En la Aldea Global, las mentiras a la velocidad de la luz

De repente hay una carrera entre humanos y máquinas, unos produciendo noticias falsas y los otros etiquetando, las mentiras se imponen sobre los hechos verdaderos por la «ley del primer impacto»: repiten coordinadamente una falsa noticia a la velocidad de la luz.

CAPAC – por Héctor Sosa, Editor de Motor Económico y Motor de Ideas

Las nuevas formas de (des) comunicar a través de las redes producen ya un 50% de noticias falsas. Las mentiras se imponen sobre los hechos verdaderos por la «ley del primer impacto»: repiten coordinadamente una falsa noticia a la velocidad de la luz en todos sus espacios en red. Uno va al motor de búsqueda de Google y ya te colocan las 10 informaciones principales, el 90% de medios de derecha. Te arma el orden del día local y planetario.

Hay un fenómeno nuevo que se  produce en la última década y se profundiza con la circulación de la información en el «Mundo Pandémico», y es el de la aceleración en el campo de la comunicación, la cultura, la política y la mayoría de las acciones que millones de seres humanos emprenden en su hacer diario. Sea el trabajo, sea su vida cotidiana. Todo ha tomado un impulso tan desmedido que existe un análisis de la Universidad de México, donde se afirma que » las informaciones en red, y la vida cotidiana entró en un proceso imparable de aceleración que hace imposible analizar lo que pasó, pasa o pasará».

Todo es tiempo acelerado real. Y ello des/conecta la capacidad de evaluar de las personas en su contexto y en su intimidad: La sociedad del apuro en su máxima expresión.

LA GUERRA, LAS NUEVAS GUERRAS

Nos señala el filósofo coreano Byung-Chul Han, que : «Con la pandemia nos dirigimos hacia un régimen de vigilancia biopolítica. No solo nuestras comunicaciones, sino incluso nuestro cuerpo, nuestro estado de salud se convierten en objetos de vigilancia digital. Según Naomi Klein, el shock es un momento favorable para la instalación de un nuevo sistema de reglas. El choque pandémico hará que la biopolítica digital se consolide a nivel mundial, que con su control y su sistema de vigilancia se apodere de nuestro cuerpo, dará lugar a una sociedad disciplinaria biopolítica en la que también se monitorizará constantemente nuestro estado de salud».

Esa «vigilancia biopolítica», la producen las grandes corporaciones mediáticas, sus nuevas alianzas concentradoras y su relación con los circuitos financieros y los laboratorios que tienen el monopolio de la cura del Covid.

Estas corporaciones de la industria de la (des) comunicación y el entretenimiento han acelerado en casi un 1.600% su capacidad de lanzar noticias e informaciones a las redes sociales y sus replicantes, el dato sustantivo es que ya casi el 50% de las informaciones además son falsas

La consultora Gartner sostiene en su último informe de ‘Predicciones Tecnológicas» que en el 2022 el público occidental consumirá más noticias falsas que verdaderas y que no habrá suficiente capacidad ni material ni tecnológica para eliminarlas, y afirma que en estos momentos de plena pandemia «no sólo se dinamiza la velocidad de las mentiras, sino que estas llegan ya al 50% «. Clarito: la mitad de la info que se lee es falsa, atomizada y veloz.

Si los filtros que se ponen solo consisten en etiquetar las noticias de forma automática, advierten en Gartner, la tarea es titánica porque entre otras razones, la mente humana muestra más reticencia a cambiar sus opiniones que a aceptar algo que es mentira. Además, “el costo de producir falsas noticias es muy inferior al de producir noticias de verdad, que implica un trabajo periodístico”, justificaba el analista Magnus Revang, este martes en Barcelona».

«De repente hay una carrera entre humanos y máquinas, unos produciendo noticias falsas y los otros etiquetando, que van a perder los humanos porque la calidad de las noticias falsas es cada vez mejor. Espero que nos equivoquemos en esto, pero solo va a empeorar», afirma Revang. «A la gente le gustan las noticias falsas. Como ha demostrado el clima político en EEUU, la creación y el consumo de contenido que no se puede verificar (y en muchos casos solo se puede negar) no ofende a la gente como podría pensarse. Muchos prefieren información que se adapte a sus creencias o sesgos. Como uno puede imaginar, el uso de información que es fiable solo si confirma sus propios sesgos es una pesadilla competitiva para muchas empresas», señala

Ante semejantes afirmaciones, y desniveles entre la búsqueda informativa veraz y la mentira construida, vale realizar una acción profunda de capacitación para un futuro que ya es futuro antes de que se produzcan hechos y acontecimientos.

FUTUROS

En la nota de la revista Motor de Ideas, «Las Guerras Gorilas», se señalaba: » Habrá más acciones de «distracción» informativa para que circule mucha información que pongan en un lugar más apagado las acciones del gobierno entrante.

Aquí vale recordar a Noam Chomsky en «La estrategia de la distracción «, dice el lingüista: «El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

Y se marcaban algunas ideas, que se reproducen a continuación

A) Es necesario capacitar a miles, millones de personas en el conocimiento de la etapa que viene en:

1) Comunicación propia

2) Construir medios de la sociedad civil

3) Unidad en el campo de la comunicación de sus espacios laborales, de estudio, sindicales y medios locales

Habrá que reflexionar lo señalado por el periodista e investigador social, Raúl Alcorezza, en su artículo «Guerras de laboratorio», donde dice:

«Estamos ante los desbordes de la irresponsabilidad mayúscula de la hiper-burguesía mundial, que ha decidido sacrificar a los pueblos, para preservar el beneficio contable de sus super-ganancias; incluso ha decidido arriesgar la vida misma del planeta. Esta angurria habla, de por sí, de su miseria humana y de sus perspectivas extremadamente cortas. Como dijimos muchas veces, son los pueblos los que pueden parar esta locomotora desbocada al abismo.»

«Estas son algunas de las razones por las que titulamos al bloque de ensayos Guerras de laboratorio. Pues estamos ante la tercera guerra mundial, ya desatada por las máquinas de guerra del imperio, solo que, en contraste con las anteriores guerras mundiales, aparece en sus manifestaciones de baja intensidad. Se trata de una estrafalaria “guerra interminable” contra todo lo que se oponga al pensamiento único.»

Aceleramientos en un mundo que se autoacelera y se concentra cada vez más, atomización de la información, concentración mediática y la búsqueda, por parte del poder real, de anular la capacidad de discernir, son parte de la pelea a dar en una batalla cultural que se extenderá mientras el mundo siga existiendo.

Vaya desafío.

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