Cuba: prevenir, enfrentar y evitar a tiempo las drogas
Aunque el consumo de estupefacientes en Cuba no constituye un problema social grave la existencia de un solo caso ya es una preocupación para las autoridades cubanas.
CAPAC – por Germán Veloz Placencia – tomado de Granma
Holguín
Ella es una adulta. Él apenas tiene 15 años. Ella es una reconocida especialista en Salud Mental. Él exhibe brazos musculosos, trabajados en un gimnasio, pero ya no habla de ejercicios. A pesar de las diferencias en sus vidas, tienen algo en común: saben que la marihuana destruye.
Ella, la doctora Niuris Ricardo Díaz, miembro del grupo interdisciplinario que, en la provincia, aborda la problemática de la droga, ha tratado pacientes totalmente sicóticos debido al consumo, y otros que, sin llegar a esa situación, muestran profundo deterioro biológico, sicológico y social.
El joven de esta historia pide que se cumpla con la condición de no revelar su nombre. Es un niño asustado, al que le aterra el dolor que sentiría su madre si conoce lo que ha vivido. La marihuana abrió en su vida en flor una oquedad más profunda que la piscina sin agua en la que se escondió una vez, en solitario, para fumarse uno de esos cigarrillos.
Se arrepiente de haber dicho sí aquella primera vez, cuando un compañero se le acercó para invitarlo a probar. Pasado un tiempo, no podía escapar de un problema que comenzó a ser más agudo e incontrolable.
La doctora Niuris Ricardo Díaz, que ha visto varias de esas historias, es categórica cuando rechaza las consideraciones acerca de que la marihuana puede ser beneficiosa para la salud. Está comprobado, explica, que la marihuana causa en los hombres deformaciones en los espermatozoides, lo que puede producir malformaciones genéticas en la descendencia. En el caso de las mujeres, aclara, es frecuente que tengan partos pretérmino e hijos con bajo peso al nacer.
Entre tantas secuelas, le preocupa, sobre todo, el estado de desmotivación en el que caen los adictos a la marihuana.
«Con el tiempo los vuelve muy fríos e inestables, porque es una droga que distorsiona las percepciones. Consumirla se convierte en un círculo vicioso, donde lo demás es secundario. Enclaustrados en ese mundo de alucinaciones, los adictos ignoran la vida social, la pareja, el estudio o el trabajo»
Díaz
Un hecho detectado hace unos años en un centro de la capital provincial marcó un giro en el tratamiento de las drogas en el territorio. «A partir de ese momento se hizo una intervención multisectorial con la participación de Educación, Salud Pública, especialistas del Ministerio del Interior, órganos de Trabajo y Seguridad Social y las organizaciones políticas y de masas, buscando una caracterización de los consumidores adolescentes en su entorno escolar y familiar, para abordar integralmente el problema.
«Pero hay mucho por hacer. Por lo general, los casos nos llegan porque las familias los presentan en las consultas de sicología y siquiatría, o son intoxicados que se ingresan en el hospital pediátrico provincial», refiere.
Parcelas con veneno
¿Por qué hay marihuana a la mano de esos adolescentes y de personas de otras edades? Una primera mirada puede conducir a los recalos de paquetes con drogas en las costas holguineras, hecho que se produce cuando traficantes de otras naciones las «bombardean» desde avionetas en determinadas zonas de las aguas internacionales, para que terceros las recojan, o porque las arrojan de las lanchas cuando son perseguidos por los órganos que los enfrentan.
Quizá por algún escamoteo de esa droga que toca suelo cubano ha caído en manos de inescrupulosos, pero los hechos confirman que esa no es vía para abultados suministros, porque la acción de los efectivos de las Tropas Guardafronteras y de los destacamentos Mirando al Mar, formados por miembros de los Comités de Defensa de la Revolución residentes en asentamientos costeros, es bastante efectiva en cuanto a la incautación de la posible mercancía.
Determinados hechos han confirmado que hay a quienes no les importa el daño que causan a otros si cosechan marihuana, aunque el clima cubano no es favorable para su siembra. En esta provincia, de acuerdo con revelaciones de Fidel Leyva Anache, jefe del Departamento Jurídico de la Delegación Provincial de la Agricultura, el pasado año hubo dos casos.
Uno fue detectado en el área de Laguna Blanca, en Caletones, municipio de Gibara, en el interior de un bosque, en tierras de la unidad silvícola local, cuando miembros de esta, en cumplimiento de la estrategia de enfrentamiento a la droga y otras ilegalidades, realizaron una de las inspecciones programadas. El otro hallazgo se produjo en Ojo de Agua, municipio de Calixto García, en una finca particular. No estaba reportada en explotación, pero sus dueños sembraron una porción, camuflando la siembra. Pero gracias a la operatividad constante de los órganos especializados del Ministerio del Interior, fue esclarecido el hecho».
