Cuba: Malecón habanero retará al cambio climático
La más significativa postal de La Habana: el Malecón, sufrirá pequeñas transformaciones por una buena causa: atenuar las penetraciones del mar que tanto daño han hecho en el último cuarto de siglo.
CAPAC- Tomado de Resumen Latinoamericano Cuba/ Foto: Shutterstock.
Como parte de la directiva gubernamental el proyecto, Tarea Vida, ha trazado una pauta para enfrentar los azotes del cambio climático, y evitar así inundaciones costeras, tanto marítimas como pluviales.
Esta noticia fue publicada a finales del primer semestre de este año y ahora el Noticiero de la Televisión Cubana retoma el asunto con más información y una maqueta animada de cómo quedará el Malecón habanero luego de su reconstrucción.
La nota expresa la afirmación de las autoridades de que no se afectará la imagen urbanística, ni la vista panorámica al mar.
Ya desde mediados de año Yoermes González, Director del Centro de Investigaciones Hidráulicas de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que tal acción forma parte de un proyecto esbozado desde hace aproximadamente 30 años e incluye cuatro etapas.
La primera acción, según González comenzará el año próximo, con un cambio de la geometría del muro y de su elevación hasta donde la arquitectura lo permita, el máximo será de 1,25 metros.
La forma puede ser mejorada en el sentido geométrico, si se agrega una curvatura se podrá solucionar el problema entre un 40 y 50 por ciento, comentó González. El primer segmento será en lo que se conoce como el malecón tradicional, desde La Punta hasta la calle Marina.
Además, se colocarán una serie de rompeolas a una distancia de 30 a 40 metros de la orilla, con la intención de reducir el caudal de entrada de unos mil litros por segundo, en metro lineal, a 50 litros por segundo.
La segunda etapa consiste en la colocación de terraplenes debajo del nivel agua que impiden el ataque de la ola con toda la fuerza actual. La tercera, sería la introducción de diques sumergidos y finalmente se ubicarían elementos disipadores existentes en la hidráulica, y una opción en este sentido son los conocidos yaquis de concreto.