La Cancillería argentina y la motosierra fascista de Milei (x Stella Calloni)
El ultraderechista presidente Javier Milei tomó hoy juramento al nuevo ministro de Relaciones Exteriores el multimillonario empresario Gerardo Werthein, hasta ahora embajador en EE:UU y figura clave del sionismo en el país.
CAPAC – por Stella Calloni
El ultraderechista presidente Javier Milei tomó hoy juramento al nuevo ministro de Relaciones Exteriores el multimillonario empresario Gerardo Werthein, hasta ahora embajador en Estados Unidos y figura clave del sionismo en el país, rompiendo el protocolo juró sobre La Torá el libro de la ley de los judíos y en el discurso posterior aclaró el mandatario que le había parecido pertinente y apropiado jurar sobre la Torá y luego hablar de la “Parashat de esta semana, que es la Parashat Lej Lejá”, referido a un tema religioso judío, y que son las “señales de las fuerzas del cielo” que le envían al nuevo canciller.
El extraño juramento ´logró que algunos se preguntaban si estábamos en Argentina o Israel ya que en todo el discurso Milei vinculó a la lectura bíblica “que simboliza el inicio del viaje de Abraham para llevar mensajes de fe y libertad al mundo y describió la responsabilidad de Werthein como una misión internacional inspirada en valores religiosos, destacando una fuerte simbología espiritual en la diplomacia que él aspira impulsar”.
Además le habló a Werthein, de la influencia que tendrá en su nuevo cargo en todas las naciones del mundo y la responsabilidad que asume “para llevar los mensajes de la Torá, de la vida y la libertad.
La primera medida que anunció Werthien ya da cuenta que la motosierra de Milei llegó a la cancillería argentina, que a estas alturas ya no sabemos si dependerá constitucionalmente del país, o del Ministerio de relaciones Exteriores israelí y pidió las renuncias de secretarios y subsecretarios de la cartera advirtiendo que va a cerrar embajadas en distintos países y esto sería aplicado a las sedes diplomáticas en los países donde no haya importantes relaciones comerciales. Ahora será el encargado de desplegar la política exterior que marca el presidente, lo cual es gravísimo, porque propone dejar Agencias, que difícilmente puedan cumplir las tareas consulares y diplomáticas.
En principio se irán los secretarios y subsecretarios nombrados por la ex canciller Diana Mondino, quien fue despedida en forma violenta, después de haber votado en la última reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas en contra del bloqueo que mantiene Estados Unidos contra Cuba, desde hace más de seis décadas, acompañando la voluntad de 186 países del mundo, lo que configuró una mayoría aplastante de naciones, que desde 1992 intentan detener lo que es en realidad un criminal sitio de guerra, que tiene gravísimas consecuencias contra el pueblo cubano.
Sin duda Mondino ya sabía que estaba en la “lista negra” de la Secretaria General de la Presidencia Karina Milei, y que el nombre de Werthein, uno de los empresarios más poderosos, junto a su familia, y más cercanos al gobierno de Israel, estaba previsto por los asesores de Milei para ocupar el cargo de canciller.
Con este nombramiento el gobierno de Israel de alguna manera tiene la posibilidad de tener bajo su influencia la política exterior de Argentina. De hecho pasa lo mismo con el Ministerio de Seguridad de la Nación a cargo de Patricia Bullrich, abiertamente aliada a Israel y sus servicios de Inteligencia (Mosad) además de la CIA estadounidense. También el Ministerio de Defensa que encabeza el abogado Luis Petri, que fue propuesto por Bullrich, está cada día dando un nuevo paso hacia la dependencia extranjera.
Entre otros funcionarios aquí se añade Waldo Wolf ministro de Seguridad del gobierno municipal de la ciudad de Buenos Aires, activo militante de la Delegación de Asociación Israelita-Argentina (DAIA) ligada a la embajada de Israel aquí, como otra serie de funcionarios en distintas posiciones del gobierno actual.
En una entrevista del director de la radio Judía- Argentina(JAI) Miguel Steuermann, con el director de Perfil Jorge Fontevecchia, en un programa televisivo especial (“Modo Fontevechia, que se transmite por Net TV y Radio Perfil, AM 1190) declaró que la familia de Gerardo Werthein, integra uno de los grupos económicos más importantes del país y es un emblema del judaísmo. En referencia a Milei dijo que «este es el Gobierno más cercano a la comunidad judía y al Estado de Israel en la historia».
Asimismo durante la entrevista se mencionó a la familia Werthein como una de las más emblemáticas de la comunidad judía argentina, cuyos ascendientes llegaron desde Besarabia, Rusia, en el inicio del siglo 20. “Desde ahí en adelante, el desarrollo empresarial de los Werthein ha sido impecable y la familia se volvió uno de los grupos económicos más importantes y más comprometidos con Israel, con la vida judía y con las instituciones de la comunidad” dijo Steuermann.
