Cuba y Granada: un pueblo que comparte hasta la sangre jamás olvida a sus héroes (+ video)
26 de octubre: tributo a los mártires cubanos caídos en la defensa de Granada, hace 40 años.
CAPAC – por Manuel Valdés Cruz – tomado de Granma
Hubo un silencio total por un minuto, y en la pantalla grande, uno tras otro, los rostros de los cubanos caídos en el combate frontal contra el ejército más poderoso del mundo. Murieron en Granada, el 25 de octubre de 1983, cuando tomaron las armas para defender la isla como la patria propia.
Allí se había gestado una revolución, y aquel día Estados Unidos decidió borrarla de un plumazo, con una invasión relámpago que sellaría la conspiración que había asesinado, seis días antes, al propio presidente del país.
A los mártires internacionalistas, y a Maurice Bishop, el mandatario amigo, se dedicó el homenaje que ayer se realizara en la Casa de la Asociación Caribeña de Cuba, en ocasión del aniversario 40 de la invasión a Granada. Un pueblo que comparte hasta su sangre jamás olvida a sus héroes. A ellos, las flores y el recuerdo.
Gastón Rodríguez, primer secretario de la Embajada cubana allí, en la fecha nefasta –hoy presidente del grupo de amistad Cuba-Granada–, rememoró los resortes de aquella revolución que había triunfado el 13 de marzo de 1979, y que realizó mucho en poco tiempo, como dijo Fidel.
La Revolución granadina avanzó, dijo, a pesar de las amenazas del imperialismo, que, con su propaganda desestabilizadora, la acusaba de crear una base militar rusa, con apoyo cubano. Esa era la falacia; la verdad, Cuba colaboraba en la construcción de un aeropuerto.
La invasión de las tropas estadounidenses secuestró entonces la realidad de la isla, pero no aniquiló el espíritu revolucionario, que hoy florece en la aspiración de un Caribe más unido. En esta fecha, precisó, Granada honra el Día como el de los Héroes, y rinde tributo al líder Maurice Bishop.
En la conmemoración, el embajador de la nación granadina en Cuba, Glen Benedict Noel, exaltó la extraordinaria valía de los cubanos caídos en defensa de su tierra. Puso énfasis en que la mejor manera de recordarlos es aprendiendo las lecciones del suceso.
Aseveró que la vida humana es sagrada, y nunca ha de permitirse que la desunión aliente odios entre hijos de un mismo pueblo, porque un pueblo unido jamás podrá ser derrotado.