¿Con Biden o con Trump lo peor está por venir?

Para Donald Trump “lo peor está por venir” si Joe Biden continúa en la Casa Blanca, pero un repaso al foro conservador celebrado en Maryland no augura algo mejor para Estados Unidos si regresa el expresidente.

CAPAC – fuente Prensa Latina

El patrón del miedo como matriz de opinión: a los inmigrantes, a otra guerra mundial, al caos y la destrucción estuvieron presentes en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), que del miércoles al sábado tuvo lugar cerca de Washington DC.

Al hablar en la clausura de la CPAC antes de su victoria en las primarias republicanas de Carolina del Sur, Trump -hábil en el manejo de emociones- presentó su visión apocalíptica de un futuro en el cual no esté él en el Despacho Oval.

Trump afirmó, por ejemplo, que Estados Unidos perderá la Tercera Guerra Mundial incluso antes de comenzar si Biden -a quien calificó de incompetente- sigue en el poder.

«Esto es lo que está en juego en estas elecciones. Nuestro país está siendo destruido, y lo único que se interpone entre ustedes y esta obliteración soy yo, es verdad», dijo.

Hábil en el manejo de emociones, el exmandatario comentó que “lo peor está por venir” si le tocaran otros cuatro años a Biden en el cargo porque en 2020 advirtió que «nuestras fronteras serían abolidas, nuestra clase media sería diezmada y nuestras comunidades estarían plagadas de derramamiento de sangre, caos y delitos violentos».

Los cuatro días de encuentro, dominado por los simpatizantes de Trump, fueron dedicados a la retórica antiinmigrante y los pronósticos de la “deportación masiva” de 11 millones de inmigrantes indocumentados.

Uno de los oradores fue Tom Homan, exdirector del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), que admitió: “A mí me han llamado xenófobo y racista y, honestamente, ya no me importa una mierda”.

Homan, visto como la mente maestra detrás de la polémica política de separación de familias de migrantes irregulares con niños, opinó que su mensaje a “los ilegales es: no se acomoden mucho”.

“Nos están invadiendo”, sentenció por su parte la activista Laura McGarraugh, de Austin (Texas).

Trump, casi seguro nominado del Partido Republicano en 2024, en sus mítines de campaña amenazó con iniciar una “operación masiva” de detenciones y deportaciones de los más de 11 millones de inmigrantes sin papeles que residen en Estados Unidos si vuelve a la silla presidencial.

El año pasado, Trump usó su discurso en la CPAC para decirles a sus partidarios que su campaña de 2024 será de “retribución” y en su mensaje apocalíptico ahora se presentó como un salvador ante “hordas de extranjeros ilegales que cruzan nuestra frontera en estampida”.

La CPAC contó en esta oportunidad con un desfile de legisladores republicanos y personalidades del MAGA e invitados internacionales que estuvieron a la altura de todo lo que ahí se manejó.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, hizo guiños a Trump sin mencionarlo. Aseguró que hay “fuerzas oscuras” que ya se están apoderando de este país contra las que tendría que luchar “el próximo presidente de Estados Unidos” y mencionó el peligro de una guerra civil.

En su turno, el argentino Javier Milei dijo a los ultraconservadores «no dejen avanzar el socialismo», estimó que la justicia social «es una aberración» y “no permitan el avance de la agenda asesina” del aborto.

Según publicaron medios locales, en su saludo tras bambalinas, Milei gritó a Trump “¡Presidente!”.

El populista de derecha, tomó posesión en diciembre en la nación sudamericana tras una campaña inspirada en la de Trump, que llevaba el “Make Argentina Great Again” (Hagamos grande a Argentina otra vez), una alusión directa al movimiento trumpista MAGA “Make America Great Again” (Hagamos grande a Estados Unidos otra vez).

La exprimera ministra británica Liz Truss y Santiago Abascal, líder del ultraconservador y ultranacionalista partido español Vox, estuvieron en la relación de asistentes.

Para algunos observadores, lo ocurrido en el foro conservador es muestra de los pensamientos que definen a buena parte de un sector de los electores en Estados Unidos que se mantienen firmemente en respaldo a Trump, pese a sus líos con la justicia y sus 91 cargos penales.

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