El terrorismo imperial a cara limpia. Cuba en la Mira (por Stella Calloni)
Cuba por su posición geográfica, por necesidad y por derecho puede y debe ser nuestra. John Quincy Adams, el sexto presidente de EE.UU advirtiendo que el mundo “se debía acostumbrar a la idea de que el continente americano era y es propiedad de Estados Unidos”.
CAPAC – por Stella Calloni
Desde el momento en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump hiciera sus primeros anuncios apocalípticos el 20 de enero de 2025 con una gestualidad de arrogancia tan evidente, sentando las bases de un nuevo período de terrorismo imperial a cara lavada, sin disimulo ni palabras engañosas, lo que de alguna manera se había adelantado cuando anunció su gabinete, y especialmente al Secretario de Estado Marco Rubio, que significa una grave amenaza contra Cuba y toda América Latina, entre otros nombres del mismo lobby cubano -americano de Miami que ha amparado a los terroristas más importantes del siglo pasado y el actual.
Marco Rubio y el equipo más importante del Lobby Cubano americano, y la famosa Fundación Nacional Cubano Americana que presidió hasta su muerte Jorge Lincoln Mas Canosa que maneja millones de dólares en Miami, La Florida financiaron a las organizaciones terroristas creadas que asolaron- y lo siguen haciendo a Cuba y fueron parte de los más de 600 intentos de la CIA asesinar al líder revolucionario Fidel Castro Ruz, que nunca pudieron consumar.
El terrorismo criminal de las organizaciones creadas como equipos de guerra terrorista fueron claves para enmascarar las acciones de la CIA norteamericana y otros organismos de inteligencia del imperio, hasta hacerse indispensables en sus tareas de muerte y el esquema contrainsurgente, incluso para negociar con las mafias, controlar el narcotráfico, la venta ilegal de armas, entre tantos,
CUBA LA OBSESIÓN DE ESTADOS UNIDOS
Para entender más aún la obsesión de los distintos gobernantes de Estados Unidos para apropiarse de Cuba esto viene desde el siglo XIX. Por citar sólo algunos párrafos, en julio de 1847, el periódico The New York Sun escribía: Cuba por su posición geográfica, por necesidad y por derecho puede y debe ser nuestra. Había muchos antecedentes previos en declaraciones de importantes funcionarios estadounidenses como John Quincy Adams, el sexto presidente de EE.UU advirtiendo que el mundo “se debía acostumbrar a la idea de que el continente americano era y es propiedad de Estados Unidos”.
En 1823 ya hacía referencia a Cuba que “una vez separada de España esa “conexión artifical” no podría sostenerse por sí sola y debía por “fatalismo geográfico” caer en manos de EE.UU, como una fruta madura.
El 23 de septiembre de 1897, Theodoro Roosevelt –cuando era Sub Secretario de Marina- advertía que la Isla continuará en manos de una nación débil y decadente (España) con la posibilidad de obtener a Cuba perdida para siempre. No puede ser que Cuba pueda ser pacificada con la autonomía (prometida por España a la isla en aquel período) y confío en que en tiempo -no muy lejano- ocurrirán acontecimientos tales que tendremos que intervenir (Monopolios norteamericanos en Cuba, la Habana 1973 pag 273) citado en el libro “El gobierno de Estados Unidos contra Cuba”.
De allí surgieron los verdaderos objetivos que determinaron la intervención militar norteamericana cuando ya prácticamente la guerra anticolonial contra España (1895-1898) la ganaban los rebeldes cubanos (mambises).
El teniente general del ejército norteamericano Nelson S Miles, nombrado general en jefe de las fuerzas destinadas para la intervención en la guerra independentista de Cuba contra España decía en un comunicado “Claro está que la anexión inmediata a nuestra federación de elementos tan perturbadores en tan grande número sería una locura, y antes de plantearla debemos sanear el país, aunque sea aplicando el medio que la divina providencia aplicó a Sodoma y Gomorra. Habrá que destruir cuanto alcancen nuestros cañones, con el hierro y el fuego habrá que extremar el bloqueo para que el hambre y la peste, su constante compañera, diezmen su población pacífica y mermen su ejército. El ejército aliado habrá de emplearse constantemente en exploraciones y vanguardias, para que sufran indefinidamente el peso de la guerra entre dos fuegos y a ellos (los combatientes cubanos y los españoles que queden se les encomendarán precisamente todas las expediciones peligrosas y desesperadas). Resumiendo, nuestra política se concreta siempre en apoyar al más débil contra el más fuerte hasta la completa exterminación de ambos (cubanos y españoles) para lograr anexarnos la Perla de las Antillas”. Para no extenderse más es necesario recordar la explosión del acorazado de Estados Unidos Maine que en la mañana del 15 de febrero 1898 había llegado al puerto de Cuba con unos 300 tripulantes a bordo.
Se hablaba de una visita de cortesía a Cuba, algo increíble en medio de la guerra independentista contra España. Fue una gran tragedia que Estados Unidos acusó a España que supuestamente había utilizado un torpedo, pero investigaciones posteriores y actuales, evidencian que este habría sido un atentado de “falsa bandera” que permitió intervenir en la guerra, a sabiendas de la debilidad de España en esos momentos.
