Brasil: El riesgo de ser joven y negro
Por Raúl Antonio Capote / Tomado de Granma / Foto de portada: Carl De Souza / AFP.
Brasil fue el último país de América en abolir la esclavitud (1888). La población negra y mestiza representa más de la mitad de los habitantes del gigante sudamericano, el 55,8 % del total, según estadísticas de la Encuesta Nacional de Muestra de Hogares (PNAD), de 2018, pero es también la más vulnerable, la que menos gana, la que más sufre el desempleo, la de menos acceso a la educación y la salud, la que recibe salarios más bajos, incluso cuando poseen el mismo grado de escolaridad.
Los hombres negros con estudios superiores ganan de media un 29 % menos que los blancos, mientras que la diferencia es del 27 % en el caso de las mujeres, de acuerdo con un estudio del Instituto de Pesquisa de Brasil, Locomotiva.
Entre los 12,8 millones de desempleados que se registran hoy en esa nación sudamericana, el 64,3 % son personas de la raza negra o mulatos, refiere Prensa Latina citando datos de PNAD.
Las cifras demuestran también la desigualdad en el mundo empresarial: los negros ocupan tan solo el 4,7 % de los cargos ejecutivos y el 6,5 % de los puestos de gerencia, señala un estudio del instituto Ethos, realizado entre las 500 mayores empresas de Brasil.
Según el informe Atlas de la violencia 2019, publicado por el Instituto de Investigación Económica Aplicada, en asociación con el Foro Nacional de Seguridad Pública, en Brasil se registraron 65.602 muertes violentas intencionales en 2017. De ellas, según informó la revista Fórum, más del 75% de las víctimas fueron personas negras.
Las últimas estadísticas divulgadas por la onu muestran que cerca de 23.000 jóvenes negros mueren violentamente cada año en el país, lo que equivale a uno cada 23 minutos. El estudio también constató que las negras jóvenes tienen más del doble de riesgo de ser víctimas de un homicidio que las jóvenes blancas.
Son cifras que, de acuerdo con la ONU, revelan “el peso del racismo en el actual escenario de violencia en el país”. En este sentido, un negro tiene muchas más probabilidades de ser asesinado en comparación con otros ciudadanos, no importa la edad, sexo, escolaridad o barrio de residencia.
Jóvenes y adolescentes negros en Brasil tienen mayor probabilidad hoy de cometer suicidio que los blancos, cita PL de un estudio del Ministerio de Salud, divulgado por el portal de noticias G1.
De 2012 a 2016, la tasa de mortalidad por suicidio para la población negra aumentó en un 12%. A cada diez suicidios de personas de ese grupo de edad, seis fueron de afrodescendientes.
Estas cifras de violencia en Brasil pueden empeorar con las normas de flexibilización del uso de armas, decretadas por el presidente Jair Bolsonaro, pues más del 70 % de los homicidios (47.500) se produjeron con armas de fuego.
La media nacional de homicidios es de 31,6 muertes por cada 100 000 habitantes, muy superior al índice de diez que ya es considerado “epidemia de violencia” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según ABC Internacional.
¿Genocidio negro?
La discriminación racial y las desigualdades hacen que la población negra, y en particular los jóvenes negros, vivan una “situación de discriminación estructural, en la cual sus derechos de acceso a la enseñanza superior, salud, trabajo, vivienda digna, entre otros, se han visto gravemente afectados”, muestra el informe de Atlas de la violencia.
La sola presencia de jóvenes negros en determinados lugares causa pavor en algunas personas, que acuden de inmediato al “auxilio” de la policía, lo que limita la asistencia de ellos a sitios de esparcimiento público, situación que genera una gran presión sobre estos jóvenes y adolescentes, que ven restringidos sus espacios de socialización producto de la discriminación y los prejuicios.
La intervención de la policía en muchos de estos casos es violenta, amén de innecesaria. Los datos son especialmente significativos en la población negra joven, cuando se trata de actuaciones de la Policía, sobre todo en las favelas y suburbios, donde en ocasiones son masacrados con impunidad, bajo el pretexto de la lucha antidrogas.
Del 99,5% de las víctimas registradas como “homicidio resultante de intervención policial”, el 79 % eran negros y el 75 % jóvenes, estos datos manejados por Amnistía Internacional Brasil muestran la gravedad del asunto.
La violencia que desangra a Brasil marca de nuevo un récord histórico, esperemos que, como intentaron los gobiernos del PT, medidas concretas sean tomadas para solucionar tan dolorosa situación.