El movimiento antiguerra se alza contra la alianza AUKUS

Pacifistas e internacionalistas comienzan a movilizarse contra el «agresivo pacto militar» de Estados Unidos, Australia y Reino Unido (AUKUS, por sus siglas en inglés), que amenaza con «provocar una guerra con China» y fomentar la proliferación nuclear.

CAPAC – tomado de Sputnik en castellano

La alianza estratégica e industrial AUKUS, que incluye la provisión de submarinos de propulsión nuclear a la Real Armada Australiana, es «un error desastroso», según denunció el anterior líder laborista británico, Jeremy Corbyn, en un mitin de emergencia organizado por la coalición Stop the War (Parad la guerra).

No al pacto agresivo

Fue un encuentro audiovisual, en el que participaron ponentes de casi todos los continentes y que marcó el inicio de la campaña internacional contra el «belicoso pacto militar» tripartito. «Debemos frenar los planes agresivos del Gobierno británico», recalcó Kate Hudson, secretaria general de la Campaña para el Desarme Nuclear (CND) y moderadora del evento.

Hudson coincidió con su colega y veterana en el movimiento británico antibélico, Lindsay German, al resaltar que el Ejecutivo de Boris Johnson ha «provocado seriamente» a China en dos ocasiones recientes: enviando al Mar del Sur de China el portaaviones Elizabeth en su misión inaugural, que continúa con maniobras en la región, y con su protagonismo en el pacto anunciado la semana pasada con su homólogo australiano Scott Morrison y el presidente Joe Biden.

Nueva guerra fría

«La seguridad genuina no se consigue empezando una nueva carrera armamentista nuclear ni otra Guerra Fría», criticó Corbyn. Para la autora estadounidense Phyllis Bennis, se trata de un «paso muy peligroso» que está «diseñado para ser la punta del iceberg de la escalada contra China». «EEUU no quiere ir a la guerra, pero competir económicamente con China es complicado… y la guerra y la escalada del conflicto son más posibles desde el anuncio de AUKUS», señaló.

Precisamente, un reciente sondeo del Consejo Europeo en Relaciones Exteriores (ECFR) sugiere que el 63 por ciento de la ciudadanía de los doce Estados de la Unión Europea (UE) cree que se está desatando una guerra fría entre China y EEUU. Únicamente el 15 por ciento está en desacuerdo con esta premisa.

Al mismo tiempo, el 59 por ciento de nacionales comunitarios piensa que se está cociendo una nueva guerra fría entre Washington y Moscú. El 16 por ciento no comparte esta opinión, de acuerdo con el estudio del «think tank» europeo.

Precedente nuclear

Por otra parte, expertos advierten de que el pacto de transferencia tecnológica y construcción de submarinos nucleares en Australia corre el riesgo de sentar precedentes en cuanto a la violación del Tratado de No proliferación (NPT). Así, James M. Acton, codirector del Programa de Política Nuclear en Carnegie Endowment for International Peace, argumenta que las «implicaciones en proliferación son graves y negativas».

«En el futuro, los posibles proliferantes podrían utilizar programas de reactor naval como tapadera para el desarrollo de armas nucleares con la razonable expectativa de que, haciéndolo, no afrontarán costes intolerables debido al precedente de Australia».

Acton

En este sentido, activistas y expertos afirman que hay lagunas e incertidumbres legales en cuanto al procedimiento y el sistema de inspecciones de la Agencia Energética Atómica Internacional (IAEA) respecto al uranio enriquecido que Canberra necesitaría para activar los reactores de los submarinos.»No necesitamos sofisticados submarinos nucleares. Australia ocupa, estratégicamente, una posición geográfica afortunada», observó Dennis Doherty desde Sídney. El coordinador de Anti-Bases, la campaña contra las bases militares de EEUU, enumeró una serie de «consecuencias devastadores» que AUKUS tendrá para su país, tanto económicas, comerciales como medioambientales.

Post-brexit anglosajón

Para el Reino Unido, el pacto simboliza el giro hacia la región del Indo-Pacífico que el Gobierno de Johnson persigue en su política exterior desde la ruptura con la Unión Europea (UE). «Refuerza la orientación del Reino Unido en el postBrexit hacia la esfera anglosajona en detrimento de la UE», explicó a Sputnik un observador de la coyuntura internacional que prefiere mantenerse en el anonimato.

Este especialista en la Guerra Fría y otros eventos claves del siglo XX duda del beneficio productivo de la polémica alianza puesto que, según dice, «la tecnología submarina británica es competitiva con la de su socio estadounidense en algunas áreas, pero en el Reino Unido no hay suficientes especialistas en ingeniería nuclear».El reto es igualmente abrumador para Australia que carece de una industria nuclear propia desde que vetó la energía atómica civil en 1998.

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