La transformación de Nicaragua, una nación viva y en pie de lucha
El artista nicaragüense José Aragón brindó su mirada sobre las primeras sensaciones que tuvo en su regreso al país, luego de siete años en el extranjero. «Esta Nicaragua de hoy es una nación viva y en pie de lucha», afirmó.
CAPAC – fuente El Bonaerense
El poeta y pintor nicaragüense, describió la «necesidad» que sintió de volver a su tierra natal. «Llevaba siete años sin venir a Nicaragua y ya la piel y el alma me exigían dar el paso y caminar sin demora hacia la tierra de los imponentes volcanes, de los hermosos lagos, de los zanates bullangueros y de los guardabarrancos silenciosos. El corazón añoraba la tierra de paisajes exuberantes donde habitan poetas hilvanando metáforas, mientras la vida palpita en los mercados al grito amoroso de las vivanderas o al son de los pregoneros ambulantes que van calle arriba y calle abajo empujando carretones o cargando canastos desbordados de esperanzas y sueños», escribió Aragón.
El referente cultural nicaragüense, recordó la situación que el país atravesaba por aquellos años de su partida, y realizó una breve reflexión: «Cuando salí, en el 2016, el país caminaba pisando fuerte por los caminos del desarrollo económico y del progreso colectivo: crecían vertiginosamente las exportaciones y las inversiones extranjeras. La tierra de Darío y Sandino se había colocado entre los destinos favoritos del turismo mundial, las más importantes compañías aéreas planeaban establecer vuelos directos entre las principales capitales europeas y Managua. La estrategia de alianzas establecidas por el gobierno entre empresarios, instituciones del Estado y trabajadores estaba produciendo excelentes resultados».
Sin embargo, según lo señalado por Aragón, el proceso encarado por el país centroamericano sufrió un «repentino parón» a raíz de los incesantes ataques de la oposición nicaragüense. «Dolorosamente, aquel proceso tan dinámico y positivo, tan original en nuestra historia política y acertadamente articulado por el Frente Sandinista, sufrió un repentino parón provocado por la sinrazón y la violencia desatadas por gente mediocre e irresponsable que, incapaces de proponer nada mejor para el país, incapaces incluso de organizarse entre ellos mismos, intentaron incendiar con odio y pólvora las esperanzas del pueblo nicaragüense creyendo que Estados Unidos iba a correr a invadir Nicaragua para resolverles su mediocridad, olvidando que Nicaragua, desde 1979, funciona sobre la base de la voluntad soberana del pueblo nicaragüense y no bajo el sometimiento de ninguna potencia extranjera», aseveró.
El reconocido poeta nicaragüense destacó el poder de «resiliencia» del país centroamericano y ponderó como supo sobreponerse ante el avance de los sectores opositores. «El nicaragüense es el pueblo más resiliente del mundo, formó su carácter remontando con fuerzas renovadas cada tropiezo en el camino de su historia. Ni terremotos, ni huracanes, ni violentas intervenciones militares extranjeras han doblegado su espíritu libre ni su carácter combativo, muy al contrario, de cada situación adversa se ha levantado cada vez más heroico y desafiante. Seguramente por eso, después de siete años de ausencia, al regresar, me he reencontrado con una Nicaragua vibrante y vital, en pie de lucha y no postrada, esforzándose por superar el frenazo en su progreso causado, repito, por la puñalada trapera asestada por esa frustrada y rencorosa derecha política que históricamente ha sido servil a los intereses extranjeros», remarcó.
«En la Nicaragua de hoy el pueblo creyente asiste masivamente a las celebraciones de sus fiestas patronales, a conciertos con artistas de talla internacional, y desborda plazas y estadios para escuchar a sus líderes religiosos que llegan de todas partes del continente a predicar la palabra de Dios. Esta Nicaragua de hoy es una nación viva y en pie de lucha por mejorar cada día y sostener la paz que tan importante ha sido forjar y defender junto a la Soberanía Nacional», manifestó.
En esa línea, Aragón destacó las transformaciones y los avances logrados durante sus años de ausencia en el país: «Me he encontrado una Nicaragua con nuevas y fortalecidas alianzas internacionales que van dando frutos en el avance de la nación, con nuevos tratados de libre comercio que abren horizontes positivos para nuestros productos en los mercados mundiales. Una Nicaragua dispuesta a abordar para siempre el tren del desarrollo social, de la cultura y la educación, una Nicaragua emprendedora que hace uso de su derecho al trabajo y al progreso sostenido».
«Como ciudadano nicaragüense y como artista comprometido con mi Patria, considero que lo mejor que he encontrado en esta Nicaragua de hoy es su espíritu decidido, su vocación firme y su irrevocable apuesta colectiva por convivir en paz y juntos seguir construyendo la nación que nos merecemos, una nación que se gana día a día y con esfuerzo el derecho de participar activamente en la construcción del nuevo mundo multipolar que la historia está comenzando a dar a luz», concluyó.