios, y el embajador de Venezuela en la Isla, Orlando Maneiro.

Se trata de la primera travesía de la ruta naviera y comercial de los países del alba-tcp, ante la necesidad de una solución de transporte marítimo regional planteada en el marco de la xxiv Cumbre de la alianza, en diciembre de 2024.   

Esa «valiente tripulación» es, en palabras del ministro interino del Comercio Interior y la Inversión Extranjera, Carlos Luis Jorge Méndez, portadora «no solo de una valiosa carga de bienes materiales, sino, sobre todo, del cariño sincero del pueblo y del Gobierno de Venezuela hacia Cuba».

«Es –significó– un recordatorio de que nuestros pueblos, cuando se unen, son más fuertes y más libres (…) una apuesta por el futuro compartido, el desarrollo conjunto y el sueño de que nuestras naciones puedan prosperar sobre la base de la complementación y de la unidad, sin depender de nadie más que de la fuerza de nuestros propios pueblos.

«Que cada barco que recorra el Caribe en esta ruta sirva para honrar la memoria de Fidel y Chávez y (…) para fomentar la certeza de que estamos construyendo juntos un destino más justo, soberano y próspero para nuestros pueblos. Mientras algunos imponen bloqueos y sanciones, nosotros abrimos caminos de hermandad», dijo, a la par que reiteró el rechazo de la Mayor de las Antillas al despliegue de fuerzas y medios militares de ee. uu. en el Caribe y la guerra de desinformación que llevan a cabo, para justificar una agresión contra la nación sudamericana.

Más de 6 100 toneladas de productos, como alimentos para el abastecimiento y para animales, fertilizantes y semillas arribaron en los contenedores del Manuel Gual. Con este viaje inaugural de la ruta alba, la experiencia se convierte en un modelo comercial que permitirá disminuir costos logísticos, impulsar nuevos nichos productivos, ampliar el mercado para los productores y generar beneficios directos a los consumidores.

Sin embargo, no solo constituye una herramienta regional de independencia en materia económica, como lo soñaron Fidel y Chávez al crear el alba, sino que, además, se trata de una demostración de solidaridad, complementariedad y colaboración para enfrentar retos sociales, al decir de Orlando Maneiro.

Es la expresión del compromiso y la voluntad política de los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros, con la integración basada en principios de equidad y resistencia al imperialismo, precisó.  

El barco del alba, luego de este viaje, llegará a diversos destinos de América Latina y el Caribe, para establecer las primeras rutas marítimas regulares y queden así sentadas las bases de una red logística soberana.

CUBA NUNCA CALLARÁ ANTE LA INJUSTICIA

El Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), junto al Capítulo Cubano de la Internacional Antifascista, mostró, este fin de semana, en todo el país, su apoyo irrestricto al pueblo de Venezuela, amenazado por el despliegue militar estadounidense en el Caribe.

En la capital, presidieron el encuentro Teresa Amarelle Boué, miembro del Buró Político del pcc y secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas; Inés María Chapman Waugh, vice primera ministra; Fernando González Llort, Héroe de la República y presidente del ICAP, y Orlando Miguel Maneiro, embajador de la nación sudamericana.

Bajo la premisa de que «Venezuela no es una amenaza, Venezuela es esperanza», se condenaron las declaraciones sobre narcotráfico y paramilitarismo, sin fundamento legal, promovidas por la Administración estadounidense, que pretenden vulnerar la soberanía, la integridad territorial y la autodeterminación del hermano país.

En la cita, Fernando González Llort manifestó que el ICAP respalda las acciones que el gobierno de Nicolás Maduro decida implementar para garantizar la seguridad del país: «Tengan presente que Venezuela no está sola. Cuba nunca callará ante la injusticia, defenderemos la verdad, la igualdad y los derechos de nuestros hermanos venezolanos».

Santiago también está del lado de la cuna de Bolívar y Chávez, como lo demostró en un acto en el que participaron, entre otros, internacionalistas de la Isla que prestaron servicio en esa tierra.

«Recuerdo con cariño la acogida del hermano pueblo venezolano cuando presté asistencia médica en el año 2003», expresó la doctora Arelis Machado Elías, al tiempo que denunció que el imperialismo «no soporta que las ideas progresistas perduren en los pueblos».

Los cienfuegueros, por su parte, demandaron el cese de la hostilidad contra Venezuela y América Latina, que es, como allí trascendió, evidencia del carácter extraterritorial, colonial y violatorio de la paz regional de las acciones imperialistas.

Desde el cine La Rotonda, de Santa Clara, se llamó a respetar a la región como Zona de Paz y libre de armas de exterminio en masa. Mientras que el pueblo bayamés alzó la palabra como trinchera de dignidad. El verbo solidario, afilado como un machete insurgente, tejió un puente sobre el Caribe para abrazar a Venezuela, amenazada bajo el pretexto de falsos fantasmas del narcotráfico. Y Ciego de Ávila fue también escenario de solidaridad y apoyo internacionalista.

«Si los yanquis fueran justos, en vez de una amenaza para su seguridad nacional, reconocerían que Venezuela es una esperanza para los demás pueblos del Tercer Mundo. Pero al olmo no podemos pedirle peras», aseguró la joven Carla López, en la sede guantanamera del ICAP.

Camagüey también exigió manos fuera de ese país con el que el pueblo cubano guarda una especial relación que ha sobrepasado las dos décadas.

En el acto se reiteró, además, el derecho a la autodeterminación de los pueblos y a elegir democráticamente su camino.

Deja una respuesta