En homenaje al revolucionario chileno Miguel Enríquez

En un día como hoy, 5 de octubre, caía en combate contra la dictadura de Pinochet, en la calle Santa Fe en Santiago de Chile, el médico revolucionario Dr. Miguel Enríquez, que fuera el mejor de los revolucionarios que ha dado la historia de Chile.

Por Gino Straforini

En un día como hoy, caía en combate contra la dictadura, en la calle Santa Fe en Santiago de Chile, el médico revolucionario Dr. Miguel Enríquez, quien había nacido, un 27 de marzo de 1944, pierde su vida a los 30 años de edad. Este hombre brillante que fuera el mejor de los revolucionarios que ha dado la historia de Chile.

En PROPUESTA TATU, tenemos el honor de tener una sala de atención médica que, lleva el nombre de este médico revolucionario: Miguel Enríquez, que vive en una toma de tierras, junto a los más humildes como él quisiera estar, a la vuelta de la plaza del Che.

Quisiera recordar que, durante el ataque a la Moneda, Salvador Allende dice a su hija, dije a Miguel que es su tiempo.

Salvador Allende traslada a Miguel la conducción de la resistencia del pueblo a la dictadura.

Si hablamos de América Latina, hablamos del Che y, entonces, hablamos de hombres, verdaderamente libres como Bolívar, Martí y Juárez.

Si hablamos de Chile, hablamos de Allende, de Miguel Enríquez.

Y hablamos de esta América, porque la amamos, por que amamos este continente y el Caribe, por que amamos nuestros pueblos y, rendimos homenaje a estos hombres, que con toda su dignidad, su hidalguía, con todo su valor, fueron hombres, igual que cualquiera de nosotros, no han sido dioses, han sido hombres con una alta conciencia marxista, bolivariana que dieron todo, inclusive sus vidas, por nuestros pueblos, por esta América, no temiendo para ello, acometer las empresas más difíciles y peligrosas.

Esas tareas, revolucionarias, Latinoamericanistas, internacionalistas eran y son, las que tanto esperaban y esperan miles y millones de desposeídos y excluidos de este continente.

Ernesto Guevara, el Che, el hombre, Miguel Enríquez, el compañero, hoy no se encuentran entre nosotros, pero quien puede eliminar ejemplos semejantes.

Miguel nace animado por el ejemplo de la revolución Cubana, por el camino del Che y nos muestra el camino a miles de hombres y mujeres del MIR, su paso por la vida, es la de la construcción del hombre nuevo, consecuente, había dicho en alguna oportunidad….” No nací valiente, pero me haré valiente, si las circunstancias históricas así me lo exigen “… y vivió con el ejemplo del Che y, murió, igual que el Che, en combate. Entregó todo de sí, su vida por nuestros pueblos en la lucha contra la dictadura pinochetista. Al igual que el Che, y quizás por coincidencias de la vida, era médico y, al igual que el Che, se convirtió en el revolucionario más importante que ha dado la historia de Chile y, por otra coincidencia de la vida, al igual que el Che, cae en combate en octubre, Miguel un 5 de octubre, el Che un 8 de octubre.

Cuantas cosas nos dejan estos dos revolucionarios, cuanta dignidad, cuanto honor, cuanta consecuencia, cuanto amor por los hombres, cuanta hermandad con los más humildes y sometidos, cuanta entrega, quien puede eliminar ejemplos semejantes, ellos, ellos nos siguen mostrando el camino y, ese camino es el camino de los revolucionarios, el de la consecuencia, el de la humildad, el del compromiso, el del amor a los hombres, el de la entrega total, entendiendo que la lucha de los revolucionarios, es una lucha por amor, por amor a los hombres, a la tierra, a la vida, una concepción de vida. Ellos, ellos nos muestran en cada instante de nuestra vida el camino para vivir luchando por lo que diremos y haremos y, siempre será con el Che y con Miguel a nuestro lado, solo así, tendrá sentido seguir viviendo.

Miguel Enríquez fundador y Secretario General del MIR, crea junto a otros compañeros como Bautista Van Schowen un proyecto revolucionario para Chile, profundamente Latinoamericanista e internacionalista, al calor de la lucha libertaria del pueblo vietnamita y la Revolución Cubana un 15 de Agosto de 1965.

A la muerte de Miguel, un dirigente cubano escribía en el Gramma por aquella época:

“Miguel tenía la estatura y pasta de dirigente revolucionario latinoamericano”

Hoy, uno de los mayores hospitales de La Habana, lleva su nombre, en reconocimiento a su contribución a la lucha revolucionaria.

La figura de Miguel Enríquez, es inseparable de la existencia del MIR en Chile y, está identificado estrechamente con la organización revolucionaria que el ayudo a fundar, con la actualidad del MIR en Chile y, el futuro de mi pueblo y los pueblos del continente y el Caribe, Miguel es, el pensamiento revolucionario de los Miristas, Miguel es el camino actual del MIR y, el MIR es hoy la continuidad de esa historia revolucionaria , el MIR no fue ayer, con Miguel cómplice del reformismo , el MIR no es hoy aliado alguno de supuestos progresistas o revolucionarios entre comillas, administradores y cómplices del modelo neoliberal de sometimiento de mi pueblo.

Miguel Enríquez, fue un hombre imprescindible para el MIR y los revolucionarios chilenos y, quiero destacar la formidable contribución que hizo a la práctica y el pensamiento revolucionario chileno.

