Dos meses de feroz ataque digital de Estados Unidos contra Cuba
La guerra comunicacional contra Cuba ha sido brutal. La operación incluye cuentas verdaderas y falsas en redes digitales, influencers, medios de comunicación, ONGS, novedosa tecnología y una maquinaria de odio radicada en Miami.
CAPAC- Por Tomado de Granma/ Foto: Getty Images.
El miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, compartió en Twitter una línea del tiempo que pone al descubierto las acciones en el plano digital promovidas por el Gobierno de EE. UU., cuyos propósitos, advirtió, son «desacreditar a Cuba y fracturar la tranquilidad ciudadana».
¿Un elemento común?, son financiadas desde Washington. La administración de la Casa Blanca ha readaptado al escenario digital sus estrategias de golpe suave contra gobiernos y sistemas ajenos a su conveniencia, y para concretarlas, las campañas mediáticas se valen de cuanta herramienta tribute a la subversión. Este tipo de guerra no cesará, y para defenderse de ella, Cuba tienen las armas de la moral y la verdad.
«Comparto interesante línea del tiempo que pone al descubierto acciones de guerra no convencional promovidas por el gobierno de Estados Unidos», escribió Rodríguez Parrilla, al tiempo que remitió a sus seguidores a un enlace que recoge decenas de hechos acaecidos entre el 15 de junio y el 25 de agosto pasado.
Entre ellos, destacan la publicación de noticias falsas (fake news), el lanzamiento de una campaña fallida para contrarrestar el apoyo internacional al fin del bloqueo estadounidense, denominada #SOSCuba, y el llamamiento a la población a manifestarse en las calles y a enfrentar a las autoridades gubernamentales.
Además, los llamados a una intervención militar norteamericana en el país, a través de las más diversas plataformas, el ataque a los servidores de los principales medios y sitios web del gobierno cubano, la difamación sobre el sistema de tribunales y la acusación de violar el debido proceso.
Otros hechos recogidos en la publicación citada por el canciller, son las presiones ejercidas por la Casa Blanca sobre países latinoamericanos y de Europa del Este, para que firmasen una declaración condenando a Cuba por la respuesta a los disturbios del 11 de julio, el anuncio de una flotilla desde la Florida a modo de provocación, y una amplia cobertura a la situación sanitaria del país en el momento más complejo de la pandemia, a fin de sugerir la incapacidad de sus dirigentes.
Lo último registrado en esta cronología es la denuncia realizada, el 25 de agosto, por el portal estadounidense Mint Press News, donde se publicó una investigación sobre los esfuerzos de una ONG tapadera de la CIA, Creative Associates International, para implementar tecnicas de poder blando destinadas a generar un cambio de régimen en la isla.
«La empresa se ha convertido en un gigante masivo con fines de lucro que trabaja en al menos 85 países con un personal a tiempo completo de alrededor de mil (e innumerables contratistas más). Y aunque técnicamente es una institución privada, la gran mayoría de su financiación proviene directamente de Washington. En los últimos 20 años, el gobierno ha otorgado a Creative Associates $1,998,138,515 en contratos, según Tracey Eaton, un periodista que ha estudiado las actividades de la compañía en Cuba. De esto, la USAID ha proporcionado más de $1.8 mil millones», dice en la línea de tiempo.
A pesar de que durante su campaña por la presidencia de los Estados Unidos, el actual mandatario, Joe Biden aseguró que revisaría la política hacia Cuba y retomaría el acercamiento promovido durante el gobierno de Barack Obama, su administración no ha variado la postura hacia la Isla que mantuviera su antecesor, Donald Trump.