Unos mil indígenas continúan hoy en el Parque Nacional de Bogotá a la espera de que sus demandas sean atendidas por las autoridades de Colombia y de esta capital.

CAPAC – fuente Prensa Latina

De acuerdo con Sandra Rosado, representante del pueblo Wayú bakatá, son 13 pueblos originarios los que están en esa área desde el 9 de septiembre por la violación de sus derechos a la salud, la educación y por la permanente discriminación a que son sometidos.

En medio de la presencia policial, Rosado aseguró que no hay una voluntad de diálogo de la alcaldía de Bogotá para atender sus reclamos.

Nuestro primer mensaje desde que llegamos a este lugar fue el diálogo, estamos prestos al diálogo, hicimos la instalación de la mesa de diálogo, para mostrar nuestra voluntad, dijo Rosado a la prensa.

La lideresa indígena recalcó que son gente de paz y no quieren la guerra porque vienen desplazados desde sus territorios, se sienten relegados por las multinacionales y por todo lo que pasa en sus tierras ancestrales.

Sin embargo, la respuesta siempre ha sido la represión y es preocupante porque hay mujeres, ancianos y más de 300 niños en condiciones difíciles que los afecta como el frío, algunos están enfermos, subrayó.

Puntualizó que están en el Parque Nacional no por simple gusto, sino porque están solicitando las garantías de un derecho.

Un lugar ‘digno’ para vivir

Reclaman un lugar ‘digno’ para vivir y no aceptan ser retornados a sus territorios de origen por temor a los grupos armados irregulares.

La Alcaldía de Bogotá destinó mil 895 millones de pesos (unos 500 mil dólares) desde marzo de 2020 para atender a los pueblos indígenas a través del pago de arriendos, bonos de alimentación y mercados.

Sin embargo, estas comunidades originarias aseguran que es insuficiente para una vida digna.

Los indígenas se declararon en minga permanente (marchas y protestas) o resistencia, hasta ser atendidos por las autoridades con todas las garantías a sus derechos.