El ahora nombrado canciller y un primo suyo conformaron un grupo que comenzó como una empresa agrícola en La Pampa y que hoy es un pulpo en toda América Latina, incluso en los medios de comunicación. “En su momento, Gerardo también fue la cara visible de Telecom. En términos de la comunidad judía son muy activos y ahora muy cercanos al Gobierno de Milei
Un topo para destruir el Estado
El presidente manifestó siempre que se sentía parte de la comunidad judía y de los principios religiosos de la misma. A sólo diez días de asumir el gobierno anunció su primer Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que resumía su plan -o mejor dicho el de sus mandantes- para destruir el Estado, suplantar la Constitución Nacional con “leyes propias” arrasar con todos los organismos estatales, culturales, educativos y de salud anulando todos los derechos ganados en años de lucha por el pueblo, para convertirnos en una colonia con un extenso territorio prácticamente deshabitado, como la Patagonia riquísima en recursos de todo tipo.
Además de la extranjerización de la tierra, la privatización de las empresas nacionales, poner cerco a las organizaciones sindicales, desregular precios, producir el ajuste más brutal que se recuerde, el presidente se presenta públicamente como el “topo”” que va a disolver el Estado desde adentro, entre una larga lista imposible de introducir en una nota.
A esto se agregó el proyecto de la llamada Ley de Bases enviado al Congreso, el 27 de noviembre pasado para derogar 664 artículos de leyes constitucionales, lo que definía aún más el plan armado por las grandes corporaciones, con la injerencia externa, nunca disimulada de Israel y Estados Unidos.
Hay que recordar que durante su campaña política, asombrosamente violenta, Milei reconoció en entrevistas televisivas que era apoyado y financiado económicamente por ambos países.
Comenzó entonces, desde un primer momento una presión extorsiva de parte del presidente para derogar o modificar una cantidad de leyes de la Constitución, y en estos momentos las Cámaras del Congreso de la Nación siguen funcionando, pero esto no existen en realidad, porque bajo extorsión, presión y compra de voluntades (corrupción), el presidente logró que le entregaran las facultades para gobernar y lo primero que anunció es que iba a vetar cualquier ley votada legalmente por una mayoría de diputados y senadores, si afecta a sus decisiones.
El ejecutivo desconoce al Congreso y todas sus decisiones surgen de decretos al que sólo le falta la música de la fanfarria militar como se anunciaban todas las dictaduras en Argentina. De esta manera el gobierno de Milei fue avanzando hacia una dictadura encubierta que es lo que hay ahora, lo que –vale decirlo- fue resistido desde los primeros momentos cuando apareció el DNU, por distintos sectores de la sociedad.
En estos casi once meses de gobierno, se produjeron las más grandes movilizaciones y protestas en rechazo a las ilegales y dictatoriales imposiciones del gobierno. Para reprimir esto ya contaban con cuatro fuerzas de Seguridad super armadas, tipo ejército de ocupación, como dispone el también ilegal protocolo anunciado por Bullrich que tiene las características de las tácticas israelíes, transmitidas en el entrenamiento que han recibido una cantidad de oficiales de la policía (incluyendo la de aeronáutica), gendarmes, prefectos, y agentes de inteligencia.
El Ministerio de Seguridad debería explicar cuándo, cómo y dónde se compraron las armas, equipos, transportes y otros como los varios camiones hidrantes y por supuesto el nuevo gas pimienta al que se ha “fortalecido” con productos químicos que producen quemaduras graves, entre otros.
El teatro armado de las actuales vallas humanas de fuerzas de seguridad y su aparatoso alineamiento especialmente cuando se entrenan golpeando y gaseando a ancianos y niños, en lo que despliegan su “valentía” contra las personas más vulnerables, funciona como un elemento aterrorizador para paralizar a la población.
La influencia sionista y estadounidense
En este entorno es que aparece Werthein como canciller, un empresario “con negocios, en medios de comunicación, agricultura, energía, sector inmobiliario, telecomunicaciones, industria alimenticia y salud, cuyos antepasados fueron inmigrantes judíos que conformarían uno de los holdings más importantes del país y propietarios de empresas de distintas actividades, tanto en Argentina, como en Reino Unido y Estados Unidos”, como lo definía Página 12 en su momento.
Han sido y son dueños de medios de comunicación desde 2003 con acciones en diarios como El Cronista, el multimedio El Observador de Uruguay, que apareció aquí como una radio utilizando periodistas que son en realidad voceros oficiales del gobierno de Milei, como lo fueron del ex presidente Mauricio Macri, de la derechista Propuesta Republicana. Y sobre todo de Telecom (telefonía internet televisión y otros) que vendieron al grupo Clarín. Tiene bajo su control poderosos medios audiovisuales.
Como parte de los grandes protectores de Milei figura además Eduardo Elsztain, poderosísimo empresario y embajador internacional del sionismo, que controla casi la misma cantidad de empresas en el país, incluyendo hoteles, como el lujoso Libertador, donde se hospedó desde finales de la campaña electoral hasta los primeros días de enero el actual presidente lo que le permitió reunirse por debajo de la mesa con quienes quisiera, y armar sus juegos de poder.
