Invasión a Playa Girón, primera derrota militar de EE.UU. en América (+video)
El 15 de abril de 1961 aviones de fabricación estadounidense bombardearon las bases aéreas de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, con la intención de destruir los pocos recursos que tenía la aún joven Revolución para su defensa. El ataque fue rechazado por el fuego antiaéreo de los milicianos y soldados rebeldes, fue el preludio de la invasión.
CAPAC – fuente EcuRed, Canal Caribe, Red Continental de Solidaridad con Cuba
El triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959, fue un golpe inesperado para el imperialismo norteamericano. Los Estados Unidos, habían mantenido un ferro control político y militar sobre la mayor de las Antillas, desde que en 1903 le impusieran la Enmienda Platt, después de involucrarse en la Guerra Patriótica de los Cubanos para liberarse del yugo español, alegando que el acorazado estadounidense “Maine” había sido hundido por la marina española, el 25 de enero de 1898.
Una brigada contrarrevolucionaria, armada, entrenada y transportada por EE.UU., arribó por la Ciénaga de Zapata, al sur de Matanzas, Cuba, la madrugada del 17 de abril de 1961. Todo el pueblo se movilizó, el Ejército y las Milicias, dirigidos por Fidel, contraatacaron de inmediato. En 60 horas de duros combates fueron derrotados los mercenarios, que se rindieron en Playa Girón al atardecer del día 19 de abril. Más de 150 combatientes revolucionarios murieron y varios civiles fueron asesinados por la aviación de los invasores.
La Invasión por Playa Girón fue parte de la Operación Pluto de la CIA y representó la primera gran derrota del Imperialismo yanki en América Latina.
Operación Pluto
La Operación Pluto, aprobada por el presidente Eisenhower el 17 de marzo de 1960 fue el proyecto más poderoso jamás organizado por la CIA de los Estados Unidos. Su arreglo corría en estrecha colaboración y aprobación del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Un ejército de exiliados sería reclutado, entrenado y equipado en Guatemala, la Brigada 2506; un frente político, el Frente Revolucionario Democrático, organizado; y encontrada la justificación teórica para liquidar a la Revolución Cubana expuesta en el Libro Blanco; y sobre todo, la mano de los Estados Unidos estaba oculta.
Los entrenamientos en Guatemala se organizaron en la llamada Base Trax. La hoja de servicios militares de los instructores cubanos puestos al frente de preparar a los invasores, reflejaba la importancia que los jefes de la CIA otorgaban al aspecto militar, dejando a un lado otras consideraciones como el eventual rechazo que estos ex militares podrían generar en la tropa debido al compromiso de algunos de ellos con el régimen de Fulgencio Batista. La CIA se había esforzado en reclutar ex militares con una limpia hoja de servicios y en lo fundamental formados en sus escuelas.
El 4 de noviembre de 1960, desde la sede de la CIA en Washington se despachó un cable cifrado al oficial a cargo del proyecto en Guatemala, donde se le ordenaba la reducción del entrenamiento de guerrillas y la introducción de entrenamiento convencional para una fuerza de asalto anfibia y aerotransportada.
Se designó al frente de la Brigada 2506 al coronel del US Marine Corp. Jack Hawkins para liquidar la Revolución Cubana mediante un golpe único, contundente. Todo basado en un desembarco aéreo y marítimo para conquistar una cabeza de playa.
El Cuartel General de la Operación Pluto se ubicó en un edificio del Pentágono, en Washington.
Guerra psicológica
El director de planes de la CIA, Richard Bissell, era el encargado de la estrategia para el derrocamiento del gobierno cubano. Bissell dirigió los proyectos del primer satélite espía, llegando a ser considerado pionero del reconocimiento aéreo.
Estaba a cargo además de implementar un programa aprobado por el presidente Eisenhower, que consistía en una combinación de guerra psicológica y subversión interna, infiltraciones, abastecimientos de armas, explosivos y medios de comunicación. Desde oficinas ubicadas en Washington se elaboraban los planes de propaganda encaminados al ablandamiento psicológico del pueblo cubano que se desarrollaría a través de emisoras de radio, la prensa, la televisión, el cine y la literatura. También se confeccionaban volantes para lanzar sobre la isla.
Richard Bissell encargó el proyecto de operar una emisora destinada a emitir propagandas en contra del gobierno revolucionario a David A. Phillips, periodista y actor, escogió la pequeña isla del golfo de Honduras, Swan (cisne), al sur del extremo occidental de Cuba para ubicar una estación de radio que se dedicaría a emitir propaganda e informaciones en contra de la Revolución Cubana. La isla pertenecía a los Estados Unidos. La emisora tuvo como nombre Radio Swan.
