Cuba: “Síndrome de La Habana”, ciencia vs. política
Bajo el título ¿Is there a Havana Syndrome? sesionó este martes en La Habana un foro científico internacional sobre los alegados incidentes de salud reportados por diplomáticos de Estados Unidos desde 2019, con la participación de especialistas de Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Cuba.
Por Yaimi Ravelo/ Tomado de Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.
“El término Síndrome de la Habana pretende ser más neutro porque realmente no atribuye una causa, solamente describe que ocurrió algo en un momento determinado. También ésto lo hemos criticado, porque un síndrome es un conjunto de síntomas que casi siempre tiene una enfermedad. Pero esto no ocurre, aquí hay una serie de fenómenos y no se sabe realmente todavía cual es la causa”. Así expresó el Doctor en Ciencias Pedro Valdés-Sosa, vicedirector general del Centro de Neurociencias de Cuba durante el foro científico internacional que sesionó en La Habana organizado por la Academia de Ciencias de Cuba, en coordinación con el Centro de Neurociencias de Cuba (CNEURO) para debatir las diferentes teorías científicas sobre el supuesto “ataque sónico” que ha sido noticia en los últimos tiempos.
“Ataque sónico”, término o calificación manipulada por algunos medios de prensa que han servido de comodín al Departamento de Estado de los Estados Unidos, tras los trastornos neurológicos que presentaron algunos diplomáticos estadounidenses y canadienses en la Habana. Lo interesante de este hecho, que el supuesto “ataque”, hasta ahora los científicos dicen que “la existencia de un arma de este tipo va incluso contra las leyes de la física, no es posible demostrar, no existe”. Pero todo este teatro mediático le sirvió a la administración Trump para recrudecer el bloqueo económico y enfriar a grado cero las relaciones entre los gobiernos de Washington y La Habana.
No solo los que defendemos y queremos a Cuba conocemos que no sería la primera vez que el gobierno norteamericano utilice la manipulación y el engaño en determinados hechos con fines políticos. Esto también fue un hecho que incluso debatieron científicos foráneos haciendo un llamado a la ética profesional, al respeto de la ciencia y hacia las personas.
“El Síndrome de la Habana» puede ser otro de los tantos recursos que utiliza el gobierno de los EE.UU. para usar fondos millonarios en estudios científicos con el único fin de acabar con otros gobiernos.
Lo que sí es un misterio es cómo el gobierno norteamericano y algunos medios usan este llamado “síndrome” para acusar al gobierno de Cuba y sus seguidores sin un fundamento científico, hasta ahora nada de lo que han publicado ha sido demostrado, y hay que hablar en nombre de la ciencia.
Si hay una evidencia de que existe un arma sónica, esto tiene que ser probado. Es muy difícil de demostrar porque desafía la física, la existencia de este tipo de arma es muy poco probable, la explicación que más se acerca es la hipótesis de la histeria colectiva a través de un proceso de autoengaño.
Las patologías neurológicas que tienen los pacientes ya estaban, los síntomas que han presentado son vagos. El Departamento de Estado de los EE.UU. ha tratado de apoyar a través de la ciencia todas estas acusaciones y no han podido porque no existe la evidencia, no es científicamente demostrable.
«¿Cómo es posible que diez profesionales de las ciencias médicas hayan escrito en una de las publicaciones científicas más importantes (JAMA) un artículo con tantos errores? Ésto si es un misterio”. Así expuso el científico Robert E. Bartholomew, del Departamento de Medicina Psicológica de la Universidad de Auckland de Nueva Zelanda.
Esta intervención del especialista europeo abrió un gran debate entre sus colegas y continuó la defensa de su teoría añadiendo un hecho que si ha sido evidente. “Los científicos cubanos no tuvieron acceso a ningún dato, no se les ha permitido participar en ninguno de los estudios, cómo esto es posible?”