El contenido de clase del proyecto del MIR, donde están definidos los ejes de la acumulación de fuerzas y, eslabones fundamentales de cada coyuntura y, que comprende a los trabajadores, el campesino y el pueblo, incorporando a los marginados y excluidos, a los pobres del campo y la ciudad, logrando acercar a sectores de la pequeña burguesía y a los cristianos, buscando la unidad por la base, de las fuerzas motrices y dirigentes de la revolución chilena.

De los grandes aciertos de Miguel de la táctica diseñada por el, fue el de llevar adelante la acción directa como forma de ligazón entre el partido y el pueblo y, de concebir al pueblo como sujetos y no mero objetos de la estrategia revolucionaria, de esta manera se combatía en la práctica las relaciones de tipo reformista, caudillistas y subordinada de la que estaba impregnada la izquierda parlamentaria chilena. Iniciando una forma de relación directa que permitía a estos sectores de masas influidos por el MIR, crecer en conciencia y organización.

Miguel fustigó al conjunto de la izquierda para que tomara una decisión de avanzada.

Llamó a la militancia mirista a despojarse de todo prejuicio pequeño burgués, que el partido no podía estar constituido por mediocres ni pusilánimes y, nos plateó que:

“solo una revolución entre nosotros, permitiría la revolución en Chile. “

Luego del golpe de estado Miguel había definido así su plataforma inmediata:

Unidad de todo el pueblo contra la dictadura. Lucha por la restauración de las libertades democráticas y la defensa del nivel de vida de las masas, se sustentaba más allá de partidos políticos, llamando a construir en todos los frentes, comités de defensa popular.

El último documento del MIR que firmara Miguel el 10 de septiembre del año 1974, ante el pedido de rendición que le había hecho la junta militar, Miguel y el MIR responden:

Hacemos público nuestro rechazo a semejante proposición.

El MIR no negocia con la dictadura gorila que explota y reprime a la clase obrera y al pueblo. Nada hacemos a espaldas del pueblo, menos negociaremos con los carniceros y los torturadores.

El MIR lucha por la defensa de los intereses históricos de la clase obrera y el pueblo y, jamás aceptaremos en su nombre un acuerdo que implique dejar de luchar por ellos.

Los gorilas iniciaron la guerra contra la clase obrera y el pueblo, guerra tendrán, más temprano que tarde, decía el documento de Miguel, la guerra tomará un carácter abierto y, como bien lo saben los gorilas, el MIR esta en Chile preparándola.

Firmaron esta declaración Miguel Enríquez junto a la Comisión Política el 10 de septiembre de 1974.

La muerte encuentra a Miguel un 5 de octubre del año 1974, en plena reorganización del partido, tratando de rearticular las fuerzas sociales y, en la búsqueda de la unidad de las fuerzas antidictatoriales para enfrentar la resistencia popular, al modelo de la burguesía y el imperialismo que estaba imponiendo a sangre y fuego.

Y Miguel se hizo valiente como la historia se lo había exigido, muere combatiendo, se quedó en Chile, junto a su pueblo, se negó a salir al exilio, enfrentó los desafíos de la clandestinidad, ordenó en persona su fuerza, desbarató intentos de negociaciones espurias planteadas por la dictadura y, murió como un héroe.

No dejó un ejemplo inmenso, ese ejemplo que como el mismo insistiera, no lo pueden tomar ni los pusilánimes, ni los cobardes ni los mediocres. La pueden tomar, los hombres y mujeres de verdad.

Miguel muere para seguir viviendo, da su vida por la vida misma, en una lucha que no es para vacilantes de intelecto, ni los mediocres de alma. Miguel elige dar la vida, que es tan solo ofrendar la suya, sino crearla para los otros.

Por ello, Miguel derrota al destino, el mismo se hace destino, el se convierte en cada uno de nosotros, en pasado, en presente, en futuro.

Miguel fue el mejor de una generación, de pensamiento brillante y acción consecuente, este revolucionario no es patrimonio de los miristas, pertenece a nuestros pueblos, es parte de la historia que los explotadores se niegan a contar y, que los revolucionarios rescatamos como una de las fuentes y vertientes del pensamiento revolucionario chileno.

Los Miristas, estamos convencidos que los seres humanos no podemos estar condenados a vivir en el egoísmo, en el individualismo, que existe lo glorioso como el Che, como Miguel, como tantos miles y miles, que debemos hacer los esfuerzos para el futuro, no para construir un mundo mejor, sino un mundo diferente, no tenemos intenciones de mejorar u humanizar el capitalismo, queremos cambiarlo, queremos construir la sociedad del Che y de Miguel, equitativa, justa, igualitaria, profundamente humana, tan humana como ellos, socialista, revolucionaria y latinoamericana.

Esta América lleva en si fuerzas capaces de un destino mejor, nuevo y superior. Tenemos otra historia por construir, tenemos una segunda historia por hacer todavía, la que haga de nuestros pueblos la república moral de la que habló Martí, aquella que habla de nuestras propias identidades, de nuestros hombres del Che, de Miguel y, cerrarle con nuestros pueblos el paso a estos nuevos conquistadores.

Quiero terminar recordando las palabras de Miguel Enríquez:

El pueblo debe prepararse para resistir. El pueblo debe prepararse para luchar. El pueblo debe prepararse para vencer

Adelante con todas las fuerzas, adelante con todas las fuerzas de la historia.

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