La red de Phillips llegó a controlar además las emisoras WRUL y WGBS de Miami, la WKWF de Cayo Hueso, la WWL de New Orleans y la WMIE, que todavía existe en la Florida como emisora contrarrevolucionaria y que actualmente se llama WQBA La Cubanísima.
Frente Revolucionario Democrático
Para apoyar la imagen de que estas acciones estaban apoyadas y sustentadas por un segmento político de cubanos opuestos a Fidel Castro, la CIA recomendó que se creara el Frente Revolucionario Democrático (FRD). Fueron escogidos cuatro personajes:
Manuel Antonio de Varona Laredo, ex presidente del senado, Manuel Artime Buesa, ex oficial del Ejército Rebelde con formación religiosa, José Ignacio Rasco, representante del Movimiento Demócrata Cristiano y Aurelio Sánchez Arango, ex secretario de estado del gobierno de Carlos Prío.
El 20 de junio de 1960 el Frente Revolucionario Democrático y sus dirigentes fueron presentados a la prensa. La CIA lo había organizado todo y el FDR expuso 12 puntos de un programa político que se llevaría a cabo una vez derrocado el Gobierno Revolucionario. Los «lideres» del frente viajaron por muchas ciudades promoviendo una cruzada contra Fidel.
Equipos de infiltración
Los primeros reclutamientos para la futura invasión se efectuaron en Miami. Las organizaciones contrarrevolucionarias apoyaron esta tarea. El 19 de mayo de 1960 partieron hacia la isla Ussepa los primeros agentes reclutados.
El 13 de febrero de 1961 llegaba a Cuba en un avión comercial, el agente de la CIA Manuel Reyes García. Tenía la misión de contactar a los jefes de la contrarrevolución interna. Al día siguiente se infiltró por la zona de Arcos de Canasí, entre La Habana y Matanzas, un grupo conformado por Felix Rodríguez Mendigutía, Segundo Borges, José González Castro, Javier Souto y Edgar Sopo. Traían equipos de comunicación, explosivos y armamentos.
De 35 agentes infiltrados antes de la invasión, 20 fueron capturados por la Seguridad Cubana, dos de ellos pudieron escapar posteriormente.
La invasión
El 7 de octubre de 1960 el canciller cubano Raúl Roa denunciaba en la ONU los preparativos de una invasión a Cuba.
A solo tres semanas de la denuncia del canciller Roa, la seguridad cubana recibió un cable procedente de México en el que se expresaba que: «Nuestros amigos en Guatemala nos informan del traslado de 6 000 hombres de la finca Helvetia a Nicaragua». La desinformación salta a la vista ya que no se había producido ningún movimiento y los efectivos de la Brigada eran inferiores en número.
No sería hasta el 14 de marzo de 1961 que la CIA y el Pentágono seleccionarían a Bahía de Cochinos como punto de desembarco. Debido a anteriores maniobras de distracción que mencionaban este punto, el resultado fue que sin proponérselo la Agencia acababa de ejecutar una brillante operación de desinformación.
Bombardeos a aeropuertos cubanos
El 15 de abril de 1961 aviones de guerra atacaron simultáneamente la base aérea de San Antonio de los Baños, la pista de Ciudad Libertad y el actual Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, lo que sería el preludio de los sucesos acaecidos dos días después. La acción perseguía como objetivos, además de provocar miedo y confusión, destruir en tierra la escasa y anticuada fuerza aérea cubana, para asegurar la impunidad de otras incursiones enemigas por vía terrestre.
Ese día ocho bombarderos B-26 alzaban vuelo desde Puerto Cabezas (Happy Valley) en Nicaragua. Al aproximarse a Cuba tomaron tres rumbos diferentes: la escuadrilla Puma, integrada por tres aviones atacó el aeródromo de Ciudad Libertad. Linda, con tres bombarderos también, se dirigió a Santiago de los Baños y la formación Gorila atacaría el aeropuerto de Santiago de Cuba. Los aviones iban camuflados con las insignias de la fuerza aérea cubana. Un noveno bombardero B-26 voló directamente de Nicaragua a Miami y daría la versión pública de deserción y rebeldía de los pilotos de la Fuerza Aérea Cubana.