“Los supuestos ataques sónicos fueron en lugares públicos y no hubo otros reportes, los únicos afectados fueron casualmente los diplomáticos, un grupo muy reducido de personas en situaciones complicadas, bajo presión y estrés”.
Para poner un ejemplo de lo “diabólico” en el tema, el profesor Robert les cuenta a la audiencia que, el Departamento de Estado de los EE.UU. invitó a un profesor británico para que viniera a Cuba a participar de este panel científico, unos días antes de viajar a Cuba concede una entrevista en la radio británica donde aseguró que para él la hipótesis más acertada era la «histeria colectiva», no había otra evidencia que demostrara lo contrario. Posterior a esta entrevista lo quitaron de la lista de invitados y no pudo venir a la Habana a plantear su teoría. Creo que este “síndrome” es otra de las politiquerías del gobierno norteamericano.
La intervención del doctor Bartholomew no son de apoyo a Cuba y su Revolución, son de apoyo y respeto a los principios básicos de la Ciencia, no se puede confirmar una hipótesis que científicamente no ha sido demostrada, porque son solo eso teorías aún en debate.
El doctor Alexis Lorenzo Ruiz, presidente de la Sociedad cubana de Psicología, apoyó la intervención de este prestigioso profesor en nombre de la ciencia, afirmando el hecho de que “nunca se nos permitió a los científicos cubanos a participar en ninguna de las investigaciones a estos pacientes, para nosotros la hipótesis más acertada es la histeria colectiva, porque los síntomas que presentan estos pacientes que no hemos podido ver, pueden ser provocados psicológicamente por factores externos”.
Lo más importante de este encuentro entre profesionales de la ciencia, es la posibilidad de este tipo de debates científicos, el doctor Pedro Valdés-Sosa plantea que: “existe una presentación inicial que analiza que no hay las mismas las características en todas las personas que reportaron sentirse mal en un determinado lugar, un lugar que no hubo resultados consistentes en el estudio de las imágenes del cerebro, hay cosas interesantes, pero realmente no apuntan a una sola causa, y lo que estamos ahora en una etapa que es analizar las posibles causas de cualquier cosa que haya ocurrido porque realmente las personas se sintieron mal y es importante tratar de encontrar las causas, porque sin causas no hay forma de tener un tratamiento efectivo”.
“Se están examinando varias cosas, primero no parece realmente que haya habido una fuente de energía externa que haya causado este problema, entonces quedan sobre el tapete algunas que otras explicaciones. Uno, que sería la hipótesis de los canadienses; el uso de pesticidas, esto lo vamos a examinar, el Centro de Neurociencia estácolaborando junto con el Ministerio de Salud Pública y con los canadienses, para examinar si hay alguna evidencia de esto”.
“La otra explicación es que puede haber factores psicológicos que contribuyen a esto, el cual tiene dos tipos de aspectos, uno es que haya habido un fenómeno social, que se conoce como sicosis masiva y por otra parte los trastornos neurológicos funcionales, que aquí el aspecto es que la gente pueden tener algo y entonces las preocupaciones y el estrés aumente esta situación, puede haber algún tipo de estrés externo que se amplifica por factores internos y entonces se puede hasta convertir en una enfermedad».
«La dificultad que hay es que en el caso de los diplomáticos de EE.UU. es que la información no ha sido compartida en ningún momento, por tanto lo que estamos haciendo es tratando de establecer cuáles son las posibles hipótesis y hacer un llamado a que haya una investigación más abierta. Lo más importante de esta reunión es que ha habido un intercambio muy intenso de hipótesis, lo esencial en la ciencia es esto, se ha creado una red de científicos que seguirán averiguando sobre el tema”.
Lo que está claro y es evidente es que dos más dos es igual a cuatro, a buen entendedor…, no habrá manipulación mediática que pueda impedir a la veracidad de las ciencias, y la ética de la Revolución cubana que jamás ha agredido a nadie, respetuosa al extremo de la Convención de Viena y cuyo humanismo está fuera de toda duda.