Debaten en Cuba retos de la era digital para la radio y la televisión
Con la presencia del Primer Ministro de la República de Cuba se realió este martes el balance anual del Instituto Cubano de Radio y Televisión ICRT. Se destacó en el encuentro la necedidad de la articulación coherente de contenidos de calidad que satisfaga las demandas de la audiencia.
CAPAC – fuente Canal Caribe, Prensa Latina, Cubadebate y Cubainformacion.TV
Preside primer ministro balance de trabajo de la radio y la televisión cubana
Con la presencia del primer ministro Manuel Marrero Cruz, inició este miércoles el balance de trabajo de la radio y televisión cubana correspondiente al año 2021.
Según se conoció en la cita, el 2021 acumuló 529 881 horas de trasmisión por la radio y 98 280 por la televisión.
“Se avanzó en la implementación de un sistema de indicadores para la evaluación periódica del comportamiento de la programación, de acuerdo a la naturaleza de sus contenidos, las especificidades de la producción y la relación de estos elementos con el nivel de actividad y el empleo de recursos humanos, materiales y financieros”, refiere el informe del balance.
Entre las principales deficiencias en el trabajo de la radio y la televisión en la etapa destacan el déficits de programas musicales de calidad en la pantalla; limitada producción de humorísticos, principalmente en la radio; atención insuficiente a públicos específicos en los que se incluyen adolescentes, jóvenes y adultos mayores y falta de atractivo en un grupo de propuestas radiales dirigidas a la niñez y a la juventud.
Por otra parte, hay una escasa intencionalidad en la promoción de la programación televisiva; una débil presencia de la participación ciudadana en sus más disimiles formas; una persistencia de manifestaciones de incoherencia en el cumplimiento de la Política Editorial y el tratamiento de las jerarquías culturales y una ausencia de espacios de análisis económicos que permitan una mejor comprensión en nuestra realidad.
En el balance se habló de la necesidad de construir agendas editoriales, regidas por el interés público.
Por otra parte, Guillermo Pabón, vicepresidente del Instituto habló de la importancia de generar ingresos con la exportación de servicios. Asimismo, Onelio Castillo, vicepresidente también, reconoció que faltan voces dentro de la radio y la tv que cuenten a Cuba, desde agendas coherentes desde el punto de vista editorial.
“No hemos logrado la cantidad de proyectos y programas necesarios que puedan explicar los conflictos y las consecuencias para Cuba de vivir bajo una guerrera económica y política. Además, hay qué pensar cómo lograr que lo que se dice en la programación informativa no se contradiga en otras programaciones y viceversa. Eso se logra cambiando las maneras de hacer para construir nuevas narrativas”, aseguró Castillo.
Por su parte, Waldo Ramírez de la Ribera, vicepresidente primero, destacó que el reto principal es la necesaria articulación entre las instituciones, centros educativos, instituciones y al aporte que pueda hacer la ciudadanía.
Magda González Grau destacó que mantener la programación en la tv y la radio en la época de la Covid-19 ha sido una proeza. “Podemos aspirar a una televisión que hable de todo pero, en los momentos en que la economía está apretada, hay que escoger bien de que vamos a hablar. Los centros de investigación tienen el diagnóstico científico de lo que es nuestro país y ahí hay que acudir. Hay que hacer una selección intencionada de los proyectos en los que se va a invertir el dinero”.
Por su parte, Manuel Marrero Cruz reiteró que las vías fundamentales para llevar la información al pueblo es la radio y la televisión, y recalcó la necesidad de fortalecer los telecentros.
Asimismo, exhortó al instituto a incrementar sus ingresos, hacer un análisis para conseguirlo, puesto que se hace necesario, independientemente de que seguirá siendo una institución presupuestada que garantizará la información y el entretenimiento al pueblo, principalmente después que pase a ser el Instituto de Información y Comunicación Social.
“Con el perfeccionamiento se logra un mayor fortalecimiento de las direcciones de la televisión y de la radio, y queda bien definido cuáles son las funciones de la dirección del instituto desde el punto de vista gubernamental”, aseguró.
Debaten en Cuba retos de la era digital para la radio y la televisión
Los retos de la era digital, el diálogo con las audiencias y la necesidad de convertirse en plataforma para la participación ciudadana son desafíos para la radio y la televisión en Cuba, resaltaron hoy profesionales de estos medios.
En el balance de trabajo correspondiente al año 2021 del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) que presidió el primer ministro, Manuel Marrero, los análisis estuvieron centrados, también, en la articulación con otros organismos y la convergencia tecnológica, señaló un reporte de la televisión local.
El jefe de Gobierno instó a fortalecer la comunicación social en el país, así como la red de telecentros y emisoras distribuidos en el territorio nacional, a la vez que llamó a ser críticos con la realidad y no esconder las insuficiencias.
De igual manera, Marrero elogió la labor realizada por los medios y sus profesionales durante la pandemia de la Covid-19 y abordó la estrategia económica y social de la nación, en un contexto de impacto del bloqueo económico, comercial y financiero por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Motivó el debate de los participantes la acogida por la población de la serie Calendario, dirigida por la realizadora Magda González.
A propósito, trascendió en el encuentro que actualmente se trabaja en dos nuevas producciones, en colaboración con el Ministerio de las Comunicaciones y el de Salud Pública de la isla.
El jefe del departamento ideológico del Comité Central del Partido Comunista, Rogelio Polanco, hizo referencia a las prioridades del organismo e instó a una mayor integración entre todas las instituciones “en función de la imagen y el sonido dentro de Cuba y para el mundo”.
El ICRT surge el 24 de mayo de 1962 con el nombre de Instituto Cubano de Radiodifusión -en 1975 cambió su nombre por el actual- con la misión de ofrecer una programación con altos valores al servicio de la cultura y en función de los interés, necesidades y deseos del público al que va dirigida.