Ante el recrudecimiento del bloqueo, Cuba recurre al Programa Mundial de Alimentos (PMA)

Cuba ha mantenido una relación de larga data con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), del cual ha recibido apoyo y respuesta ante situaciones de desastres naturales y otras emergencias que han impactado al país

CAPAC – fuentes Cubainformación y Cubadebate

La relación de Cuba con Programa Mundial de Alimentos (PMA), comenzó en 1963, con una operación de emergencia que brindó asistencia a las personas más afectadas por el paso del huracán Flora. El PMA es un organismo de asistencia alimentaria de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que apoya a más de 120 países y territorios.

Como parte de esta alianza, en 1993 se firmó un Acuerdo Básico entre nuestro gobierno y el PMA, aún vigente.  En julio de 2021, la Junta Ejecutiva del Programa aprobó el Plan Estratégico País para Cuba hasta 2024, marco bajo el cual se desarrolla actualmente la relación bilateral.

Vale resaltar que el apoyo del Programa a Cuba ha incluido la ejecución de proyectos en los sectores agropecuario y de producción de alimentos, la donación de insumos para respaldar los esfuerzos gubernamentales en el enfrentamiento a fenómenos meteorológicos y la distribución de alimentos a los grupos vulnerables de la población.

Con anterioridad, Cuba también ha contribuido a las operaciones del PMA con donaciones de determinados insumos, los que el Programa ha destinado a países en los que opera.

Ejemplo de ello, es la donación anual de 2,500 toneladas de azúcar desde 1996, lo que ha permitido ayudar a distintos países del mundo como República Dominicana, Jamaica, Honduras, Haití, Etiopía y Angola, entre otros.

El valor total de las contribuciones realizadas por Cuba al Programa Mundial de Alimentos en calidad de donante de azúcar ascendió hasta el 2009 a más de 8 millones de dólares.

En un contexto económico complejo como resultado de los efectos combinados de la pandemia de la COVID-19, los impactos de los eventos meteorológicos adversos, y principalmente, el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de los EE.UU., el país enfrenta grandes desafíos para acceder a mercados y fuentes financieras internacionales, lo que se ha agravado con la injusta y arbitraria inclusión de Cuba en la Lista de Estados patrocinadores del terrorismo.

Ante este escenario y, al mismo tiempo, por el alto compromiso del Gobierno en la seguridad alimentaria nacional y atendiendo, además, al excelente estado de las relaciones con el Programa, Cuba solicitó la asistencia del PMA para la compra de leche en polvo a fin de garantizar el suministro a niños y niñas cubanas, lo que se inserta en la práctica de la relación bilateral, la cooperación de larga data y las acciones identificadas dentro del Plan Estratégico País para Cuba hasta 2024.

Como resultado, se ha asegurado la llegada en los próximos días de un barco proveniente de Brasil, con 375 toneladas de leche en polvo, que garantiza la distribución para los niños de entre cero y seis años.

Adicionalmente, se han contratado 500 toneladas de leche con EE.UU., en virtud de las excepciones establecidas por ese Gobierno para vender determinados productos a la Isla, mediante el pago inmediato y en efectivo; así como 245 de Canadá, 500 más de Brasil, y 600 de otros proveedores.

Como afirman fuentes consultadas por nuestro medio, Cuba cumple rigurosamente los indicadores y principios de control y seguimiento de la entrega de alimentos establecidos por el PMA a nivel internacional, los que se monitorean de forma permanente por el Programa, de conjunto con las organizaciones e instituciones nacionales.

La canasta básica de la población cubana incluye el suministro de leche en polvo a los niños, a precios subsidiados, desde el nacimiento hasta los 6 años de edad. Esta se ha garantizado de forma ininterrumpida, incluso en los años donde ha sido más compleja la situación de la economía nacional.

Para Cuba la seguridad alimentaria y nutricional de su población es una prioridad de Estado, refrendada en leyes y otros documentos rectores como la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (LSSAN) o el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de Cuba hasta el 2030.

Sin embargo, sigue existiendo importantes desafíos en materia de seguridad alimentaria y nutrición, al ser Cuba un país al que se le han impuesto medidas coercitivas unilaterales que obstaculizan el desarrollo económico, comercial y financiero con un impacto negativo en el desarrollo social.

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