Honor y Gloria a Edtih Glaif, una luchadora imprescindible.

Falleció el 20 de junio en Buenos Aires la entrañable luchadora por las causas justas y militante comunista Edith Glaif, la solidaridad con los pueblos y su querida Cuba dejan un legado inolvidable para los revolucionarios de éste continente

Por Graciela Ramírez. Resumen Latinoamericano Cuba

La noticia nos llena de tristeza, la partida de un revolucionario siempre duele, pero cuando se trata de la entrañable Edith Glaif, al sentimiento de dolor se une el de una profunda orfandad, por todo lo que significó para varias generaciones de revolucionarios argentinos.

Muy joven, a los 15 años ingresó a la Juventud Comunista cuando comenzaba su militancia en el Centro de Estudiantes del Liceo Nº 2 de Buenos Aires. En el año `51 es elegida miembro del comité organizador del III Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes realizado en Berlín, allí conoce y hace amistad con jóvenes cubanos que participaban en el Festival: Nicolás Guillén, Alfredo Guevara, Carlos Rafael Rodríguez, José Massip, Raúl Valdez Vivó entre otros destacados intelectuales que llenarían de gloria las páginas de la Revolución cubana.

Amiga de Juan Gelman desde que eran estudiantes. Edith contaba en la entrevista del programa de radio Rompiendo Muros -espacio que dirige la querida Marta Speroni-: “Lo conocí en la época que éramos muy jóvenes. Él estudiaba en el Nacional Buenos Aires, yo en el Liceo 2 y tocaba el piano muy bien, en mi casa había un piano porque mi mamá había sido pianista, entonces él venía con la gente del Nacional Buenos Aires -donde él estudiaba- y cantábamos y él tocaba el piano. Nos conocemos desde esa época. Después cuando él trabajó en el Diario “La Hora” y en el Diario “Orientación” del Partido -el Partido Comunista- yo lo iba a visitar muchas veces para intercambiar opiniones, pedirle consejos y cosas como para trabajar mejor. Fuimos muy amigos con él”

Al pueblo chileno, la unían enormes lazos de solidaridad

Al pueblo chileno, la unían enormes lazos de solidaridad. En la misma entrevista relata: “Yo estuve en la solidaridad con Chile en el año ´51, que fue el año del Festival de Berlín, fui para ayudar al trabajo de organización allí. Era la época de González Videla, que era un tirano. Terrible la situación… me tocó ir a Lota, las minas de carbón, para ver si podíamos sacar algún joven delegado para ir al Festival; ahí hacíamos las reuniones, entrábamos a un lugar por una ventana porque no se podía, no había luz, solamente con una velita nos iluminábamos a toda la gente, a los obreros de las minas y a otra gente para preparar…de ahí hubo algo muy lindo… una delegación muy importante chilena al Festival. Ahí tuve la suerte de conocer a Pablo Neruda y a su primera esposa, a la que le decían Normita, ahí conocí también a Jorge Amado, a Nazim Hikmet -el famoso poeta turco que estuvo muchos años preso-; y fue un trabajo muy lindo”.

Fue Edith quien acompañó a Gladys Marin a ingresar a Chile en plena dictadura militar de Pinochet

Con la misma sencillez que hablaba de un compañero preso, lo hacía de grandes personalidades que marcaron nuestra historia. En los más de 70 años de militancia Edith se destacó por su trabajo constante, su enorme modestia, valentía y solidaridad a toda prueba. Fue Edith quien acompañó a Gladys Marin a ingresar a Chile en plena dictadura militar de Pinochet. “Nosotros habíamos ido a Chile antes del golpe y ahí lo conocimos a Salvador Allende que estaba preparándose para las elecciones a Presidente…En el ´74, ya con el Golpe, tuve apoyo para poder viajar a Chile y ayudar a sacar a la gente para que viniera a la Argentina y desde acá hacer los documentos para salir a Europa. Conocía a Gladys Marín de tiempo anterior al Golpe, porque había estado en Argentina cuando era muy jovencita. Ella venía de Europa para pasar a Chile en ese momento. La fui a buscar a  un hotel y de ahí la llevamos a un lugar, una casa donde la ayudamos, a pesar de la situación terrible que tenía, logramos que pudiera hacer un buen trabajo en Argentina… y pasarla a Chile, no sólo a ella, a varios que venían.

Edith integró la Liga Argentina por los Derechos del Hombre desde 1980, fue testigo en el juicio contra el Cóndor y Automotores Orletti, no hubo causa que no la tuviera militando en todas las épocas del año, con intenso calor o con los dedos morados por el frío durante los largos inviernos de Argentina.

Por esa trayectoria extraordinaria y su solidaridad internacional el Consejo de Estado de la República de Cuba a petición del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos –ICAP- le otorgó la Medalla de la Amistad. El 12 de noviembre de 2013 La ceremonia de entrega de la alta distinción se llevó a cabo en la Casa Memorial Salvador Allende, que tantos recuerdos le traía. Allí se recordó que Edith desde 1949 a 1961 fue miembro del comité organizador de ocho Festivales Mundiales de la Juventud.

Desde 1974 y hasta 1983 se integró activamente al Comité Argentino de Solidaridad con Chile en representación de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), y desde 1990 se integró al Multisectorial de Solidaridad con Cuba y a la Casa de la Amistad con Cuba de Buenos Aires.  Edith comenzó a manifestar su solidaridad con Cuba desde el mismo triunfo de la Revolución en 1959 y estuvo entre las fundadoras del Comité Argentino por la Libertad de Los Cinco, en el 2000. Dedicó toda su vida a la solidaridad entre los pueblos. Fue una incansable luchadora por promover la justicia social y la lucha revolucionaria de Cuba.

Al colocarle la Medalla de la Amistad quien fuera presidenta del ICAP en aquel momento, Kenia Serrano Puig dijo: “Es como colocar una medalla sobre otra medalla”.

La esencia misma del triunfo de la Revolución cubana es el mejoramiento de la vida de los pueblos

Edih muy emocionada expresó: “La esencia misma del triunfo de la Revolución cubana es el mejoramiento de la vida de los pueblos. Las naciones del mundo deberían tomar el ejemplo de Cuba en materia de transformaciones sociales”.

Con sus 83 años esta comunista ejemplar a los pocos días de recibir la medalla viajó a Holguín para participar en el Coloquio Internacional por la Libertad de los Cinco.

“Yo estaba muy emocionada, porque no esperaba nunca una cosa así, y bueno, fue una gran sorpresa para mí” dijo con su proverbial humildad al programa de radio a su regreso a Buenos Aires.

Su ejemplo de militancia, fidelidad, honestidad y modestia nos acompañará siempre. Llegue a los queridos compañeros de la Liga, a sus sobrinos y familia, a quienes tanto la quisieron y cuidaron, Graciela Rosenblum, José Shulman y a todos los revolucionarios argentinos nuestro abrazo emocionado y la promesa de honrar su memoria.

Honor y Gloria Edtih, luchadora ejemplar de toda la vida.

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