El ataque ocurrió de forma simultanea minutos antes de las seis de la mañana. La escuadra que atacó Ciudad Libertad encontró un fuego antiaéreo tan nutrido que algunos pilotos descargaron sus ametralladores en áreas cercanas a la base, matando a siete personas, entre ellas el miliciano Eduardo García Delgado, quien antes de morir, escribió con su sangre el nombre de Fidel. Otros 53 vecinos de la zona resultaron heridos.
El 16 de abril, al despedir el duelo de las víctimas del bombardeo, y ante una inmensa concentración de milicianos armados, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz proclamó el carácter socialista de la Revolución y declaró el estado de alerta, comprendiendo que la acción del día 15 era el preludio de la invasión. Así, los hombres que enfrentarían al enemigo horas después, combatirían ya conscientemente por el socialismo.
La batalla
Día 17 de abril
El miliciano José Ramón González Suco comunicó desde Playa Larga que se observaban luces y movimientos en el mar. El batallón 339 de Cienfuegos fue enviado a la zona y chocó con la compañía E de los mercenarios entablándose combate de inmediato.
El pueblo cubano superó el imperativo de derrotar en menos de tres días a los mercenarios, y con la dirección de Fidel Castro, liquidó en sólo 66 horas de lucha a los invasores, que se rindieron en las arenas de Playa Girón al atardecer del 19 de abril de 1961.
Fidel redacta el Comunicado No. 4, y de inmediato se da a conocer: “Fuerzas del Ejército Rebelde y las Milicias Nacionales Revolucionarias tomaron por asalto las últimas posiciones que las fuerzas mercenarias invasoras habían ocupado en el territorio nacional.
Más de 150 combatientes revolucionarios murieron, y varios civiles fueron asesinados por la aviación de los invasores. Más de 1 200 prisioneros fueron entregados después a sus amos yanquis, que reconocieron serlo al entregar a cambio de ellos medicinas y alimentos para niños de Cuba.
Día 18 de abril
El 18 de abril se inicia la contraofensiva, con el empleo masivo de artillería adquirida en la Unión Soviética y Checoslovaquia. Las maltrechas tropas de la Brigada que controlan las dos carreteras de acceso a Playa Girón son obligadas a retroceder hasta la zona de San Blas; en Playa Larga las tropas asaltantes, ante su difícil situación por la falta de municiones, deciden abandonar sus posiciones y dirigirse a Playa Girón para unirse a los otros miembros de la brigada. El ejército cubano se hace con el control de Playa Larga.
Día 19 de abril
Era el 19 de abril de 1961. Las bajas cubanas fueron cientos de heridos y 157 muertos, que Cuba recuerda como «Héroes eternos de la Patria». Cinco días después, el presidente norteamericano, John F. Kennedy, admitió públicamente la plena responsabilidad del gobierno de los Estados Unidos por la invasión a Cuba.
Juicio revolucionario
Más de un millar de mercenarios, capturados durante las tres jornadas de combates y en los días posteriores, tuvieron que enfrentar el peso de la justicia revolucionaria en un juicio sumarísimo celebrado entre el 24 de marzo y el 4 de abril de 1962.
En el proceso, que tuvo como sede al Castillo del Príncipe en La Habana, se pusieron al descubierto los detalles de la artera agresión, planificada, financiada y organizada por el gobierno de Estados Unidos desde mayo de 1960.
Casi al año exacto de la invasión, el 7 de abril de 1962, el tribunal dictó sentencia por el delito de traición contra los mercenarios capturados, a quienes se les condenó a pagar altas indemnizaciones y como subsidiarias a penas de hasta 30 años de cárcel «con trabajo físico obligatorio hasta que sea satisfecha la indemnización».
La suma total de la sanción impuesta a los mil 181 mercenarios juzgados ascendió a 62 millones 300 mil dólares.
Desde mayo de 1961, apenas unas semanas después de la agresión, el Primer Ministro del gobierno revolucionario Fidel Castro Ruz había expresado la disposición a devolver a Estados Unidos a todos los prisioneros, a cambio de que Washington accediera a indemnizar materialmente a la Isla.
Ese convenio se firmó el 21 de diciembre de 1962 y comprometía a Estados Unidos a pagar, en un término de seis meses, los 62 millones 300 mil dólares en medicinas y alimentos para niños mientras que Cuba dejaría en libertad a los prisioneros quienes comenzaron a salir de inmediato para Estados Unidos.
Al final, la Casa Blanca no completó su compromiso, pues dejó de pagar dos millones de dólares, aunque, como dijo Fidel:
«Tuvieron que aceptar el pago de la indemnización y por primera vez (…) en su historia el imperialismo pagó una indemnización de guerra.»