En el “Día del historiador” cubano
Francisca López Civeira reflexiona sobre el valor del historiador para los pueblos y naciones, para su identidad y autoestima, y recuerda conceptos de Fidel Castro, ese gigante de la Historia, sobre la importancia de los historiadores.
CAPAC – por Francisca López Civeira – tomado de Cubadebate
El día 1 de julio celebramos en Cuba el Día del historiador, lo que forma parte de una amplia jornada durante la cual se reconoce el trabajo realizado por filiales de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC), así como de profesionales que se han destacado en su labor durante el año y, también, los que lo han hecho a lo largo de toda una vida de consagración a esta profesión, tanto en la investigación como en la docencia, la preservación del patrimonio, la divulgación, es decir, en todos los campos donde la historia está presente.
Sin duda, la labor del historiador resulta muy importante en cualquier sociedad, en cualquier nación, así como en el ámbito internacional, pues conocer nuestras raíces, saber de dónde venimos y cómo el ser humano ha transitado en sus diferentes entornos hasta el presente es muy importante, es determinante para entender quiénes somos y hacia dónde vamos como parte de esa evolución de la humanidad, en cualquiera de sus espacios y tiempos. A partir de ese saber, los cubanos podemos comprendernos mejor, entendernos y aprender de la evolución, de sus contradicciones dentro de las estructuras sociales que han marcado nuestra sociedad en el tiempo, de los combates frente “al otro” por nuestra soberanía, de nuestros valores, de nuestra identidad, es decir, entendernos e identificarnos y proyectarnos desde ese ser. Por tanto, la labor del historiador tiene un indudable sentido de utilidad, de aportación a la sociedad en todos los tiempos y circunstancias.
La UNHIC -que cumplirá 44 años el próximo 7 de diciembre- nació con el propósito de agrupar y representar a todos los que se desempeñan en esta profesión y tuvo como presidente fundacional al muy destacado científico social Julio Le Riverend Brusone. Justo por iniciativa de esa asociación, se escogió el 1º de julio como Día del historiador, en homenaje a Emilio Roig de Leuchsenring, en la fecha en que fue nombrado historiador de La Habana.
El homenaje a Roig tiene como uno de sus motivos más significativos su importancia por su obra historiográfica, por su labor de divulgación más, de modo muy destacado, su lugar prominente en la creación de los congresos nacionales de historia, cuyo primer evento data de 1942 y, en la continuidad de este propósito, en noviembre de este año celebraremos del XXVI Congreso en Las Tunas. Roig fue el principal animador de tales encuentros que se realizaron en diferentes ciudades del país, de los cuales salieron acuerdos trascendentales en la comprensión de nuestros procesos históricos, como resultado de los debates de gran valor para nuestra historiografía.
Hoy, los historiadores agrupados en la UNHIC contamos con reconocimientos a nivel local y nacional por la obra realizada, trabajamos en función de facilitar las condiciones para nuestra labor y sostener la calidad de la misma en los campos de la investigación, la divulgación y la enseñanza de la historia como funciones centrales. Dentro del devenir de la labor de la asociación, un momento muy importante de reconocimiento fue, sin duda, el Taller “La Historia, el historiador, la sociedad cubana actual y los retos del nuevo milenio”, celebrado en octubre del 2000 en el Palacio de Convenciones de La Habana, donde estuvieron presentes ministros y directivos de las instituciones con las cuales se vincula nuestro trabajo y, sobre todo, la presencia de Fidel el lunes 16, justo en la sesión dedicada a la enseñanza de la historia. Para nosotros era muy importante que se escucharan nuestras inquietudes, más que nuestros logros.
Fidel llevó consigo el informe que había elaborado la UNHIC, a partir de los planteamientos en las asambleas provinciales, y lo tenía marcado con partes subrayadas y otras encerradas en llaves simples o dobles. Al iniciar el encuentro dijo que todo estaba allí, por lo que no se refirió a su contenido, sino que realizó reflexiones más generales en un constante intercambio con los presentes. Ese día no pronunció ningún discurso, su presencia tuvo un sentido conversacional, de diálogo, donde mostró interés por muchos tópicos, entre ellos la historia que se impartía en la enseñanza general, la cantidad de graduados en esa especialidad y los que la estudiaban, el papel de la historia y, entre los diversos asuntos sobre los que reflexionó y preguntó, incluyó también los conceptos.
Aquel día, Fidel mostró un gran conocimiento acerca de los primeros historiadores, entre quienes mencionó a Tito Livio y Plutarco, evidenció su capacidad de análisis y reflexión acerca de obras hasta de la literatura de ficción y rememoró lecturas que le habían servido de enseñanza. Esa fue una mañana extraordinaria para quienes pudimos compartir el encuentro. De aquel día es muy importante recordar cómo valoró el papel de la historia y los historiadores en la sociedad cubana, así como el de nuestra organización.
Fidel destacó la importancia de la historia, planteó su trascendencia para que “nos sepamos valorar a nosotros mismos, para que nuestro pueblo se valore a sí mismo” y afirmó lo esencial de ese saber para la cultura general integral, que entonces se planteaba promover para todo el pueblo. Fidel se refirió a la importancia de la UNHIC a su capacidad de agrupar a todos y afirmó: “Ustedes tienen muchas cosas que contar, que hacer, muchas ideas que transmitir, tienen la ventaja de estar unidos, estar organizados y atacar con todas las fuerzas en una misma dirección.” Por ello afirmó que todos los historiadores debían estar dentro de esta asociación.
«Ustedes tienen muchas cosas que contar, que hacer, muchas ideas que transmitir, tienen la ventaja de estar unidos, estar organizados y atacar con todas las fuerzas en una misma dirección»
Fidel Castro
Las palabras de Fidel en aquel Taller de octubre del 2000 fueron un gran estímulo para los asociados y la dirección de la UNHIC, pues se vio con claridad el valor que nuestro gran líder reconocía en nuestra profesión y la organización que nos representa. Estos recuerdos están presentes en la celebración del Día del historiador.