Cuba: ¿Por qué el pueblo no permitió “susurros” en su Plaza? (I)

Mientras los cubanos celebrábamos el fin de año, con toda la carga de emociones y felicidad que el 2014 trajo para nuestra Patria, un grupito de personas insistía en promover acciones que según la mayoría de las miradas, están muy lejos de poder considerarse artísticas.

CAPAC- Por José Ramón Rodríguez Ruiz (08-01-2015)/ Tomado de Cuba Defensa / Foto: Yaimi Ravelo.

“La Revolución puede ser generosa porque es fuerte, su fuerza radica en el apoyo mayoritario del pueblo que ha sabido resistir tantos años de agresiones y sacrificios […]. La defensa de nuestras sagradas conquistas, de nuestras calles y plazas, seguirá siendo el primer deber de los revolucionarios”.

General de Ejército Raúl Castro Ruz

Agosto de 2010

Mientras los cubanos celebrábamos el fin de año, con toda la carga de emociones y felicidad que el 2014 trajo para nuestra Patria, un grupito de personas insistía en promover acciones que según la mayoría de las miradas, están muy lejos de poder considerarse artísticas.

Para la prensa extranjera y los reporteros sin patria del patio, son “activistas” o “luchadores”; por los “derechos humanos” o la “democracia”; por la “libertad de expresión” o “de prensa”, de cualquier cosa que sirva para recibir un salario en la SINA y llamar la atención del poder mediático global.

Del show no voy a hablar, porque ya esa prensa, tanto la que paga como la que cobra, se ha encargado de difundir las intenciones y sus repercusiones, incluidos los blogs y supuestos diarios independientes dentro y fuera de la Isla, que se sostienen con los millones que anualmente la Junta de Gobernadores para las Transmisiones de EEUU (BBG, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Estado destinan para la subversión en Cuba.

Acentuemos no obstante, previo al análisis, un punto crucial: la supuesta acción artística que el 30 de diciembre, miembros de la contrarrevolución interna del patio, encabezados –al menos en apariencia– por una “artista cubana” de ética cuestionable, no era solo un “performance” de acento político que debía acabar con aplausos, se trataba de una artimaña más compleja y sombría, diseñada y dirigida con un objetivo principal: generar inestabilidad política en Cuba.

El porqué de estas pretensiones ha sido explicado con anterioridad en las páginas de Cubadefensa. Se trata del manido libreto ensayado en naciones como Libia, Siria, Ucrania y Venezuela. El obcecado empeño de incendiar países, atizando el fuego desde dentro, para forzar mediante la desestabilización y la ingobernabilidad, la caída de gobiernos molestos a los intereses de los promotores. Se trata, como explicara en una ocasión el Comandante Hugo Chávez, de la intención de prender una “mecha lenta” en el seno de la sociedad, para hacer estallar disturbios que permitan a fuerzas agresoras intervenir en defensa de “los derechos humanos” y la “libertad”.

Esos fueron los pretextos por los que la OTAN bombardeó Libia en 2010, luego de que meses antes, grupos de opositores iniciaran protestas en las plazas del país, motivados por el influjo de la Primavera Árabe, cuyo artífice hoy conocemos bien. La realidad actual de ese país es explícita en razones del porqué deben ser defendidas las plazas y los espacios del pueblo, incluso de los actos “con buenas intenciones”.

El espectáculo que la contrarrevolución pretendía montar en la Plaza de la Revolución forma parte, sin duda alguna, de las acciones tendentes a crear las condiciones para el funcionamiento en Cuba de la estrategia de Guerra No Convencional bajo cuyos estandartes han sido agredidos los pueblos que mencionamos con anterioridad.

No vino solo el supuesto performance de la señora Bruguera, sino acompañado de una plataforma “ciudadana y voluntaria” denominada “Yo también exijo”, destinada a “demandar el cumplimiento de los derechos civiles, políticos, económicos, culturales de los cubanos y dotar al cubano de un espacio de respeto hacia la libertad de opiniones donde puedan expresar qué país quieren construir”.

La plataforma tomó cuerpo en la red social Facebook y a través de la misma comenzaron a difundirse mensajes, comunicados y propaganda, para nada vinculados con el arte o la creación, sino con la más abierta confrontación política y la convocatoria a la desobediencia ciudadana.

La blogosfera contrarrevolucionaria y los medios de prensa de esta tendencia, fueron el escenario de los anuncios y el seguimiento informativo de los acontecimientos vinculados a la “acción artística”. Se convirtieron rápidamente en sus voceros y promotores y en los principales interesados en darle cobertura. El Nuevo Herald, Martinoticias, Diario de Cuba, Cubanet, 14 y Medio, Café Fuerte , son solo algunos de los destacados.

El 30 de diciembre, a partir de la hora señalada para el espectáculo (03:00 p.m.), estos medios comenzaron a emitir información sobre la detención de “activistas” e incluso de la propia promotora. Esta repercusión no tardó en tener eco en la prensa internacional y estadounidense, incluida la llamada “gran prensa”.

En EE.UU., medios como The Associated Press (AP), The New York Times, The Washington Post, Reuters, Fox News Latino, The Examiner, The Hill, Mashable , dieron cobertura a los sucesos que a todas luces, eran ya para ese momento parte de una nueva “oleada represiva” del gobierno cubano en contra de la “sociedad civil” y la “libertad de expresión”.

No pudimos evitar notar que algunas informaciones promovían la etiqueta #Yotambiénexijo, que podía enlazar a los usuarios al mencionado portal en Facebook, lo cual nos da una clara idea de la dirección por la que se pretendió orientar a la opinión pública, a la que también se le intentó presentar el hecho como parte de los presuntos obstáculos que el gobierno cubano interpone para el avance del proceso de restablecimiento de relaciones entre la Isla y EEUU, probablemente, uno de los principales objetivos del show.

Otra de las metas del montaje fue alcanzada en horas de la tarde del propio día 30. Como era de esperar, la supuesta nueva “oleada represiva” llamó la atención del gobierno de EEUU, cuya postura pública llegó en formato de declaración del Departamento de Estado, así como en las habituales “cantaletas” de la ultraderecha anticubana del Congreso. No olvidemos que en este guión de la Guerra no Convencional, cada cual hace su parte.

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