Con apego a los procedimientos aprobados, en ambos casos, las plántulas fueron arrancadas, y para que no volvieran a germinar, se les aplicó productos químicos. Todo eso fue bajo supervisión de especialistas y de las autoridades, refiere.
Para enfrentar a quienes pretendan burlar la ley, explica, las estructuras de la Agricultura en la provincia desarrollan acciones de control y capacitación dirigidas a evitar que sucedan hechos semejantes.
La ley en contínua acción
En el transcurso de 2022, en la provincia se ha conocido de diez hechos relacionados con la droga, todos por tráfico. De ellos, siete están vinculados con la marihuana. En el momento del intercambio con Yamisel Hernández Rodríguez, vice fiscal jefe del municipio de Holguín, se habían instruido de cargo a 16 imputados y a 13 se les había impuesto una medida cautelar tras la solicitud hecha al fiscal.
Sobre la siembra, la letrada aclara que, a los efectos del Artículo 190 del Código Penal, es tráfico de drogas. «Todo el que se detecte con siembra, se procesa judicialmente por tráfico de drogas, porque forma parte de los supuestos que van a conformar ese delito».
«Todo el que se detecte con siembra, se procesa judicialmente por tráfico de drogas, porque forma parte de los supuestos que van a conformar ese delito»
Artículo 190 del Código Penal
Recuerda que el citado Artículo, en su inciso a), establece que para la persona que produzca, transporte, trafique, adquiera e introduzca en el territorio nacional cualquier sustancia controlada como droga, y que ello tenga el propósito de obtener ganancias económicas, la sanción es de cuatro a diez años de privación de libertad.
«Y el inciso c) deja claro que para quien cultive la planta de marihuana y, a sabiendas, posea semillas o partes de dicha planta, si es propietario o usufructuario u ocupante en concepto legal de la tierra, además de estar bajo el mismo marco legal sancionatorio, procede el comiso o confiscación de la tierra, que se puede solicitar como sanción accesoria».
Además, puntualiza, está el Decreto Ley 232 de 2003, relativo a la confiscación. Es un proceso administrativo que se hace de forma paralela al proceso penal.
La doctora Niuris Ricardo Díaz sostiene el compromiso de seguir salvando a las personas. Y claro, en esa línea, defiende a capa y espada, con ciencia y trabajo integrador, la política nacional de tolerancia cero a las drogas. No hay esfuerzo vano cuando se trata de que ningún joven nuestro mire el futuro con temor porque se convierta en esclavo de una sustancia por la ambición ajena.
El crecimiento de las nuevas sustancias sicoactivas invade cada rincón del planeta. Incluso, en EE. UU. se registró el mayor número histórico de fallecidos por sobredosis de este tipo de sustancias. Entre abril de 2020 y el mismo mes de 2021 se reportaron más de 100 000 muertes, la mayoría por la determinada pandemia de los opiáceos.
Es como otra pandemia que azota a no pocas naciones, más silenciosa pero igual de letal, señalan expertos.
Las drogas son un problema de salud a nivel global. En Cuba, sin embargo, no tienen cabida y el Estado ratifica su voluntad de no ser un país de destino, tránsito o consumo de narcóticos.
Pero, aunque el consumo de estupefacientes en nuestra nación no constituye un problema social grave, la existencia de un solo caso ya es una preocupación para las autoridades cubanas.
No podemos cambiar la presencia cada vez mayor de las drogas en el mundo ni su despenalización en algunos países con fines medicinales o recreativos, pero sí podemos incidir en la percepción de riesgo de nuestra población.
2021, un año de intenso enfrentamiento
De acuerdo con información aportada por el Minint, como resultado del enfrentamiento en 2021, Cuba incautó un total de 4 162,23 kilogramos (kg) de drogas, la mayoría de marihuana; capturó cinco medios navales involucrados en operaciones de narcotráfico y se confiscaron bienes y sumas de dinero debidos a esos ilícitos.
La mayor cantidad de estupefacientes –según se reveló– se ocupó en los 295 hechos de recalos, cifra superior a los 153 ocurridos en 2020, y con un total 2 338,64 kg de drogas incautadas en esos acontecimientos. Otros altos volúmenes se capturaron durante la aprehensión de las citadas embarcaciones.
En cuanto a la frontera aérea, en el aeropuerto internacional José Martí, de la capital, fueron neutralizadas 21 operaciones de tráfico internacional de drogas, en las que se ocuparon 67,59 kg de esas sustancias y resultaron detenidas 41 personas, entre extranjeros y nacionales.
En el enfrentamiento al cultivo de marihuana fueron descubiertos 97 sembradíos, en los que se incautaron 32 868 plantas y 48 521 semillas. Además, fueron neutralizados 121 hechos de tráfico interno, con 165,63 kg.