Milei ¿sería Milei sin todo este poder extranjero detrás, y el control mayoritario de la prensa, que lo armó, digitó y que, como sabemos, transforma la desinformación y la mentira en un arma de guerra?
Tanto terror mediático y judicial como sucede en Argentina, puede seguir silenciando a los medios de comunicación de tal manera que, a excepción de algún analista e investigador que pueden advertir sobre la evidente injerencia israelí y estadounidense en el entorno y vida privada de Milei, de lo que nadie habla.
La cruel realidad que se vive es contada por escasos medios y especialmente por los alternativos, y por la resistencia que ha producido grandes movilizaciones de protesta, que conmovieron al mundo como las marchas contra el hambre en el país que es uno de los mayores productores de alimentos, cuando la pobreza e indigencia suma un 73 por ciento en todo el país.
Es un silencio cómplice, con graves consecuencias, mientras que en política exterior el gobierno de Milei violentó también la Constitución y abandonó la neutralidad que respetaron los gobiernos de turno. Es imposible no recordar que el presidente pertenece a una secta religiosa israelí de oscura historia.
El 27 de noviembre del año pasado, en su primera salida al exterior como presidente electo viajó a Estados Unidos para visitar la tumba del rabino de origen ucraniano Menajem Mendeil Schneerson (el Rebe) y su suegro, Jocef Schneerson, de la secta Jabad Lubavitch, en un cementerio ubicado en el distrito de Queens, Nueva York, para agradecerle “su victoria” en el balotaje.
Viajó en un avión privado que puso a su disposición precisamente el nuevo canciller, acompañado por éste, su hermana Karina, Luis Caputo, actual ministro de Economía, y otros y fue allí donde terminó designado a Werthein como Enmbajador en Estados Unidos y a Caputo como Ministro de Economía.
Ya el gobierno de Milei ha entregado a Estados Unidos la Antártida argentina, el Atlántico sur, acordando instalación de bases militares, entregando a Israel el control de la Ciber Seguridad, como acordó Patricia Bullrich con el primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, en su estadía en Buenos aires en abril de 2017 cuando era también Ministra de Seguridad del derechista ex presidente Macri, socio de Milei. Una empresa israelí comprada a Gran Bretaña, es la que está explorando las grandes reservas de petróleo alrededor del archipiélago de la las Malvinas colonizadas por Inglaterra desde 1833.
La ofensiva del gobierno contra los diplomáticos comenzó hace meses, rebajando los salarios en un 40 por ciento, afectando seriamente y en especial a los servicios consulares. Al comenzar octubre ya se habían iniciado demandas judiciales aquí y la justicia falló en favor de la asociación de Trabajadores del Estado (ASPEN) que reclamaron por esta situación, incluso hubo medidas de fuerza en la propia sede de la cancillería aquí
“Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad, deberán dar un paso al costado”, advirtió Milei semanas atrás, en una carta que firmó y que envió a todo el cuerpo diplomático en lo que luego resumió advirtiendo que ningún funcionario “puede actuar fuera de la agenda directa del presidente”, es decir en este caso de las agendas de Israel y Estados Unidos, una verdad que muy pocos se atreven a admitir.
Las amenazas del presidente contra la cancillería están provocando una serie de denuncias. La diputada nacional de la Coalición Cívica (que lidera Elisa Carrió) Mónica Frade presentó un proyecto de declaración en repudio al comunicado de la Oficina presidencial de auditar (Ideológicamente) al personal de carrera del Ministerio del Exterior. “Los que no piensan como el presidente no pueden continuar” aseguró un funcionario del gobierno.
“Este gobierno es fascista”, sostiene Frade apoyada por varios diputados de distintos partidos en una red social, que lo que se está denunciando es “un franco control despótico del libre pensamiento y, por lo mismo, una campaña de carácter persecutorio contra quienes no se ajusten a las directrices del pensamiento libertario”.
Desde la oposición en general acusan a la administración del presidente, por el anuncio de realizar la investigación para tratar de ubicar a quienes considera impulsores de agendas «enemigas de la libertad”, por lo cual se considera que será una auditoría ideológica.
De la misma manera que es “ideológica” realizar una auditoría de los fondos derivados a las Universidades Nacionales, lo que está al día, como han demostrado los rectores por la oficina gubernamental que tiene a su cargo esta tarea, que no corresponde al Ejecutivo.
Esta es una situación gravísima, mientras los aumentos de precios, los despidos masivos y la persecución política y los planes arrasadores que se siguen ejecutando han colocado a la República Argentina en un modelo de cómo se puede realizar un golpe de Estado por otros medios, para apoderarse de un país geoestratégico indispensable para el plan de recolonizar a América Latina. “Hay que salvar al país” son los llamados multitudinarios, que se escuchan en los últimos días.