La transmisión mediática estaba destinada a ganar la opinión de la sociedad estadounidense, que acompañó la intervención. Los independentistas cubanos estaban ganando a España, pero la intervención de Estados Unidos hizo posible que Cuba quedara ocupada militarmente por fuerza militares estadounidense.
Existe una cantidad de documentos que han circulado de aquellos tiempos, sólo se toman algunos. El general estadunidense Leonard Wood fue nombrado gobernador militar en la isla y el 9 de febrero de 1901, el Secretario de defensa de EE.UU definiendo las cinco condiciones que debían servir de base para las relaciones cubano-norteamericanas: 1- reconocer el derecho de EE.UU a intervenir en los asuntos internos de Cuba. 2- limitar los derechos de Cuba a firmar acuerdos y tratados con las potencias extranjeras o concederles todo tipo de privilegios sin una previa aprobación de EE.UU. 3. Limitar los derechos de Cuba a obtener empréstitos en el extranjero. 4. Reconocer el derecho de Estados Unidos a adquirir tierras y a obtener bases navales en Cuba. 5-Recononocimiento y observación en Cuba de todas las leyes promulgadas por las autoridades militares norteamericanas y los derechos derivados de estas leyes.”
Un manual colonial de excelencia que demuestra que nada ha cambiado en el siglo XXI y los puntos por los cuales Cuba se convertía en colonia de Estados Unidos, son los mismos que se aplican hoy con otras palabras y nuevas tecnologías en este siglo.
Es importante que en estos momentos donde la presión contra Cuba no sólo aumentará, sino que tratarán de obligar al mundo a impedir toda ayuda a ese pequeño país insular, inmenso en dignidad y solidaridad, es importante entender que la “obsesión” de Estados Unidos por anexar a Cuba impera desde el siglo XIX,
Cómo no iba a molestar a Estados Unidos el proceso revolucionario cubano, el triunfo de esa revolución que significó una derrota para el gigante imperial, la instalación de una Revolución, que se declararía socialista en la isla que tanto españoles como norteamericanos llamaron “la perla de las Antillas” ubicada a sólo 90 millas de sus costas.
Otra gran derrota fue haber intentado la invasión a Cuba en abril de 1961, en Playa Girón, Bahía de los Cochinos, cuando ya se habían producido muchos intentos de quebrar el naciente proceso revolucionario incluyendo la utilización de la aviación con una cantidad de vuelos de aviones de guerra. Pero el resultado fue un triunfo contundente del pueblo y el gobierno revolucionario de Cuba, a cuyo frente estuvo el comandante Fidel Castro Ruz, el líder de la primera revolución en América Latina y el Caribe, por lo cual el presidente Kennedy mediante la proclama presidencial 3447 decretó el 3 de febrero de 1962 un «embargo total al comercio con Cuba».
Con los años, «el objetivo oficial (del embargo) ha evolucionado» como explicaría John Kavulich, presidente del Consejo Económico Cuba-Estados Unidos: «en general, el objetivo ha sido, extraoficialmente, un cambio de régimen” y públicamente se presentó como “un cambio de comportamiento del régimen».
A partir de entonces se agregaron nuevas resoluciones en el bloqueo criminal porque no sólo no se permitía ingresar nada a Cuba, a la que intentaron asfixiar por hambre, sino que arremetieron con acciones terroristas constantes, pese a lo cual no lograron nunca la rendición, Miles de víctimas dejó y deja esta guerra económica.
¿En qué otro momento en la historia de la humanidad se ha visto que perdurara 63 años un sitio de guerra como el que se aplica a Cuba? La respuesta de la revolución cubana fue no sólo los gigantescos logros en educación salud, científicos hasta llegar a fabricar sus propios medicamentos. Es un ejemplo en la continuidad de su historia de lucha anticolonial, bajo el liderazgo del poeta escritor José Martí y de rescate cultural y más aún la irradiación cultural hacia el mundo.
Y en ese mismo tiempo ofrecer solidaridad, que a pesar de que cada día se ajusta la soga en el cuello, médicos cubanos están en diversos países ayudando a la humanidad. Debieran aprender todos nuestros países tan castigados de la diplomacia cubana, de la política exterior, que bajo tantas amenazas nunca duda en cada momento la solidaridad como un principio inalterable. Esto sucede ahora mismo en su permanente denuncia contra el genocidio y exterminio del pueblo palestino, que afrenta a la humanidad.
El gobierno del pueblo de Cuba durante 63 años de bloqueo genocida, fueron capaces y siguen haciéndolo de continuar creando y produciendo avances científicos increíbles, además y de concentrar esa irradiación cultural que se extiende especialmente a nuestra región y al mundo
Todo esto a pesar de que Estados Unidos viola las leyes internacionales castigando con millonarias sumas a todos los que se atreven a comerciar o enviar ayuda humanitaria al país cercado. A pesar de su intento de asfixiar a Cuba cuyo pueblo y gobierno resisten en condiciones de falencias extraordinarias, también desde 1992 hasta estos días los gobierno del mundo en Asambleas de Naciones Unidas exigen el fín del bloqueo y en el año 2024, fueron 187 países del mundo que volvieron a demandar levantar el cerco alrededor de una Isla que pasará a la historia de la humanidad, como lo que persiste con la caída a pique del imperio, el fin de un capitalismo salvaje que se está convirtiendo cada día en un tigre de papel.